Economía y Sociedad - El CIS, la Crisis y las Elecciónes del 2012
Ideas y Reflexiones
Ayer por la noche estuve cenando con mis amigos de toda la vida Javi, Fer y Pacha. Estuvimos hablando de lo divino y de lo humano. De nuestras parejas, de nuestras últimas novedades laborales y de cómo iban las cosas. A los postres, no sé muy bien por qué, salió a colación la última encuesta del CIS, esa que dice que el PP aventaja en 7,9 puntos en intención de voto al PSOE. En la tertulia había quien decía que a la hora de la verdad volvería a ganar Zapatero, así como quien pensaba que ganarían los de la calle Génova independientemente de la valoración de Rajoy. Como trasfondo de futuros acontecimientos la actual crisis seguía presente. ¿Podía haber hecho algo más nuestro gobierno? ¿Lo hubiera hecho mejor la oposición? ¿Tenía que haber dimitido Zapatero cuando anunció con aquella cara mustia los recortes sociales que derivaron en la huelga del pasado mes de septiembre? No pretendo hacer un post político ni tampoco en entrar en grandes verdades económicas. Simplemente me gustaría dejar unas cuantas pinceladas para la reflexión.
Durante el siglo XX hubo dos grandes corrientes macro económicas: El "Keynesianismo", que dicho de forma muy liviana apostaba por la mayor intervención del estado en la economía, haciendo especial hincapié cuando las cosas venían mal dadas, y el "Neoliberalismo" encabezado por Friedman, el cual abogaba por un mercado libre y sin regulación. Keynes y Friedman ganaron el premio Nobel y, preferencias individuales al margen, han pasado a la historia como dos de las mentres más brillantes de nuestra historia económica. Lo paradójico de esta crisis es que todos los dirigentes mundiales han pasado de un extremo a otro en apenas tres años. Es decir, comenzaron tratando de atajar la crisis interviniendo en la economía con un incremento del gasto público sin precedentes. Poco después comenzaron una política de austeridad presupuestaria en la que se han tocado cuestiones tabú dentro de nuestro estado del bienestar (véase las pensiones). Por último, esta última semana, mientras la UE seguía abogando por las restricciones del gasto público, Obama lanzaba un nuevo plan de estímulo a través de la FED de casi 600.000 millones de $. Primera idea: nuestro dirigentes aún no tienen evidencias claras de cómo salir de esta situación.
Keynes, en su día, apuntaba tres ideas fundamentales que bajo mi punto de vista son claves para entender nuestras economías de hoy en día: 1) las crisis forman parte del funcionamiento habitual de los mercados; 2) las economías azotadas por una crisis no pueden resolver por sí mismas la situación; 3) nuestras comunidades no és dispuestas a tolerar la búsqueda de la eficiencia a cualquier coste. El problema estriba en que esta crisis también ha puesto de manifiesto que los gobiernos están a merced de los mercados. Es decir, y con ello apunto la Segunda idea, los estados pueden incidir en la economía como un agente más, pero no pueden revertir tendencias. Tres ejemplos muy claros: el plan E (estimuló levemente la economía durante el tercer trimestre del 2009, luego volvimos a las tinieblas), el plan renove (incrementó las ventas de automóviles durante algún tiempo, en octubre hemos vuelto a la cruda realidad) y la crisis de la deuda pública.
La pregunta que surge al párrafo anterior es obvia. ¿Pueden hacer algo los gobiernos entonces? ¿Da igual quién dirija un país? Esta crisis nos ha demostrado que en Europa hay dos velocidades. Hay economías como la francesa o la alemana que, consideraciones al margen, han pasado por una crisis coyuntural. Es decir, tienen mercados laborales flexibles, que crean empleo a la misma velocidad que lo destruyen, tienen economías productivas y orientadas a la exportación. España, por el contrario, tiene un mercado laboral rígido, una balanza de exportaciones netas poco boyante en líneas generales, una baja productividad y una dependencia del capital humano poco formado exagerada. El problema, obviamente, no ha sido de Zapatero, si no que se viene arrastrando desde hace décadas. Lo que sí que ha sido responsabilidad suya es haber perdido seis años y medio, muchos de ellos a las maduras, que nos hubieran preparado para las duras. La crisis nos hubiera afectado por igual, pero, probablemente, podríamos estar atisbando los primeros rayos de luz.
El problema estriba en que el coste político de estas medidas es importante y supone un gran desgaste. No se trata de abaratar despidos, como ingenuamente nos están haciendo creer, sino de modificar aspectos históricos de nuestro país, como el sistema de negociación colectiva, por ejemplo. El problema es que aunque ahora el gobierno hiciera todo bien, las medidas que precisamos son de tal calado que los réditos no llegarían para las elecciones generales del 2012. Es decir, probablemente no se tomarán. Tercera idea: los tiempos de la política no son los de la economía. Y Cuarta y última idea: la historia le ha brindado a Zapatero la oportunidad de haber sido el mejor presidente del gobierno de la historia de España y, bajo mi punto de vista, nuestro gobierno no ha estado a la altura.
Así pues lo que pase en el año 2012 se verá. Yo sí que creo que habrá cambio de gobierno, aunque ya se sabe que en política puede pasar de todo. Cuando me preguntan a veces sobre mi impresión de cuándo saldremos de la crisis o sobre la conveniencia de un cambio de gobierno o no, siempre pienso lo mismo. Los cambios siempre traen nuevas expectativas e ilusiones, las cuales no le vendrían mal a nuestra economía, pero el cambio de tendencia se producirá independientemente del inquilino de la Moncloa, como pasó con la crisis del 93. Quedará por saber si el futuro ganador será capaz de afrontar los princpales retos de nuestra economía, aquellos con los que ni Suárez, ni González, ni Aznar, ni Zapatero se han atrevido.
Comentarios
Sin embargo dice que en nuestro pais hemos tenido la mala suerte del presidente que nos ha tocado que, además de ser un incompetente nos ha tenido engañados sobre los orígenes y consecuencias de la crisis.
Lo único que he querido decir en su defensa es que muchos de los males que nos azotan son anteriores al actual gobierno y nadie ha sido capaz de meterles mano. Por poner un símil, no todos los cuerpos reaccionan igual ante una enfermedad. Las personas con hábitos más saludables suelen recuperarse antes y responder mejor a los tratamientos. Ocurre que los hábitos en la vida son consecuencia de un compendio de circunstancias, no de un único factor. Con ello no eximo de culpabilidad a ZP, sino que reparto responsabilidades.
Un abrazo a ambos
Una conclusión a la que he llegado durante esta crisis es que la cantidad de mediocres que pueden llegar a cargos importantes bien en la empresa privada, bien en la administración, cuando el viento es favorable, asusta. Lo más increíble es que a menudo pasan desapercibidos hasta que llegan los malos momentos.
Un fuerte abrazo
Cada uno que acuda a su respectiva sagrada escritura. Y a sufrir.
Como siempre millones de gracias por pasarte. Hombre, yo creo que si miramos estrictamente los números, no estamos para que nos rescaten. Lo que sí que es cierto es que los mercados se mueven por confianza y nuestro gobierno ha perdido todo el crédito que pudiera tener. Por poner un ejemplo: vamos a reducir gasto en obra pública, a los dos meses se anuncia que no será para tanto. Vamos a reformar el mercado laboral, y pongo de ministro al que estaba en primera fila de la manifestación. Vamos a meterle mano a las pensiones, y a día de hoy no se sabe cómo va a hacerlo.
La gente pasa de la euforia al pánico y ahora están más cerca de lo segundo que de lo primero. Si no nos cogen la deuda, efectivamente nos toca ponernos a rezar.
Un abrazo
Lo que la gente no entiende es la hecatombe que es un rescate. Me ha encantado el artículo de Barry Eichengreen, diciendo que el rescate impuesto a Irlanda es como el tratado de Versalles para Alemania en el periodo de entreguerras:
http://www.irisheconomy.ie/index.php/2010/12/01/barry-eichengreen-on-the-irish-bailout/
abz
A día de hoy lo veo 60 - 40, ganando el que no hará falta rescate. Me leeré el artículo, ya que tiene muy buena pinta. Te recomiendo el del Economist, tanto el editorial como el reportaje, de la semana del 20 al 26 de noviembre. Como siempre aporta un punto de vista diferente. Me ha dado que pensar.
Totalmente de acuerdo contigo, como toque un rescate, preparémonos para una hecatombre de primer orden, ya que caerán empresas como moscas.
Un fuerte abrazo