Fútbol - La Selección Española: Los por qués de un fracaso

Algunos Apuntes

De entrada y antes que nada, pediros disculpas por no haber podido pasarme últimamente por aquí. La obligación manda y la tesis anda en su recta final. Los fines de semana, momentos elegidos para dejar mis posts, son para el doctorado y no me ha dado tiempo para mucho más. Espero, no obstante, poder recuperar la regularidad en los próximos días.

La semana pasada me fui a la feria del libro a saludar a mi buen amigo Francisco Alcaide, el cual firmaba su fantástico "Aprendiendo de los Mejores" en una de las casetas de la misma. Allí estaba todavía caliente la goleada de Holanda a España y, como no podía ser de otra forma, en el rato que pudimos departir, salió el tema a colación. Paco, que sabe que me va la marcha, me sugirió que escribiera al respecto. Quise esperar al partido de Chile, porque yo todavía tenía fe en nuestra selección. Sin embargo, ahora que ya no nos queda más que la honra de ganar a Australia y no volvernos como farolillos rojos con 0 puntos en nuestro casillero, quiero compartir algunas ideas al hilo del guante que me lanzó Paco la semana pasada.

No voy a ser oportunista. No es mi estilo, y tampoco me parece justo. Esta selección  nos ha dado mucho, pero sobre todo creo que el fútbol no deja de ser un juego que se decide por instantes, como el que transcurrió del posible 2-0 de Silva al 1-1 de Van Persie. Si el Canario llega a meter ese gol, a lo mejor este post hoy no tendría cabida en este blog. Al menos al día de hoy. Mi reflexión es más profunda y trata, como siempre de ser constructiva. ¿Qué es lo que ha fallado?

Empecemos por la convocatoria. Todos los españoles llevamos un seleccionador dentro en potencia. Todos haríamos nuestra lista y, aunque es posible que en un 70-75% de la misma estemos todos de acuerdo, lo cierto es que todos tenemos nuestra visión particular del asunto. No voy, por lo tanto, a entrar en un debate acerca de quién debería haber ido o quién no debería haberlo hecho, pero sí a aportar algunos datos que son demoledores y que, al menos, deberían servir para múltiples reflexiones. La liga española ha sido la última en terminar, concretamente una semana más tarde que la del resto de países. De los 23 seleccionados, 14 jugaban en nuestra liga. Y de esos 14, todos jugaban en el Real Madrid, Atlético de Madrid o Fútbol Club Barcelona. Es decir, equipos que han estado peleando todas las competiciones hasta la última jornada. El Atlético de Madrid y el Real Madrid, además, con la final de la Champions el 25 de mayo en Lisboa. 8 de esos 14 jugadores formaron parte del equipo titular contra Holanda y otros 7 del partido contra Chile. La realidad es que el equipo físicamente estuvo roto desde el descanso del primer partido. Los jugadores han llegado exhaustos al final de temporada y creo que ese dato es incuestionable. Sería oportuno abrir un debate sobre el calendario doméstico en los años de competiciones importantes.

De acuerdo que casi todos hubiéramos pensado que la mayoría de los jugadores de Madrid, Barça y Atleti debían estar en la lista, al menos a priori, pero lanzo más datos. A lo largo del mes de mayo, el Barça jugó 3 partidos de liga y no fue capaz de ganar ninguno (empate con el Getafe en casa, empate con el Elche fuera, y empate con el Atleti en casa). El Atleti tampoco fue capaz de ganar ni uno sólo de sus tres partidos de liga de mayo (derrota con el Levante, empate con el Málaga en el Calderón y empate con el Barça), como tampoco la final de la Champions contra el Madrid. Y el Madrid, por su parte, jugó cuatro partidos de liga, de los cuales ganó uno sólo contra el Espanyol, en un encuentro intrascendente, tras empatar con el Valencia en casa, empatar con el Valladolid en Valladolid un partido aplazado y perder en Vigo contra el Celta. Ganó la final de la Champions, pero sólo en la prórroga y en un final dramático. Admiro a Del Bosque, pero a veces echo de menos que no tome decisiones un poco menos políticamente correctas, bien en las convocatorias, bien en las alineaciones. A este equipo le hacía falta gente algo más fresca... física y mentalmente.

Al hilo del punto anterior, nos encontramos con situaciones anómalas. Piqué sólo había jugado un partido desde que se lesionara en marzo contra el Atleti en los cuartos de final de la Champions. Diego Costa llevaba varias semanas con problemas musculares de los que no se acababa de recuperar. Juanfran llegó de milagro al mundial, y se le ha echado de menos en los dos primeros partidos, por lo que intuyo que su estado físico debe distar de ser el mejor. Jordi Alba, tras un año nefasto plagado de lesiones e infortunios, ha llegado totalmente fuera de punto y me atrevería a decir desde fuera, que incluso sin confianza. La misma que le falta a Casillas en estos momentos, por ejemplo, o al propio Pedro, al no haberse sentido ninguno de los dos importantes en toda la temporada. Y en cuanto a Xavi, pues siempre pensaré que junto a Iniesta es el mejor centrocampista de la historia de España, pero lo cierto es que su temporada ha sido de más a menos, y su suplencia el día clave contra el Atlético de Madrid fue sintomática. Puedes jugar el mundial esperando a un par de jugadores, incluso llevarte a algunos veteranos que en momentos puntuales pueden aportar muchísimo en una competición como ésta, pero es que nuestra selección tenía a 7 jugadores, de los cuales 6 han sido titulares en uno o en los dos partidos, objetivamente fuera de forma y de los que se esperaba que marcasen diferencias.

De acuerdo, decirlo a toro pasado es oportunista y había prometido no serlo, pero los que me conocéis sabéis que ya lo había advertido desde el mismo día 31 que se anunció la convocatoria. Y en cualquier caso, Vicente Del Bosque manejaba mucha más información que todos nosotros. Imagino que le pesó más la fidelidad que lo habían ganado todo que dar la responsabilidad a chavales jóvenes que se podían haber quemado antes de tiempo, pero el fútbol, como decía al principio, muchas veces se decide en instantes. El Míster optó por una vía que le salió mal pero tampoco se le debe crucificar por ello. Sólo se equivocan los que se atreven a tomar decisiones.

Xabi Alonso hablaba en declaraciones a la prensa tras la debacle con Chile de falta de hambre. Yo, sinceramente, no he notado mala actitud en los jugadores de España, pero hace unas semanas escuchaba a Benjamín, ex- jugador del Betis entre otros, decir en la radio que ir al Mundial sin el futuro resuelto, o pensando en un futuro más o menos exótico, alejado del fútbol competitivo, te pasa siempre factura. No termino entender que lo de Cesc por el Chelsea no pudiera haberse hecho antes o después, no durante la convocatoria. De la misma forma que me cuestiono que Villa, el cual se marcha a jugar a EEUU, esté al nivel competitivo que exige un Mundial. Su inicio de temporada en el Atleti fue extraordinario, pero creo que al fantástico delantero asturiano se le pasó su tiempo en la selección y no termino de ver que haya estado al mismo nivel competitivo (no hablo de gustos, que no se me entienda mal) que Llorente o Negredo, por ejemplo. En esta convocatoria había muchos jugadores con la mente en otra parte y para ganar un mundial la cabeza es clave.

Todo aquel que haya jugado al fútbol, aunque haya sido en niveles aficionados, sabe que cuando se termina una competición importante, cuando la has peleado hasta el final, se produce una desconexión que es inevitable. Pienso que eso le ha pasado a Sergio Ramos, para mi el mejor central del mundo en estos momentos, el cual ha pasado de ser un valladar inexpugnable a sufrir en todos sus duelos individuales en este Mundial. Probablemente por el desconcierto generalizado que ha vivido la selección, pero es el mejor ejemplo de lo que pretendo señalar. Muchos jugadores que llegaron bien al mundial, tampoco han estado al nivel que terminaron la temporada en sus equipos. Haberlo ganado todo con la selección, tampoco ayuda, por cuanto un Mundial o una Eurocopa pasa a ser algo rutinario en lugar de algo extraordinario que te supone un plus de motivación. En ese aspecto, siempre inconsciente, es posible que haya faltado un puntito de agresividad bien entendida.

Mala suerte. Sin duda la hemos tenido. Antes y durante el mundial. Creo que ha sido crítica la lesión de Thiago Alcántara, al cual también echó de menos el Bayern en su eliminatoria ante el Madrid. Jesús Navas siempre nos daba algo más y tampoco ha podido ir por lesión. Jesé llevaba camino de ser una de las novedades de Del Bosque, y una estúpida embestida innecesaria en el partido de cuartos contra el Schalke le dejó KO para 7 meses. Y por mucho que me duela, porque soy de Casillas a muerte, he echado de menos a Víctor Valdés. Creo que visto el estado de forma que tenía el ex del Barça antes de su lesión, era el portero que tenía que haber jugado el Mundial. Y dentro del torneo, por la oportunidad de Silva; por la falta a Casillas que el árbitro se come en el tercer gol; porque Australia pudo ganar a Holanda; porque Xabi Alonso pudo marcar el 1-0 ante Chile y Diego Costa empatar antes del 2-0 en el mismo partido. Esta vez, la diosa fortuna no ha estado de nuestro lado, aunque ello no deba tapar los errores cometidos.

La selección también ha sufrido el síndrome del boxeador que se cree intocable. Acostumbrada a ganar todas las grandes citas últimamente, el combinado nacional pululaba como ese púgil acostumbrado a ganar por KO todos sus combates, al cual un día, por bajar un poco la guardia, le meten un gancho que le tira a la lona. La selección no tuvo capacidad de reacción, ni contra Holanda ni contra Chile. Y lo que es peor, no fue ni capaz de tirar de la épica en la final anticipada del pasado miércoles. Yo eché de menos un liderazgo que en otras ocasiones ejercían Casillas, Iniesta o Xavi, un puñetazo en la mesa tras el partido de Holanda que sirviera para levantar el ánimo. Todo apunta a un inevitable fin de ciclo. Eso es así.

Cuando física y mentalmente el equipo no está al 100%, es muy difícil cargar las tintas contra la disposición táctica del equipo. A Del Bosque se le puede echar en cara que no haya sido capaz de ir cambiando algunas cosas desde la anterior Eurocopa, porque objetivamente comenzaba a haber algunas grietas en el equipo. De los últimos 13 partidos que había jugado la selección antes del Mundial, nuestro equipo había sido incapaz de marcar más de 2 goles en ninguno de sus encuentros, muchos de ellos ante rivales muy inferiores. Había algunos síntomas que había que haber atajado antes, y aunque asuma que haber cambiado a algunos de los intocables por el camino hubiera generado un debate nacional, yo no dejo de acordarme de cuando Luis Aragonés decidió que se había acabado la época de Raúl en la selección (con la que yo no terminé de estar de acuerdo en su momento). Cierto que para el Sabio de Hortaleza era más fácil tomar decisiones difíciles, por cuanto venía de caer en octavos de final del Mundial de Alemania y de una sonrojante derrota en Irlanda del Norte, pero tengo la sensación de que a Del Bosque le ha faltado un poco de decisión en algunos aspectos.

Yo sigo creyendo en el Míster, y pienso que debería seguir... si él se siente con fuerzas. Porque tiene fuerza moral y porque desde la normalidad es la persona que mejor puede guiar una transición que nunca será fácil. La generación que ahora deja paso, ha hecho más por nuestro país que cualquier político o dirigente en muchísimos años y las comparaciones siempre serán odiosas. Cuando era pequeño, ganar un Mundial era algo que parecía imposible. Hoy sabemos que podemos hacerlo gracias a los Iniesta, Casillas, Xavi y compañía. Han sido capaces de unir a un país entero en pos de un sueño común y no me deja de resultar llamativo como hijos de amigos míos lloraban el pasado miércoles ante la eliminación de la selección, porque para ellos lo normal era que España ganara siempre. ¡Lo que han cambiado los tiempos! Sin lugar a dudas estos jugadores pertencen a esa generación de Españoles sin complejos, como me gusta decir, que no se amilanan ante nadie y salen a comerse el mundo global compitiendo desde la excelencia. Sin lugar a dudas han sido un ejemplo para todos. Pero todo grupo humano necesita renovarse, dar paso a nuevas generaciones que permitan seguir compitiendo.

Debemos mucho a éstos jugadores,los cuales, además de títulos, nos ha dado un estilo y nos han hecho ser un espejo bueno al que mirarse en un momento histórico en el que nos caían palos por todos lados (déficit, paro astronómico, burbuja inmobiliaria, etc.). Las generaciones que vienen no serán como la actual, pero la apuesta por la calidad está patente en todas las categorías inferiores. Los Jesé, Deulofeu, Thiago Alcántara, Ander Herrera, Koke (que ya está en el equipo), etc., son jugadores de clase mundial que están por hacerse, pero que denotan que nuestro país, aunque sólo sea en el fútbol, ha cambiado el chip y se ha decidido por un modeloque apuesta por la calidad y que nos ha hecho ser un referente. ¿Por qué no aplicarlo a otros sectores empresariales o a la propia imaginación? Cuando remamos conjuntamente, somos un gran país. Nadie debería olvidarlo.

Así pues, cabezas arriba. El fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes, pero sobre todo siempre podremos decir que vimos jugar y disfrutamos con la que, posiblemente, sea la mejor selección de la historia. Nunca olvidaré cómo viví el gol de Iniesta, las lágrimas de mi amigo Javi emocionado, el abrazo que le di a mi  amigo Fernando y como Pacha se puso como un loco a gritar por la ventana de su casa. Volveremos. Los campeones siempre lo hacen.






Comentarios

Davidaldía ha dicho que…
No creo que pueda haber un análisis más brillante, equilibrado, y por suerte, poco enfervorizado, de lo que sucedió en este mundial a la selección española. A mi, como a ti Fernando, se me vino también en momentos la imagen del boxeador, veía a la selección en el ring, sin estar en el mejor momento, pero a sabiendas que siempre puede soltar un golpe ganador, pero de la misma forma puede recibirlos. Y así sucedió contra Holanda, recibió un golpe que la dejó "sonada" a la selección, como si estuviera viviendo otra película y no reaccionó. Hay es donde creo que el entrenador tenía que haber arriesgado, si arriesgó llevando a una gente, que como bien apuntas, veterana pero cansada, debía tener previsto el plan B para reactivarla, si juegas todas fichas en un mismo lado de la casilla puedes perder, o tal vez ganar, no olvidemos que el fútbol también es un juego. Un abrazo Fernando.

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