Economía - Sobre la Visión Humanista de la Empresa
Reflexiónes sobre Javier Fernández Aguado
El pasado jueves día 25 de febrero, tuve la suerte de ser invitado por Paco Alcaide al I Symposium Internacional sobre el Pensamiento de Javier Fernández Aguado, uno de los principales pensadores del Management, no ya solo a nivel español, sino a nivel mundial. La verdad es que, aunque ya conocía algunos planteamientos de Javier gracias a diversos blogueros, lo cierto es que salí muy gratamente sorprendido de la jornada y con un montón de nuevas ideas sobre las que darle a la cabeza. Entre los ponentes estuvo también Paco, el cual rayó a un altísimo nivel en su mesa redonda. Para finalizar el acto, intervino el propio Javier Fernández Aguado lanzándonos algunos pensamientos de muchísimo calado que hoy quería comentaros.
Porque una de las finalidades de este blog, como muchos sabéis, es dar cabida a todas aquellas ideas que sirvan para amenizar, pero sobre todo HUMANIZAR la economía. Creo firmemente en aquello que postuló Amartya Sen el año pasado en la Universidad Complutense, "ninguna economía no vinculada al desarrollo humano es sostenible", y por ello en la dimensión social que la ciencia económica tiene. Encontrarte a personas de la categoría de Javier Fernández Aguado, no hace sino animarte a seguir predicando que otra economía puede ser posible, que podemos ejercer nuestra democracia con nuestro bolsillo y que podemos incentivar comportamientos empresariales que mejoren las vidas de las sociedades en las que las compañías se implantan. Aunque sea de forma un tanto desordenada, comienzo con las ideas de Javier.
"Es necesario que haya un equilibrio entre los intereses de las organizaciones y los de las personas que forman parte de las mismas. No puede haber unos encima de los otros, porque es entonces cuando las empresas sacrifican a las personas. Para que se de ese equilibrio es necesario que haya confianza". Una frase que mi buen amigo Paco Alcaide repite a menudo es que el Bulli nunca hubiera sido lo que fue sin Ferrán Adriá. Tenemos muy a mano casi todo el mundo ejemplos de amigos, familiares o conocidos que son exprimidos literalmente en sus trabajos hasta que no pueden más porque sigue estando muy presente en muchas compañías que cambiar trabajadores es como cambiar un cromo. Craso error. Ninguno somos imprescindibles, pero lo cierto es que una persona comprometida, con perspectivas de estar a largo plazo en un sitio, identificada con la empresa y con cierta experiencia, vale su peso en oro. Lástima que el corto placismo nos impida verlo a menudo. Y hago otra reflexión al respecto. El peaje que este tipo de comportamientos empresariales tiene sobre la sociedad es elevadísimo y ya lo estamos viviendo.
"Es necesario que haya un equilibrio entre los Stakeholders. Con la excusa de la maximización del beneficio, muchos gestores se han volcado en el accionista obviando el papel e importancia del resto de los grupos de interés. Es necesario ver la organización desde diferentes puntos de vista". Una de las cosas que yo he aprendido acerca de la economía es que todo está relacionado, que no se puede tocar una variable pensando que no va a afectar a ninguna otra. La miopía exacerbada, exagerada por el corto placismo de unos dirigentes sin escrúpulos que con el pretexto de maximizar el beneficio lo único que han hecho ha sido maximizar su riqueza empobreciendo al resto de grupos de interés y de la sociedad, no nos puede dejar indiferentes y debe ser una lección que los alumnos de las escuelas de negocio, futuros dirigentes en un corto período de tiempo, deben grabarse a fuego.
"Es necesario un equilibrio entre lo público y lo privado en la economía. El sector público es fundamental, pero no puede ser el corazón, los brazos y las piernas de la economía". Negar la importancia del sector público en nuestra sociedad del bienestar, en nuestra economía social, sería de necios. Sin embargo es cierto que nuestros políticos deberían plantearse en qué han fallado como garantes de las reglas del juego para que estemos metidos en el lío actual, por qué millones de personas de todo el mundo asistirán estupefactos como meros espectadores mientras sus prestaciones sociales se ven reducidas por pagar las facturas de banqueros y especuladores, los cuales, dicho sea de paso, se siguen llevando bonus escandalosos. Además de proveer servicios que por interés general no pueden ser confiados al mercado, los estados deben propiciar un caldo de cultivo que favorezca la aparición de emprendedores, pero también para que las empresas puedan crear riqueza compitiendo lealmente con el resto de agentes de un sector.
"Es necesario un equilibrio entre la "autoritas" (liderazgo) y la "potestas" (poder), pero no es sencillo". Es un debate muy en boga en la actualidad en diferentes blogs. Estoy muy de acuerdo con la afirmación de Javier Fernández Aguado. Las empresas necesitan un líder más que a un jefe. Sin embargo, siempre he tenido la sensación de que hay personas que necesitan además de un líder un jefe que esté encima de ellos. El equilibrio siempre es complicado porque la autoridad hay que ganársela y el poder se otorga y en dicho camino es fácil perderse.
"Es necesario un equilibrio entre licitud y legalidad. Lo legal lo permiten las leyes; lo lícito es bueno y ético con independencia del contexto". El debate es interesante. ¿Existen fenómenos morales o fenómenos moralmente interpretados, como postulaba Nietzsche? Pienso que una de las causas por las que nuestra sociedad ha perdido el rumbo es por relativizar todo hasta límites insospechados. Como dice una canción de Loquillo, recelo de verdades absolutas en general, pero también siento que hemos hecho la vista gorda con asuntos que merecían que alguien alzara la voz. Hemos oído que esta crisis, sobre todo, ha sido de valores. Yo lo suscribo. Y creo que ese es el primer reto que debemos afrontar.
"Debemos mejorar primero nuestro propio mundo para hacer propuestas que mejoren el del resto". Muchas veces, y yo el primero, nos quejamos de lo mal que lo hace éste o aquel, de lo triste que es esta situación o la otra y sin embargo ello no se traduce en cambios significativos en nuestras conductas. Es imprescindible que seamos nosotros los que tratemos de buscar fórmulas que mejoren nuestras vidas y circunstancias antes que meternos a mejorar mundos ajenos.
"La historia nos ha enseñado que Aníbal no pudo cambiar el mundo porque "sus amigos" le dieron la espalda. Uno de los mayores problemas de la crisis es no formar equipos". El otro día fue noticia el video que Guardiola les puso a sus jugadores sobre Iñaki Ochoa de Olza antes del partido contra el Málaga. Para mi es el mejor ejemplo de lo importante que es el equipo para situaciones de crisis. Iñaki falleció en el Anapurna en Mayo del 2008, pero hasta 14 personas se lanzaron a rescatarle pese a la dificultad de la empresa y las escasas posibilidades de éxito. Un equipo es solidaridad, apoyo mutuo, sacrificio, esfuerzo y amistad. Valores que ninguna empresa puede obviar en estos tiempos.
Para el final, os dejo la mejor reflexión de Javier: "Las causas de la crisis es haber equivocado las 3 preguntas clave de la historia de la humanidad. Del "de dónde venimos", se ha pasado al "dónde has nacido" por el auge de un nacionalismo enfermizo. Del "quiénes somos" se ha pasado al "¿cuánto ganas?", por la exaltación del materialismo. Por último, hemos pasado del "a dónde vamos" al "a dónde vamos a comer" por la corriente hedonista que ruge en nuestros días. No sabemos retrotraer la recompensa y hemos pasado de la cultura del esfuerzo a la cultura del placer". Ahí queda eso.
Afortunadamente entre los regalos de Paco y los libros que me compré, tengo abundante bibliografía de Javier Fernández Aguado para seguir pensando durante muchos meses, así que espero hacerle protagonista de este blog con mayor asiduidad. Para empezar, creo que no vais mal servidos. Espero que este post os de tanto que pensar como a mi el Symposium del otro día. Me encantaría que así fuera.
Porque una de las finalidades de este blog, como muchos sabéis, es dar cabida a todas aquellas ideas que sirvan para amenizar, pero sobre todo HUMANIZAR la economía. Creo firmemente en aquello que postuló Amartya Sen el año pasado en la Universidad Complutense, "ninguna economía no vinculada al desarrollo humano es sostenible", y por ello en la dimensión social que la ciencia económica tiene. Encontrarte a personas de la categoría de Javier Fernández Aguado, no hace sino animarte a seguir predicando que otra economía puede ser posible, que podemos ejercer nuestra democracia con nuestro bolsillo y que podemos incentivar comportamientos empresariales que mejoren las vidas de las sociedades en las que las compañías se implantan. Aunque sea de forma un tanto desordenada, comienzo con las ideas de Javier.
"Es necesario que haya un equilibrio entre los intereses de las organizaciones y los de las personas que forman parte de las mismas. No puede haber unos encima de los otros, porque es entonces cuando las empresas sacrifican a las personas. Para que se de ese equilibrio es necesario que haya confianza". Una frase que mi buen amigo Paco Alcaide repite a menudo es que el Bulli nunca hubiera sido lo que fue sin Ferrán Adriá. Tenemos muy a mano casi todo el mundo ejemplos de amigos, familiares o conocidos que son exprimidos literalmente en sus trabajos hasta que no pueden más porque sigue estando muy presente en muchas compañías que cambiar trabajadores es como cambiar un cromo. Craso error. Ninguno somos imprescindibles, pero lo cierto es que una persona comprometida, con perspectivas de estar a largo plazo en un sitio, identificada con la empresa y con cierta experiencia, vale su peso en oro. Lástima que el corto placismo nos impida verlo a menudo. Y hago otra reflexión al respecto. El peaje que este tipo de comportamientos empresariales tiene sobre la sociedad es elevadísimo y ya lo estamos viviendo.
"Es necesario que haya un equilibrio entre los Stakeholders. Con la excusa de la maximización del beneficio, muchos gestores se han volcado en el accionista obviando el papel e importancia del resto de los grupos de interés. Es necesario ver la organización desde diferentes puntos de vista". Una de las cosas que yo he aprendido acerca de la economía es que todo está relacionado, que no se puede tocar una variable pensando que no va a afectar a ninguna otra. La miopía exacerbada, exagerada por el corto placismo de unos dirigentes sin escrúpulos que con el pretexto de maximizar el beneficio lo único que han hecho ha sido maximizar su riqueza empobreciendo al resto de grupos de interés y de la sociedad, no nos puede dejar indiferentes y debe ser una lección que los alumnos de las escuelas de negocio, futuros dirigentes en un corto período de tiempo, deben grabarse a fuego.
"Es necesario un equilibrio entre lo público y lo privado en la economía. El sector público es fundamental, pero no puede ser el corazón, los brazos y las piernas de la economía". Negar la importancia del sector público en nuestra sociedad del bienestar, en nuestra economía social, sería de necios. Sin embargo es cierto que nuestros políticos deberían plantearse en qué han fallado como garantes de las reglas del juego para que estemos metidos en el lío actual, por qué millones de personas de todo el mundo asistirán estupefactos como meros espectadores mientras sus prestaciones sociales se ven reducidas por pagar las facturas de banqueros y especuladores, los cuales, dicho sea de paso, se siguen llevando bonus escandalosos. Además de proveer servicios que por interés general no pueden ser confiados al mercado, los estados deben propiciar un caldo de cultivo que favorezca la aparición de emprendedores, pero también para que las empresas puedan crear riqueza compitiendo lealmente con el resto de agentes de un sector.
"Es necesario un equilibrio entre la "autoritas" (liderazgo) y la "potestas" (poder), pero no es sencillo". Es un debate muy en boga en la actualidad en diferentes blogs. Estoy muy de acuerdo con la afirmación de Javier Fernández Aguado. Las empresas necesitan un líder más que a un jefe. Sin embargo, siempre he tenido la sensación de que hay personas que necesitan además de un líder un jefe que esté encima de ellos. El equilibrio siempre es complicado porque la autoridad hay que ganársela y el poder se otorga y en dicho camino es fácil perderse.
"Es necesario un equilibrio entre licitud y legalidad. Lo legal lo permiten las leyes; lo lícito es bueno y ético con independencia del contexto". El debate es interesante. ¿Existen fenómenos morales o fenómenos moralmente interpretados, como postulaba Nietzsche? Pienso que una de las causas por las que nuestra sociedad ha perdido el rumbo es por relativizar todo hasta límites insospechados. Como dice una canción de Loquillo, recelo de verdades absolutas en general, pero también siento que hemos hecho la vista gorda con asuntos que merecían que alguien alzara la voz. Hemos oído que esta crisis, sobre todo, ha sido de valores. Yo lo suscribo. Y creo que ese es el primer reto que debemos afrontar.
"Debemos mejorar primero nuestro propio mundo para hacer propuestas que mejoren el del resto". Muchas veces, y yo el primero, nos quejamos de lo mal que lo hace éste o aquel, de lo triste que es esta situación o la otra y sin embargo ello no se traduce en cambios significativos en nuestras conductas. Es imprescindible que seamos nosotros los que tratemos de buscar fórmulas que mejoren nuestras vidas y circunstancias antes que meternos a mejorar mundos ajenos.
"La historia nos ha enseñado que Aníbal no pudo cambiar el mundo porque "sus amigos" le dieron la espalda. Uno de los mayores problemas de la crisis es no formar equipos". El otro día fue noticia el video que Guardiola les puso a sus jugadores sobre Iñaki Ochoa de Olza antes del partido contra el Málaga. Para mi es el mejor ejemplo de lo importante que es el equipo para situaciones de crisis. Iñaki falleció en el Anapurna en Mayo del 2008, pero hasta 14 personas se lanzaron a rescatarle pese a la dificultad de la empresa y las escasas posibilidades de éxito. Un equipo es solidaridad, apoyo mutuo, sacrificio, esfuerzo y amistad. Valores que ninguna empresa puede obviar en estos tiempos.
Para el final, os dejo la mejor reflexión de Javier: "Las causas de la crisis es haber equivocado las 3 preguntas clave de la historia de la humanidad. Del "de dónde venimos", se ha pasado al "dónde has nacido" por el auge de un nacionalismo enfermizo. Del "quiénes somos" se ha pasado al "¿cuánto ganas?", por la exaltación del materialismo. Por último, hemos pasado del "a dónde vamos" al "a dónde vamos a comer" por la corriente hedonista que ruge en nuestros días. No sabemos retrotraer la recompensa y hemos pasado de la cultura del esfuerzo a la cultura del placer". Ahí queda eso.
Afortunadamente entre los regalos de Paco y los libros que me compré, tengo abundante bibliografía de Javier Fernández Aguado para seguir pensando durante muchos meses, así que espero hacerle protagonista de este blog con mayor asiduidad. Para empezar, creo que no vais mal servidos. Espero que este post os de tanto que pensar como a mi el Symposium del otro día. Me encantaría que así fuera.
Comentarios
Has hecho una análisis muy preciso de la intervención de Javier. Comento sólo algunas ideas:
- Si bien la auctoritas es la clave de la gestión, sin potestas no se puede gobernar. El poder es muy importante, porque a veces lo primero no es suficiente.
- El liderazgo es la suma de "técnica" (resultados) y "ética" (valores). Con lo primero también se avanza, pero antes o después se viene abajo. En el cp funciona, en el lp se desmorona.
- Como hemos hablado tantas veces, un directivo es un malabarista, de ahí la dificultad de dirigir. Tiene que tener contento a empleados, clientes, proveedores, stakeholders... y muchas veces los intereses son contrapuestos... El equlibrio es la clave, pero es complejo.
- De las tres preguntas que hemos sustituido creo que la más grave es la del "materialismo"... Todo se mira bajo esa óptica, y el dinero nos gusta a todo, pero sólo con eso no se puede ser feliz... El dinero convertido en "fin" y no en "medio" te deja vacío... Lo decía Amancio Ortega: "No merece la pena ser empresario sólo para ser rico".
Cuando quieras convoco una comida con Javier para que le conozcas.
Enhorabuena. Abrazo.
Fue una pena no verte el otro día en el symposium, pero tuve que irme. No me quedé a la parte final en la que intervino Javier Fernández Aguado, pero hace escasamente un mes tuve la oportunidad de escucharle en la presentación de la reedición de su libro consejo para emprendedores y fue una delicia porque apuntó mucho de lo que comentas tu hoy.
Veo que hicistes los deberes je je, y el resumen me ha parecido magnífico.
Me gusta Javier porque creo en lo que dice, fruto de muchas reflexiones, experiencia y conocimiento.
Nos vemos pronto. Un abrazo
simplemente agradecerte que hayas compartido las palabras de Javier Fernanadez Aguado, y felicitarte por tu exposición clara y precisa.
Me quedo con,ciertamente, la mejor reflexion de Javier sobre las causas de la crisis.
Mucho que pensar y que meditar.
Muchas gracias.
María.
Gracias también por tus palabras sobre mi resumen. Ya sabes que sigo siendo estudiante, jeje, y que eso de tomar apuntes lo sigo llevando bien.
En cuanto a tus comentarios:
Totalmente de acuerdo respecto a lo que has dicho de la potestas. Uno de los problemas que a menudo nos encontramos en las empresas es que hay personas a las que no se les confiere ese poder y sólo con su autoridad no pueden tomar decisiones ni exigir determinados resultados.
Uno no puede ser un líder sin ser uno mismo. Admito que hay muchas formas de liderazgo, pero sin valores, como bien dices, se termina viniendo abajo. Siempre pongo el ejemplo de Capello y Del Bosque: dos magníficos líderes, uno con mano derecha y otro con mano izquierda, pero con valores en los que se apoyan y por los que pelean.
Efectivamente, un directivo es un malabarista y la complejidad de los stakeholders no hace sino enredar más las cosas. Primero por la multidimensionalidad de éstos (Un accionista quiere que su producto se venda caro para ganar más dinero, sin embargo, como consumidor quisiera comprarlo más barato), segundo, por la dimensión temporal de los mismos (el poder, legitimidad y urgencia de sus reclamaciones no es igual ahora que hace 20 años. Piensa en los activistas que hablan del calentamiento global, por ejemplo, y su situación en 1990). En tercer y último lugar, la importancia de cada stakeholder depende de cada sector e incluso de cada empresa.
En cuanto a las preguntas que hemos sustituidos, ahí discrepo un poco. Aún reconociendo que el materialismo es un problema gravísimo, me parece casi peor el hedonismo y la incapacidad de retrotraer las recompensas, la agonía de la cultura del esfuerzo.
De nuevo mil gracias, Paco.
Un fuerte abrazo
Fue una pena no conocernos, la verdad. En el intermedio se me ocurrió encender el móvil y echaba humo. Luego busqué a Paco y no le vi hasta que continuó la jornada. Desde luego Javier me impactó. Le seguiré muy de cerca.
Nos vemos pronto
Un fuerte abrazo
Como le decía a Fernando, seguiré de cerca a Javier de ahora en adelante.
Muchas gracias de nuevo, María.
Saludos
Te animo a leer uno de los mejores debates online que he leido nunca. Lo ha llevado a cabo The Economist, que ha puesto a discutir a dos pesos pesados: Joe Stiglitz (que tb sabemos que te gusta mucho) Vs. Ross Levine. El tema es: la innovación financiera impulsa el crecimiento económico. El debate se cierra mañana, pero ya ha habido mucho de lo que leer y aprender: opening remarks del moderador y de ellos, respuestas de ellos y de dos invitados más y concluding remarks. Para tu alegría, tengo que decirte que va ganando Stiglitz.
http://www.economist.com/debate/debates/overview/166
Sería genial que hicieras también un resumen del debate, porque ni yo tengo foro ni blog ni nadie me lee. Y así aprendemos y discutimos con un material de primera.
Una cosa que si me ha sorprendido de las citas del Sr. Fdez Aguado es su frase: "Es necesario que haya un equilibrio entre los Stakeholders. Con la excusa de la maximización del beneficio, muchos gestores se han volcado en el accionista obviando el papel e importancia del resto de los grupos de interés. Es necesario ver la organización desde diferentes puntos de vista". Estoy en claro desacuerdo. Los problemas clásicos de agencia (especialmente notorios en la orgía previa a la crisis y el ajuste posterior) indicaban que los incentivos de los gestores estaba desalineado del de todos los demás (en este orden: accionistas, acreedores y, con los rescates como el de AIG, los contribuyentes). Stiglitz hace un buen punto sobre esto en el debate (por cierto nada novedoso, porque todos estamos de acuerdo), por eso te ponía la referencia del mismo.
Saludos
En cuanto a lo del equilibrio entre los grupos de interés y el debate acerca de si el accionista merece un status diferencial dentro de los stakeholders, me vas a permitir que te argumente con un post, ya que en mi tesis tengo un epígrafe hablando sobre la materia.
Lo cuelgo ahora, en unos minutillos.
Un fuerte abrazo