Economía - La Quiebra Moral de Nuestro Sistema Financiero

Otra Perspectiva

Bueno, pues el pasado viernes supimos definitivamente cuánto dinero necesitarán nuestros bancos. Ni más ni menos que 59.000 millones de euros, si bien es cierto que el gobierno espera que finalmente no hagan faltan más de 40.000 millones, que tampoco están mal, sobre todo si tenemos en cuenta la barbaridad de dinero que desde todas las instancias se ha metido en la banca de medio mundo. Sólo entre 2008 y 2010, nuestro gobierno, entre ayudas directas y avales, había dado a nuestras entidades financieras 146.000 millones de euros, un 8,4% de nuestro PIB. Ahí es nada. La pregunta es obvia. Tantos esfuerzos después, ¿estamos mejor, por ejemplo, que Islandia, país que dejó caer a sus bancos?

Desde que cayera Lehman Brothers se nos ha metido el miedo en el cuerpo con la hecatombe que podría suponer el hipotético hundimiento de nuestro sistema financiero. Todos los esfuerzos han sido pocos para apoyar a un sector que se vino abajo con una fragilidad pasmosa no mucho tiempo después de que nos garantizaran que teníamos la mejor banca del mundo debido a las famosas provisiones anticíclicas. Lo cierto es que poco después fuimos sabiendo las barrabasadas de unos y otros, muchas veces con engendros políticos de por medio, las cuales nos han llevado hasta aquí.

No quiero ser hipócrita. En esta fiesta hemos participado todos. Los organizadores fueron los bancos y las cajas, las cuales terminaron poniendo garrafón a todo el mundo. Los padres, esto es, gobiernos central y autonómicos, jalearon la borrachera de los invitados y organizadores mirando para otro lado sin controlar la bacanal que se estaba montando. Y el sector privado, invitado en el evento, bebió más de la cuenta. Nunca las copas estuvieron tan baratas, es cierto, pero como todo en esta vida hay quién sabe beber y quién no. Todos hemos tenido nuestra parte de culpa y parece razonable que todos paguemos nuestra parte de la factura. Sin embargo, las evidencias denotan que no es así.

Desde el año 2008, hemos asistido a barras libres de liquidez del BCE y a la creación del FROB, el cual no sólo ha rescatado a entidades con problemas, sino que ha favorecido incluso la adquisición de las mismas por parte de otras más grandes, que por obra y gracia de repente se han posicionado estupendamente bien para cuando la rueda vuelva a girar. Y que no se engañe nadie. Ni el FROB ni el BCE tienen dinero ilimitado. Ambos se financian con el dinero que aportan los estados vía recaudación de impuestos. Es decir, que a nuestros amigos banqueros, les hemos rescatado todos los ciudadanos y empresas de la UE, siempre en pos de evitar un supuesto mal mayor. Sin esa liquidez, todos nuestros bancos hubieran quebrado, incluido los más grandes, porque no hubieran tenido posibilidad de financiar sus vencimientos.

Ninguna entidad de nuestro sistema financiero se libra del párrafo anterior. Por eso mismo me sorprende que a día de hoy no se haya puesto coto a los deshaucios y a las ejecuciones de los préstamos a empresas. Cualquier banco o caja que se haya favorecido del dinero público, ya sea a fondo perdido o adquiriéndolo a un tipo interés irrisorio, debería empujar las ayudas hacia abajo. Es decir, se les debería obligar a refinanciar por sistema y sólo ejecutar en casos muy puntuales y muy definidos. La banca no debería tener miedo a hablar de quitas, recalendarizaciones, ayudas puntuales de circulante y puesta en marcha de otras herramientas para favorecer que familias y empresas puedan salir adelante. Lo tienen que tener claro. A día de hoy están en deuda con la sociedad, aunque cuando se oye a hablar a determinados directivos de estas entidades, duela que tengan la caradura de soltar una moralina.

Porque podrá gustar más o menos, pero no hay dónde esconderse. Las pérdidas bancarias se han socializado vía subidas de impuestos y recortes en servicios públicos esenciales. No parece justo que unos, una vez ven salvado su culo, aprovechen la coyuntura, no ya para no querer asumir ni una sola pérdida, sino para no dejar de ganar un sólo céntimo con la complicidad del gobierno de turno. Nuestro sistema financiero está quebrado económicamente, pero lo peor es que moralmente esta podrido. Lo he repetido muchas veces, pero no por ello voy a dejar de decirlo. Lo más duro de esta historia es que no hay moraleja y ello es abrasivo. El mayor daño que sufrió Japón en la Segunda Guerra Mundial con sus kamikazes, no fue la pérdida de los aviones, como se pensó en un primer momento, sino la de sus pilotos. Mientras los primeros se construían en semanas, para preparar a los segundos hacían falta años de entrenamientos. Tampoco conviene obviar que en parte la caída del Imperio Romano se debió a la pérdida de valores. El problema de España no es que caigan empresas, es que los empresarios (y no hablo de los del IBEX) terminen hasta el gorro. Como también que las familias, auténticas creadoras de sociedad, se planten y digan que hasta aquí hemos llegado. El aire comienza a ser irrespirable.

Vivimos momentos históricos y éstos requieren siempre amplitud de miras, moral y personas que estén a la altura de las circunstancias. Sinceramente yo no los encuentro. El daño que la quiebra moral de nuestros bancos y cajas está generando tardaremos muchos más años en repararlo que en devolver los famosos 59.000 millones. España sigue doliendo. Cada vez más.

Comentarios

Fernando López ha dicho que…
Fantástico. Si señor. No todo el mundo sabe beber, pero si tu me enganchas al alcohol, me tienes que ayudara desintoxicarme., porque en parte eres responsable. ¿no?

Un abrazo
Fernando ha dicho que…
Muchas gracias, Fernando, por pasarte y por tus palabras.

Pues creo que lo explicas estupendamente bien. Lo peor no es que hayan sido responsables, sino que encima se han forrado a nuestra costa durante muchos años. Pero eso de la responsabilidad es algo que los banqueros no terminan de comprender.

Un fuerte abrazo

Entradas populares