Economía - Crisis de Deuda Pública ¿La Próxima Burbuja?
Algunas Ideas
Hace unos días llegó a mis manos un artículo publicado en Libertad Digital titulado "Crisis de Deuda: ¿Quién salvará a España cuando el BCE cierre el grifo?". La verdad es que, aunque a los autores se les noten un poco los colores, creo que el documento está bien fundamentado, cuenta con opiniones expertas e interesantes, y no me parece que diga ninguna tontería. El artículo está basado en un reportaje de The Wall Street Journal y un estudio de Edward Hugh, analista de RGE Monitor (una página web que dirige el profesor Roubini), lo que nos indica también, que las fuentes son, cuando menos, interesantes. Como no quiero hacer demasiado tediosa la explicación, me voy a centrar en desarrollar brevemente las ideas expuestas en el artículo, en señalar después los datos objetivos que aporta y para finalizar por último con algunas ideas que a mi se me ocurren al respecto. Vamos con ello.
Tal y como se expuso en este blog hace unas semanas, la última moda de nuestro sector bancario es acudir en masa a las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), las cuales se pensaron para reactivar y salvar al tejido empresarial europeo, e invertir las cantidades obtenidas en deuda pública. La argumentación de muchas de las entidades financieras españolas, es que en estos tiempos que corren, el estado es bastante más fiable que las PYMES de nuestro país, e incluso más que algunas grandes empresas de sectores considerados como de riesgo. Es cierto que la rentabilidad es más baja que con otro tipo de productos financieros, pero también lo es que existe un binomio irrefutable en toda inversión: rentabilidad VS riesgo. A más rentabilidad, mayor riesgo. A mayor seguridad, menor rentabilidad. Como ahora mismo la confianza sigue estando por los suelos, sobre todo en nuestro país, los bancos y cajas han encontrado en la deuda pública una buena alternativa que les garantiza algunas plusvalías de forma aparentemente certera.
¿Por qué está emitiendo el gobierno de España tanta deuda pública en la actualidad? Pues porque como se explicó en su día también en este blog, en el fondo el estado es una empresa con sus ingresos y gastos. Su objetivo no es la maximización del beneficio, sino el equilibrio presupuestario, el cual de vez en cuando se ve afectado por imprevistos o acciones en las que el ejecutivo debe intervenir como árbitro de nuestro sistema económico. En este caso, y no vamos a volver al debate del plan E ni del Keynesianismo o Friedmanismo, está claro que se ha hecho un esfuerzo titánico que ha implicado un elevado déficit en las cuentas públicas. En la actualidad, dicho déficit está cerca del 12% del PIB. Para paliarlo, no hay más que dos soluciones: una, aumentar ingresos; y dos, reducir los gastos, como en cualquier compañía. Como el gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero no está por la labor de lo segundo, presumiblemente por su coste electoral, su política se está centrando en lo primero.
Dentro de las opciones que tiene para aumentar los ingresos están las subidas de impuestos, como la anunciada del IVA, y la emisión de deuda pública, siendo esta última medida la que preocupa a los analistas. El por qué es fácilmente comprensible. El gobierno está emitiendo en forma de Letras y Bonos del estado una cantidad de deuda muy significativa que está siendo suscrita, en un porcentaje muy elevado, por bancos y cajas como ya se ha indicado. Para que nos hagamos una idea, la emisión de deuda pública por parte del Tesoro a corto plazo, se ha duplicado según informa el Banco de España, superándose en los últimos 12 meses la barrera de los 100.000 millones de euros. El resultado de todo ello es que la deuda pública de España asciende al 47% del PIB (unos 470.000 millones de euros) frente al 35,8% de hace un año. ¿Cómo se ha logrado "colocar tanta deuda"?
Para que os hagáis una idea, los bancos de la zona Euro comenzaron a suscribir deuda pública allá por el primer trimestre del 2008 (sí, cuando estábamos en la Champions League de la Economía y la posibilidad de crisis era un invento de unos pocos), a un ritmo medio de 30.000 millones de euros por trimestre. En el primer trimestre del año 2009, la demanda de la deuda pública se disparó hasta los 90.000 millones de euros, siendo la banca europea con un 75%, la principal suscriptora de la misma. El sistema financiero español ha sido el que más fondos procedentes del BCE ha obtenido de toda Europa, concrtamente ha conseguido algo más del 15% de toda la inyección de liquidez del organo monetario más importante de la UE, cuando su peso en el sistema apenas llegaba al 8%. Por lo tanto y dicho de otra forma: Uno, nuestras entidades financiertas han acudido en masa a la financiación del BCE. Dos, nuestro sistema bancario es el que más deuda pública europea ha suscrito desde el inicio de la crisis, ya que el crédito a familias y empresas ha permanecido en tasas cercanas al 0% (refinanciaciones al margen).
Es decir, los prestamos al gobierno por parte de la banca española se han disparado, dando lugar a un fenómeno llamado "crowding - out" o efecto expulsión, según el cual la deuda pública destruye a la inversión privada. Según los contrarios a Keynes, siempre, según mi criterio, que admito que no es más que el de un mero licenciado en empresariales, siempre que en el sector financiero falte gente con experiencia, tranquilidad y visión a largo plazo, algo de lo que adolecen, tal y como ha puesto de manifiesto esta crisis.
El resultado de todo esto a nivel del sector privado español es, en cualquier caso, devastador. Sin financiación y sin liquidez, será difícil que nuestra economía vuelva al crecimiento. Pero el problema es aún mayor si tenemos en cuenta la situación actual. Tenemos un 85% de hipotecas con un tipo de interés variable, las cuales se verán afectadas en cuanto el BCE vuelva a la ortodoxia monetaria de cerrar el grifo de la liquidez y la subida de tipos para evitar una inflación desbocada. Tenemos una tasa de paro que rondará el 20% (por arriba o por abajo) durante el 2010, tenemos al que ha sido nuestro principal sector productivo (nos guste más o menos), el inmobiliario, hundido (ha caído más de un 70% desde finales del 2006), tenemos una actividad industrial por los suelos (ha caído un 30%) y tenemos, como no podía ser de otra forma, un consumo privado tocado (ha caído un 10%).
Todo ello implica que, vía subida de impuestos, va a ser difícil que el gobierno consiga los recursos necesarios para pagar su deuda pública, sobre todo si el BCE, como es lógico y se ha indicado, deja de prestar dinero a las entidades bancarias con la alegría que se precisaba para afrontar la crisis. Porque esa es otra verdad económica irrefutable. No importa tanto el tamaño de la deuda como la capacidad para devolverla (Reino Unido, por ejemplo, tiene un déficit del 15%, mayor que el español). Y esta capacidad es precisamente la que ahora está en duda. ¿Qué va a pasar por lo tanto? Ahora es cuando entramos en el campo de las especulaciones.
Según Libertad Digital, estallará la burbuja de la deuda, ya que los gobiernos de países como Austria, Irlanda, Portugal, Grecia y España tendrán graves problemas para hacer frente a sus compromisos de pago. Si quieren acudir al libre mercado para conseguir más financiación, tendrán todavía problemas mayores, ya que al ver rebajada la calidad de su deuda, tendrán que retribuir por encima del mercado a los ávidos inversores dispuestos a arriesgarse más si a cambio perciben mayor rentabilidad.
Es cierto que Standard & Poor´s ya rebajó en enero de 2009 el rating de la deuda pública española a largo plazlo de AAA (la máxima calificación) a AA+ y la de corto a A1+ y que amenaza con nuevas revisiones, pero también que Moody´s y Fitch han mantenido su calificación. A estas dos últimas entidades hace alusión el gobierno de España para asegurar que la situación está bajo control. Para Standard & Poor´s, la deuda pública española alcanzará el 67% del PIB (20 puntos más que ahora y casi el doble que hace dos ejercicios) y nuestro crecimiento será inferior al 1% durante un largo período de tiempo por el elevado endeudamiento de su sector privado. Una rebaja de la calidad de la deuda pública española, además, afectaría al sector privado porque esa retribución por encima de mercado para hacer competitivos nuestros bonos y letras, detrairía financiación para las empresas al haber menos fondos para éstas. Tampoco se puede obviar que de momento España está cumpliendo con sus pagos, pero Dubai ya comenzado a no poder hacer frente a los mismos y que podría pasarnos algo similar.
Mi opinión personal es que nos aproximamos a una década de fuertes restricciones presupuestarias, decisiones impopulares y una serie de medidas anti crisis que de haberse tomado hace un año, probablemente hubiera evitado ajustes más dolorosos en el futuro. Es posible que se hubiera llevado por delante al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero a cambio de mejorar nuestras perspectivas a medio y largo plazo. No quiero decir con esto que Rajoy lo hubiera hecho mejor, porque precisamente lo que hace falta en este país son políticos con mentalidad de estado y no de partido. Habiendo sido incapaces ambos líderes de llegar a un acuerdo en los temas más importantes que afectan a la economía nacional en la peor crisis en 80 años, lo mejor que podrían hacer es irse a casa un rato y dejar paso a nuevas personas con mejores ideas. Pero bueno, ya se sabe que desgraciadamente los tiempos de la política no son los de la economía. Por ello la Ley de Economía Sostenible me parece corta de miras y una mera declaración de intenciones, que no veo mal, ojo, pero que carecen del arrojo y determinación necesarios para cambiar el modelo.
Así pues, yo no creo que España vaya a quebrar, ni que nos tengan que rescatar como a AIG, ni que se vaya a abandonar el Euro, ni centralizar la emisión de deuda pública a nivel europeo como los peores agoreros anuncian, pero sí que por estos lares, por nuestra querida España, nuestros dirigentes no se han dado cuenta de que gobernar, como ya dijo Tony Blair en su día, es tomar decisiones impopulares. Navegar con el viento a favor, reirle las gracias a todo el mundo y pretender caer bien a todo el mundo, se puede esperar de un pelele, no de un presidente de gobierno, ministro o dirigente en general. De todas formas, estaremos atentos a los acontecimientos porque el panorama es complejo. Que la suerte nos acompañe, porque parece que nos hará falta.
Hace unos días llegó a mis manos un artículo publicado en Libertad Digital titulado "Crisis de Deuda: ¿Quién salvará a España cuando el BCE cierre el grifo?". La verdad es que, aunque a los autores se les noten un poco los colores, creo que el documento está bien fundamentado, cuenta con opiniones expertas e interesantes, y no me parece que diga ninguna tontería. El artículo está basado en un reportaje de The Wall Street Journal y un estudio de Edward Hugh, analista de RGE Monitor (una página web que dirige el profesor Roubini), lo que nos indica también, que las fuentes son, cuando menos, interesantes. Como no quiero hacer demasiado tediosa la explicación, me voy a centrar en desarrollar brevemente las ideas expuestas en el artículo, en señalar después los datos objetivos que aporta y para finalizar por último con algunas ideas que a mi se me ocurren al respecto. Vamos con ello.
Tal y como se expuso en este blog hace unas semanas, la última moda de nuestro sector bancario es acudir en masa a las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), las cuales se pensaron para reactivar y salvar al tejido empresarial europeo, e invertir las cantidades obtenidas en deuda pública. La argumentación de muchas de las entidades financieras españolas, es que en estos tiempos que corren, el estado es bastante más fiable que las PYMES de nuestro país, e incluso más que algunas grandes empresas de sectores considerados como de riesgo. Es cierto que la rentabilidad es más baja que con otro tipo de productos financieros, pero también lo es que existe un binomio irrefutable en toda inversión: rentabilidad VS riesgo. A más rentabilidad, mayor riesgo. A mayor seguridad, menor rentabilidad. Como ahora mismo la confianza sigue estando por los suelos, sobre todo en nuestro país, los bancos y cajas han encontrado en la deuda pública una buena alternativa que les garantiza algunas plusvalías de forma aparentemente certera.
¿Por qué está emitiendo el gobierno de España tanta deuda pública en la actualidad? Pues porque como se explicó en su día también en este blog, en el fondo el estado es una empresa con sus ingresos y gastos. Su objetivo no es la maximización del beneficio, sino el equilibrio presupuestario, el cual de vez en cuando se ve afectado por imprevistos o acciones en las que el ejecutivo debe intervenir como árbitro de nuestro sistema económico. En este caso, y no vamos a volver al debate del plan E ni del Keynesianismo o Friedmanismo, está claro que se ha hecho un esfuerzo titánico que ha implicado un elevado déficit en las cuentas públicas. En la actualidad, dicho déficit está cerca del 12% del PIB. Para paliarlo, no hay más que dos soluciones: una, aumentar ingresos; y dos, reducir los gastos, como en cualquier compañía. Como el gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero no está por la labor de lo segundo, presumiblemente por su coste electoral, su política se está centrando en lo primero.
Dentro de las opciones que tiene para aumentar los ingresos están las subidas de impuestos, como la anunciada del IVA, y la emisión de deuda pública, siendo esta última medida la que preocupa a los analistas. El por qué es fácilmente comprensible. El gobierno está emitiendo en forma de Letras y Bonos del estado una cantidad de deuda muy significativa que está siendo suscrita, en un porcentaje muy elevado, por bancos y cajas como ya se ha indicado. Para que nos hagamos una idea, la emisión de deuda pública por parte del Tesoro a corto plazo, se ha duplicado según informa el Banco de España, superándose en los últimos 12 meses la barrera de los 100.000 millones de euros. El resultado de todo ello es que la deuda pública de España asciende al 47% del PIB (unos 470.000 millones de euros) frente al 35,8% de hace un año. ¿Cómo se ha logrado "colocar tanta deuda"?
Para que os hagáis una idea, los bancos de la zona Euro comenzaron a suscribir deuda pública allá por el primer trimestre del 2008 (sí, cuando estábamos en la Champions League de la Economía y la posibilidad de crisis era un invento de unos pocos), a un ritmo medio de 30.000 millones de euros por trimestre. En el primer trimestre del año 2009, la demanda de la deuda pública se disparó hasta los 90.000 millones de euros, siendo la banca europea con un 75%, la principal suscriptora de la misma. El sistema financiero español ha sido el que más fondos procedentes del BCE ha obtenido de toda Europa, concrtamente ha conseguido algo más del 15% de toda la inyección de liquidez del organo monetario más importante de la UE, cuando su peso en el sistema apenas llegaba al 8%. Por lo tanto y dicho de otra forma: Uno, nuestras entidades financiertas han acudido en masa a la financiación del BCE. Dos, nuestro sistema bancario es el que más deuda pública europea ha suscrito desde el inicio de la crisis, ya que el crédito a familias y empresas ha permanecido en tasas cercanas al 0% (refinanciaciones al margen).
Es decir, los prestamos al gobierno por parte de la banca española se han disparado, dando lugar a un fenómeno llamado "crowding - out" o efecto expulsión, según el cual la deuda pública destruye a la inversión privada. Según los contrarios a Keynes, siempre, según mi criterio, que admito que no es más que el de un mero licenciado en empresariales, siempre que en el sector financiero falte gente con experiencia, tranquilidad y visión a largo plazo, algo de lo que adolecen, tal y como ha puesto de manifiesto esta crisis.
El resultado de todo esto a nivel del sector privado español es, en cualquier caso, devastador. Sin financiación y sin liquidez, será difícil que nuestra economía vuelva al crecimiento. Pero el problema es aún mayor si tenemos en cuenta la situación actual. Tenemos un 85% de hipotecas con un tipo de interés variable, las cuales se verán afectadas en cuanto el BCE vuelva a la ortodoxia monetaria de cerrar el grifo de la liquidez y la subida de tipos para evitar una inflación desbocada. Tenemos una tasa de paro que rondará el 20% (por arriba o por abajo) durante el 2010, tenemos al que ha sido nuestro principal sector productivo (nos guste más o menos), el inmobiliario, hundido (ha caído más de un 70% desde finales del 2006), tenemos una actividad industrial por los suelos (ha caído un 30%) y tenemos, como no podía ser de otra forma, un consumo privado tocado (ha caído un 10%).
Todo ello implica que, vía subida de impuestos, va a ser difícil que el gobierno consiga los recursos necesarios para pagar su deuda pública, sobre todo si el BCE, como es lógico y se ha indicado, deja de prestar dinero a las entidades bancarias con la alegría que se precisaba para afrontar la crisis. Porque esa es otra verdad económica irrefutable. No importa tanto el tamaño de la deuda como la capacidad para devolverla (Reino Unido, por ejemplo, tiene un déficit del 15%, mayor que el español). Y esta capacidad es precisamente la que ahora está en duda. ¿Qué va a pasar por lo tanto? Ahora es cuando entramos en el campo de las especulaciones.
Según Libertad Digital, estallará la burbuja de la deuda, ya que los gobiernos de países como Austria, Irlanda, Portugal, Grecia y España tendrán graves problemas para hacer frente a sus compromisos de pago. Si quieren acudir al libre mercado para conseguir más financiación, tendrán todavía problemas mayores, ya que al ver rebajada la calidad de su deuda, tendrán que retribuir por encima del mercado a los ávidos inversores dispuestos a arriesgarse más si a cambio perciben mayor rentabilidad.
Es cierto que Standard & Poor´s ya rebajó en enero de 2009 el rating de la deuda pública española a largo plazlo de AAA (la máxima calificación) a AA+ y la de corto a A1+ y que amenaza con nuevas revisiones, pero también que Moody´s y Fitch han mantenido su calificación. A estas dos últimas entidades hace alusión el gobierno de España para asegurar que la situación está bajo control. Para Standard & Poor´s, la deuda pública española alcanzará el 67% del PIB (20 puntos más que ahora y casi el doble que hace dos ejercicios) y nuestro crecimiento será inferior al 1% durante un largo período de tiempo por el elevado endeudamiento de su sector privado. Una rebaja de la calidad de la deuda pública española, además, afectaría al sector privado porque esa retribución por encima de mercado para hacer competitivos nuestros bonos y letras, detrairía financiación para las empresas al haber menos fondos para éstas. Tampoco se puede obviar que de momento España está cumpliendo con sus pagos, pero Dubai ya comenzado a no poder hacer frente a los mismos y que podría pasarnos algo similar.
Mi opinión personal es que nos aproximamos a una década de fuertes restricciones presupuestarias, decisiones impopulares y una serie de medidas anti crisis que de haberse tomado hace un año, probablemente hubiera evitado ajustes más dolorosos en el futuro. Es posible que se hubiera llevado por delante al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero a cambio de mejorar nuestras perspectivas a medio y largo plazo. No quiero decir con esto que Rajoy lo hubiera hecho mejor, porque precisamente lo que hace falta en este país son políticos con mentalidad de estado y no de partido. Habiendo sido incapaces ambos líderes de llegar a un acuerdo en los temas más importantes que afectan a la economía nacional en la peor crisis en 80 años, lo mejor que podrían hacer es irse a casa un rato y dejar paso a nuevas personas con mejores ideas. Pero bueno, ya se sabe que desgraciadamente los tiempos de la política no son los de la economía. Por ello la Ley de Economía Sostenible me parece corta de miras y una mera declaración de intenciones, que no veo mal, ojo, pero que carecen del arrojo y determinación necesarios para cambiar el modelo.
Así pues, yo no creo que España vaya a quebrar, ni que nos tengan que rescatar como a AIG, ni que se vaya a abandonar el Euro, ni centralizar la emisión de deuda pública a nivel europeo como los peores agoreros anuncian, pero sí que por estos lares, por nuestra querida España, nuestros dirigentes no se han dado cuenta de que gobernar, como ya dijo Tony Blair en su día, es tomar decisiones impopulares. Navegar con el viento a favor, reirle las gracias a todo el mundo y pretender caer bien a todo el mundo, se puede esperar de un pelele, no de un presidente de gobierno, ministro o dirigente en general. De todas formas, estaremos atentos a los acontecimientos porque el panorama es complejo. Que la suerte nos acompañe, porque parece que nos hará falta.
Comentarios
Dices: "nuestro sistema bancario es el que más deuda pública europea ha suscrito desde el inicio de la crisis, ya que el crédito a familias y empresas ha permanecido en tasas cercanas al 0%". Creo que comprar más deuda pública y prestar menos son dos fenómenos muy distintos. Entiendo que parece que argumentas algo así como: prefiero no prestar a individuos y empresas (menudos morosos son!), tengo mucha incertidumbre y miedo encima, luego destino ese dinero a comprar deuda pública, que me da poco pero seguro. Cuando compro deuda dejo de destinar dinero a préstamos y por eso hay crowding-out de la inversión y consumo privados (por cierto, lo has explicado perfectamente).
Bien, mi interpretación es la opuesta, por lo que no veo efecto expulsión todavía (pero sin duda lo habrá en 2010). Mi argumento iría de esta manera: comprar deuda es mi instrumento de canje para poder luego prestar! cuando bajan las calificaciones, mis activos no tienen la calidad suficiente para servir de colateral en el BCE (que es muy estricto), y NO puedo ir su ventanilla del BCE para obtenerla. Con una bolsa volátil y los mercados financieros privados estancados (más allá del riesgo relativo entre deuda pública y corporativa), he de financiarme y recapitalizarme para hacer frente a la morosidad, a la caída de la demanda y del precio de activos así como provisionarme para la incertidumbre.Y la deuda pública mantiene en Europa ratings suficientes (hoy) para usarla de colateral y acudir a Frankfurt. De hecho han bajado la calidad exigida de los activos como colateral y han creado facilidades extraordinarias (credit / monetary easing) para darme liquidez. Ahora bien, todo esto no supone que como colofón a comprar deuda-colocarla como colateral-recibir más préstamos, DEBA prestar más: eso dependerá de mi aversión al riesgo, de mi incertidumbre sobre la crisis y mis dificultades financieras presentes.
Puede que el mecanismo que propones esté funcionando con el mío (esto es lo bonito de una ciencia social como la economía). Mi intuición me dice que el mio, en estos meses, tira más.
Fíjate Grecia: su problema es que puede tener un credit-crunch precisamente porque no pueden colocar la deuda como colateral de financiación en el BCE. Si la pública no pueden colocarla por las nuevas calificaciones, tampoco podrán colocar la privada (que por definición tiene más riesgo). Es más, tampoco el Banco Santander podrá usar bonos griegos de colateral para obtener financiación.La situación en ese tema es complicada y dramática...
En suma, pienso que la causa de la falta de liquidez al sector privado está en los objetivos de desapalancamiento de las entidades financieras como resaca de los excesos y los miedos presentes. Y no un efecto expulsión. Es más, si no compraran deuda pública obtendrían mucha menos liquidez.
Un fuerte abrazo
Como siempre mil gracias por pasarte. Desde luego has hecho una explicación brillante del asunto.
De entrada tengo que reconocer que sabes bastante más macroeconomía que yo, así que es difícil que pueda rebatirte tus argumentos. En cualquier caso, sí que quiero puntualizar algunas cosas:
Yo también creo que prestar dinero a las familias y empresas y suscribir deuda pública es muy distinto. Sin embargo, partimos de una realidad en la que yo creo que estamos todos de acuerdo. Esta crisis comenzó siendo financiera por la falta de liquidez de muchos agentes financieros. Éstos han comenzado a invertir a partir de las inyecciones de liquidez de los Bancos Centrales pero ese dinero no ha llegado a empresas y familias. Al menos en España. Ese dinero ha ido a parar al estado en forma de deuda pública. Luego en este caso, un dinero que se inyectó en el sistema para salvar al tejido productivo, ha ido a financiar el gasto público de muchos estados, entre ellos España. En este caso puntual, sí que creo que hablamos de fenómenos interrelacionados. La cuestión ética la dejamos al margen.
En cuanto al efecto expulsión, yo he relatado lo que decían las fuentes del artículo. Reconociendo que no tengo datos empíricos en mano, sí que observo, desde mi posición privilegiada de empresario, que a muchas empresas se les niega el pan y la sal. Hasta qué punto es una cuestión de confianza y hasta qué punto es efecto expulsión me es difícil determinarlo, pero pensando que puede haber una correlación puntual en esta situación entre deuda pública y disminución de préstamos a familias y empresas, pienso que algo de crowding out puede estar ocurriendo. Ahora bien, tu argumento es brillante y de manual, así que en ese sentido, me temo que habrá que esperar unos meses a ver qué pasa.
Confianza.... Tema interesante...
Te dejo un par de preguntas: ¿No te parece que la desfachatez de las cuentas de crédito no es suficiente disminución del riesgo en las empresas como para encima andar poniendo más trabas a las empresas? En una economía donde gracias a la minería de datos, las redes neuronales y fantásticos modelos económicos y econométricos se puede microsegmentar y personalizar todo o casi todo, ¿no es una aberración el trato que se está dando a las empresas desde los bancos? Antes de que contestes: 6.000 millones de ICO PYMES se quedan sin asignar este año.
Por cierto: conseguí el ICO para el Plan Avanza, ya no hace falta que te rasques el bolsillo. ¿Sabes lo que me han pedido a cambio? Que les pase por su cuenta el 85% de mis ventas directas (las cuales rozan el millón de euros). Eso para conseguir 90.000 euros que no ponen ellos, sino el estado.
Por último, y ahora soy yo el que te lanza un reto: Imagínate, querido Nanius, que te nombran ministro de economía y hacienda. ¿Cómo pagas la actual factura de la deuda pública con un 20% de paro, el tejido empresarial español muy tocado y con una calificación de tu deuda mucho peor que la de tus vecinos?
Enhorabuena por tu comentario, Nanius. El tema da para mucho y se puede abordar desde múltiples puntos de vista. Me encanta leerte y debatir contigo.
Un fuerte abrazo
He pensado más en lo que dices del crowding-out. Creo que los dos podemos tener razón en nuestra explicación de los mecanismos, que pueden operar simultáneamente en sentido contrario y que según otros factores una puede un tiempo dominar a la otra y viceversa.
Veamos: es cierto que puede haber un gran efecto expulsión (cambio mi opinión, me has abierto la visión). Es más que plausible que, contablemente, el activo de un banco tenga ahora una composición diferente: más deuda pública y menos préstamos al sector privado. Naturalmente, el tamaño del balance será menor por la crisis (menos depósitos, caida de los precios de los activos de mi balance y mi capitalización, dificultades de ampliar capital, etc).
Pero en los momentos más duros de la crisis (en la parte financiera hasta marzo de este año), el canal del crédito estaba roto: las tasas del interbancario estaban altísimas y ni siquiera los bancos se prestaban unos a otros. El multiplicador del crédito estaba en niveles mínimos por el miedo de todo el mundo, que posponía inversiones, la parte real de la economía no deja de empeorar (más incertidumbre, más morosidad), mis activos a precio de mercado cayendo a tasas abultadísimas (como reflejaba la caída de las bolsas), amén de mis inversiones fallidas, la incertidumbre regulatoria y economía del momento en que se estaba en cada momento, etc. En esas circunstancias tan anómalas, la reacción coordinada de los bancos centrales (bajada histórica de tipos, medidas heterodoxas y temporales) eran practicamente la única vía de salvación de mis problemas de liquidez. Fíjate que generalmente funciona el crédito a través del mercado interbancario (a 3 meses principalmente), y el banco central presta a muy corto plazo para posiciones cortas que tengan eventualmente las entidades. Los bancos centrales crearon facilidades nuevas que permitieran financiación estable de los bancos, como por ejemplo los préstamos a un año del BCE, que ofrecían una solución temporal y barata al muerto mercado interbancario. Pero a esas facilidades necesitan un colateral y como contaba, el colateral que no fuera la deuda pública no hacía más que descender en su calificación por las agencias de rating en los peores meses de la crisis. Hasta el BCE rebajó la calidad exigida. Y en este sentido decía que, al menos en los primeros meses, los bancos sólo podrían aumentar la liquidez del sistema con dinero fresco del BCE, lo cual coincidió con la emisión increíble de deuda por los gobiernos. Espero que así me haya explicado mejor.
Fíjate que a partir de marzo repuntaron poco a poco las previsiones de crecimiento, se activó lentamente el interbancario, se disipó alguna incertidumbre (la de la solvencia de las entidades sistémicas con los stress-test, por ejemplo), se estabilizó la economía real, comenzó el rally de las bolsas que ayudó a recapitalizar entidades y hasta pudieron emitir len entidades acciones y bonos. Lo importante de retener de esto es, en mi opinión, que con estas circunstancias, puede que dominara la fuerza del efecto expulsión (los bancos financian a los gobiernos y drenan liquidez del tejido empresarial al dejar de conceder préstamos).
Y a tus retos por fin respondo: va a ser muy costoso enfrentar la factura de la deuda, porque el déficit actual tiene una parte cíclica (se detiene la actividad ergo se ingresa menos) y al contrario que en otros momentos tiene una gran parte estructural (hay ingresos que ya no se obtendrán y son muy cuantiosos, principalmente los asociados al decadente mercado inmobiliario). Como consecuencia, el PIB potencial ha decrecido y en el medio plazo no podremos crecer a las tasas anteriores. La elasticidad de los ingresos respecto del PIB es tal que los ingresos crecen más rápido que el PIB cuando éste crece y viceversa. Al crecer más lento, será más difícil enfrentar la factura del déficit. Un déficit muy alto en términos históricos y cuyo coste de financiación crece a medida que caen las calificaciones sobre nuestra economía. Todo esto sin contar los costes asociados a las restricciones que decidan en Copenhagen, de financiación del déficit exterior y del envejecimiento de la población.
De esta explicación deduzco que la única salida es la productividad. Y naturalmente, el empleo mayor posible del capital y el trabajo. La palanca "mágica" (en ningún caso inmediata, eso si) es en mi opinión, la reforma laboral en el sentido del Grupo de los 100 (que en el medio plazo crearía un sistema más integrado, más limpio, más sencillo, menos dual, aumentando con todo ello tanto el nivel de empleo como aumentar la productividad por la menor rotación). Es muy interesante un artículo reciente de Martin Wolf en FTimes que decía que el sentimiento mayoritario de la gente y los economistas en el Reino Unido es que las reformas estructurales de la Thatcher han sido MUY importantes en el medio plazo (y muy impopulares al principio). Muchas de las reformas del G-100 son muy distintas, adaptadas más al caso español y a nuestra idiosincrática economía política, pero se parecen en que es una propuesta de reforma estructural que hay que acometer, difícil políticamente pero no tanto como se piensa. El resultado es que el dato de hoy de paro en el Reino Unido, MUY afectado por la crisis, es que están en el 7.8% hoy, muy contenido también en otros países grandes de la UE, un 10% en EEUU (bajando coyunturalmente del 10.2%), etc. En mi opinión hay que contrapesar a los sindicatos para ensanchar la reforma y que no sea un mero maquillaje.
Otra reflexión sobre el crédito: Podrían ponerse obligaciones de expandir el crédito a las entidades que reciban ayudas públicas (naturalmente no a las demás), pero téngase en cuenta que otro tipo de reformas regulatorias van precisamente en el sentido opuesto: aumentar los requisitos de capital, por ejemplo, va en el sentido contrario. Así que seamos conscientes de que múltiples objetivos no pueden conseguirse en presencia de trade offs.
Qué opináis?
Un fuerte abrazo!!
Me parce súper interesante tu reflexión acerca de la posibilidad de que los bancos al financiar al estado puedan estar empobreciendo al sistema. Será muy interesante analizar lo que pase en España. Y muy de acuerdo contigo en que el efecto expulsión no debería ser total en ningún caso.
Muy interesante lo que apuntas de Margaret Thatcher. ¿Me podrías pasar el link del artículo del FT? ¿Y algún resumen de aquellas medidas?
En cuanto a la productividad, desde luego el argumento es de cajón. Suscribo tu frase de que esta crisis tiene mucho de estructural.
Piénsate lo del ministerio, jejeje, yo creo que lo harías muy bien. Por lo menos sabrías bastante más que muchos.
¡Un fuerte abrazo!
he venido a ver a mi madre a la Argentina. Antes de irme con ella a cenar, os mando el artículo de Martin Wolf que he mencionado; y el de Greg Mankiw.
http://www.ft.com/cms/s/0/ff9a1834-e044-11de-8494-00144feab49a.html?nclick_check=1
http://www.nytimes.com/2009/12/13/business/economy/13view.html
Y de regalo el mejor obituario que he leido sobre el grandísimo Paul Samuelson, del teórico Avinash Dixit: http://rodrik.typepad.com/dani_rodriks_weblog/2009/12/avinash-dixit-on-samuelson.html
Menudo calor hace, no me lo esperaba viniendo desde España. Hace frío por allá?
Saludos a todos
Disfruta mucho por Argentina y no dejes de concectarte, que sin ti el disparadero no sería lo mismo, jajaja.
En cuanto al clima, en bodega teníamos 3 bajo cero a las 8:45 de la mañana, pero esta noche ha llegado a -10. Nada que ver con Argentina. Por cierto, un día dedicaremos un post a los vinos de aquella tierra.
Un abrazo