Economía - Dato del Paro de Junio: ¿Estamos ante un punto de Inflexión?

Algunos apuntes

Esta semana hemos sabido los datos del paro del pasado mes de junio y, como habían anunciado algunos miembros del gobieno durante la semana previa, éstos, considerados en bruto, efectivamente han sido muy buenos. Según los mismos, España ha obtenido el mejor dato para dicho mes desde que computa la serie histórica, ya que el desempleo ha bajado en, ni más ni menos, que 127.000 personas. Sin embargo, cuando uno se remanga y comienza a analizar los datos con algo de profundidad, encuentra motivos para la esperanza, pero también para la preocupación. A partir de ahí, es lo de siempre. Entran en juego los políticos, maestros a la hora de sacar réditos de una misma noticia, de un mismo dato, arrimando el ascua a la sardina de cada partido, pero adoleciendo a menudo de un mínimo de rigor. Que baje el paro siempre es una buena noticia (y ya son cuatro meses seguidos), pero existen varias circunstancias que no se pueden obviar y que a mi me gustaría desmenuzar.

En primer lugar, no podemos olvidar el factor estacional del dato, sobre todo en verano. España es un país eminentemente de servicios en el que el turismo sigue siendo su principal motor económico. Al menos en estos momentos. Con el inicio de la temporada estival, hoteles, restaurantes y cafeterías aumentan sus plantillas, las empresas turísticas refuerzan sus plantillas para poder atender el incremento de turistas, españoles y extranjeros, que disfrutan de sus vacaciones. Teniendo en cuenta el factor estacional, el paro hubiera aumentado en 996 personas. Dicha cifra, se puede valorar desde una doble perspectiva. Por un lado, parece evidente que la destrucción de empleo se está frenando, pero por otro supone también un jarro de agua fría, por cuanto desde el mes de diciembre, tan sólo en abril y ahora en junio, ha aumentado el paro sin efecto estacional. 

En segundo lugar, está la cuestión de la afiliación a la seguridad social. En este caso, el número de afiliados  tan sólo aumentó en 26.853 personas durante el mes de junio, lo que denota también un frenazo en la creación de empleo. En mayo dicha cifra fue de  algo más de 134.000 personas y en abril de algo más de 51.000. Podría interpretarse que este año el efecto turismo comenzó a notarse en abril con la Semana Santa y, sobre todo, en mayo, mes del año que comienza a ser de mayor actividad en ciertas zonas costeras, lo cual es coherente con las cifras del factor estacional, pero también es verdad que en marzo, el número de afiliados a la Seguridad Social aumentó en algo más de 30.000 personas, cifra superior a la de este mes de junio. Casando estos dos primeros datos, se puede llegar a la conclusión de que la bajada del paro no se debe exclusivamente a la creación de nuevos puestos de trabajo, sino también al llamado efecto desánimo, según el cual, ciertas personas dejan de buscar trabajo de forma activa y dejan de registrarse como desempleados.

El dato de la contratación es también importante. En junio de 2013 se firmaron 1.277.255 nuevos contratos, lo que supone una caída de un 7,84% respecto al mismo período del año anterior. En cualquier caso, conviene matizar que en Junio de 2012 se procedió a la regularización de muchos contratos de empleados de hogar. Considerando este dato, la caída de la contratación hubiera sido sólo de un 1,8%, pero caída en cualquier caso.

Aún cuando estos primeros datos debieran implicar una rebaja de la euforia mostrada por muchos ministros esta semana pasada, existen también algunos motivos para la esperanza. Por ejemplo, que el desempleo ha bajado en términos globales en todas las Comunidades Autónomas y no precisamente todas ellas generan empleo con el turismo en verano. Destaca Cataluña, con casi 25.000 parados menos, pero es que Madrid, por ejemplo, ha visto reducido en casi 15.000 personas el número de desempleados. En paralelo, el paro ha bajado en todos los sectores menos en el de la agricultura y casi 35.000 menores de 25 años han encontrado trabajo durante el pasado mes de junio.

Entre junio de 2011 y junio de 2012, además, el número de desempleados creció en casi 500.000 personas. Entre junio de 2012 y junio de 2013, dicha cifra ha sido de algo más de 148.000 personas. Aunque es cierto que España tiene tal nivel de desempleo que era difícil que pudiera seguir una progresión tan contundente, no lo es menos que dicho dato ahonda en la percepción de que las cosas tienden a estabilizarse.

En el fondo, los datos de esta semana son consistentes con el informe que también ha hecho público el equipo de estudios del BBVA en los últimos días, el cual, resumiendo, apunta que la economía española se ha mostrado prácticamente constante en el segundo trimestre, lo que sugiere que estamos cerca de una nueva fase de estancamiento que pondrá fin a la recesión. Ello es así por varios motivos : uno, que, efectivamente, se está frenando el deterioro del mercado laboral; dos, que entre abril y junio la economía se ha comportado un poco mejor de lo previsto, por cuanto la cierta relajación que nos ha permitido Bruselas en cuanto a objetivos de consolidación fiscal ha derivado en una menor debilidad de la actividad económica. En paralelo, se ha producido una leve mejoría en la demanda doméstica, por cuanto se ha reducido algo la presión a la baja en la renta disponible de los hogares; tres, que las exportaciones de bienes se siguen mostrando fuertes y podrían aumentar las de servicios gracias al turismo. Por último, el equipo de estudios del BBVA apunta que en los últimos meses la economía española presentó capacidad de financiación frente al resto del mundo por primera vez desde mediados de los años 90, gracias a una tasa de ahorro superior a la esperada y una inversión en sintonía a lo previsto. O lo que es lo mismo, que lo que todos los españoles ahorramos da para pagar nuestras inversiones e incluso para financiar las de otros países. Pese a todo, BBVA recalca que estos datos son consistentes con la caída del PIB prevista para este año de un 1,4%, una décima más que la estimada por el gobierno.

Posiblemente estemos próximos a un punto de inflexión, pero éste conviene ser matizado. Es muy probable que España comience a crecer a lo largo del último trimestre de 2013 y que el 2014 sea ya notablemente mejor por primera vez en 6 años, pero en unos niveles de renta disponibles de las familias muy bajos, con una tasa de desempleo astronómica y con un endeudamiento público y privado que va a permitir pocas alegrías a corto y medio plazo. Un punto de inflexión no implica un rebote, ni significa que se vayan a crear millones de puestos de trabajo de la noche a la mañana. Uno no sale de la UCI para ponerse a correr una maratón, ni se cambia de modelo de un día para otro. El único cambio estructural de nuestra economía a día de hoy es el de la exportación, pero la creación de empleo a partir de la misma será muy lenta. 

Cuando uno viene del infierno, en el purgatorio no se está tan mal, pero conviene saber que aún queda una larga travesía por el desierto. Lejos quedan aquellos años de las excavadoras en los que nos creíamos felices, pero quiero pensar que, al final, todo ésto nos hará más fuertes. Y no precisamente gracias a nuestros dirigentes. Finalmente tenía razón Keynes: los mercados terminan ajustándose por sí solos, y cuando los gobiernos no aciertan con las soluciones, lo hacen con un coste social insoportable. ¿A alguno le suena?




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