Cultura y Deportes - Sobre Saramago y Gasol
Breves Reflexiones
Ayer viernes 18 de Junio de 2010, dos noticias nos sobresaltaron a todos. Por un lado, la muerte de José Saramago, premio Nobel de lilteratura en 1998 y una de las conciencias de nuestra generación. Por otro, la brillante victoria de Pau Gasol en la NBA, consiguiendo así su segundo anillo. Tristeza y alegría, emoción en ambos casos, se unieron ayer para recordarnos las lecciones que estos dos grandes de la literatura y el baloncesto respectivamente nos han dejado.
José Saramago nació en Azinhaga, Portugal, en 1922. Hijo de campesinos pobres y sin apenas medios, logró rebelarse contra un futuro que le presagiaba seguir el camino profesional de sus progenitores. Logrando que un amigo le prestase algo de dinero, pudo comprarse sus primeros libros, los cuales devoró y le animaron a ser escritor. Publico su primera novela en 1947. Se iba a titular "La viuda", pero su editor le convenció para cambiar su nombre por otro supuestamente más comercial: "Tierra de Pecado". Tras algunos libros de poemas y varias novelas, entre ellas la polémica "El evangelio según Jesucristo", le llegó el Nobel a la edad de 76 años.
Pero por encima de sus logros literarios, para mi la figura de Saramago alcanza toda su dimensión por su pensamiento y, fundamentalmente, por ser un referente moral. Su crítica a la sociedad actual, incluyendo a los actuales sistemas democráticos y los largos tentáculos que las multnacionales tienden sobre ella, sus críticas tanto a la derecha como a la izquierda (siendo él un comunista convencido) y sus profundas reflexiones sobre la vida, la muerte y el ser humano, catapultan al escritor portugués afincado en Lanzarote como uno de los grandes pensadores de finales del siglo XX y principios del XXI. En una época en la que, como bien apuntaba Fernando López Fernández en su blog, faltan referentes, Saramago ha sido uno de ellos. Y lo ha sido por su coherencia, por su moral y sus valores pero también por su capacidad de lucha para llegar a ser aquello con lo que siempre soñó.
Polémico en ocasiones, Saramago se sintió siempre libre para expresarse según consideraba. Ello le hizo ganarse muchas críticas. Pero para mi es otro motivo más para admirarle. Porque aún pudiendo no estar de acuerdo, sus opiniones, siembre bien argumentadas y defendidas, eran un ejemplo de cómo el debate, la crítica y el conflicto sirven para crecer. Algo de Saramago no les vendría mal a nuestros parlamentarios.
Pau Gasol, por su parte, estaba llamado a ser un jugador ACB sin más. Era suplente en aquella selección campeona del mundo junior de 1999 en la que destacaban fundamentalmente dos hombres: Raúl López y Juan Carlos Navarro. Cuando dio el salto al primer equipo de Barça, le bastó apenas una temporada para destrozar a todos sus rivales y demostrar que Europa se le habia quedado pequeña. Cuando dio el salto a la NBA, lo hizo para jugar en los Grizzlies, donde pronto se convirtió en la estrella del equipo.
Tras varias temporadas memorables en lo individual pero pobres en lo colectivo, Gasol parecía condenado a pasar a la historia como un grandísimo jugador, All Star incluso, de una franquicia menor y cuyos principales títulos vendrían de la mano de la selección española. Hasta que llegó el mes de diciembre del año 2007 y fue traspasado a los Lakers. Allí coincidió con Kobe Bryant, talento puro bajo sospecha por su malísima relación con Shaquille O´Neal, la cual lastró al equipo de Los Ángeles durante algunas temporadas. Cuando el de Sant Boi aterrizó en los Lakers, éstos eran un equipo sin rumbo. Su llegada cambió el chip del mismo, hasta tal punto que se plantaron en la final de la NBA del año 2008. En aquella ocasión los Celtics ganaron con solvencia y cierta parte de la prensa se cebó con Gasol, al que tildaron como "Gasoft" por su supuesta blandura a la hora de defender.
Lejos de venirse abajo, Pau apretó los dientes y logró ganar su primer anillo en el año 2009 batiendo a los Orlando Magic en la final. Pero no era suficiente. Gasol necesitaba sacarse la espina del año 2008. Ayer, durante muchos minutos, los Lakers estuvieron KO y parecía que la victoria se iba a volver a escapar. En un gran úlitmo cuarto, los angelinos se llevaron el partido y el título. Aunque Kobe fuera elegido el MVP, Gasol ha sido el que mejores números ha presentado en todos los Play Off. Ayer, ni más ni menos, anotó 19 puntos y capturó 18 rebotes. Cuando se le preguntó si no hubiera merecido él el MVP en lugar de Kobe Bryant, hizo gala de nuevo de su humildad y volvió a hablar de EQUIPO, clave en cualquier deporte. Incluso en los individuales. Gasol, al igual que Nadal, es otro ejemplo de persona que ha sabido levantarse y luchar por llegar hasta dónde nadie en nuestro país había llegado nunca, y como el balear, es otro referente moral por su capacidad de sacrificio, lucha, entrega y respeto al adversario.
Saramago y Gasol, Gasol y Saramago. Ayer fue un día de emociones contradictorias, pleno de emociones y lecciones para todos. En una ocasión le leí al escritor portugués decir que las derrotas tenían una parte positiva: que nunca son definitivas. Quien sabe si aquellas palabras no sirvieron de acicate ayer a Gasol.
Ayer viernes 18 de Junio de 2010, dos noticias nos sobresaltaron a todos. Por un lado, la muerte de José Saramago, premio Nobel de lilteratura en 1998 y una de las conciencias de nuestra generación. Por otro, la brillante victoria de Pau Gasol en la NBA, consiguiendo así su segundo anillo. Tristeza y alegría, emoción en ambos casos, se unieron ayer para recordarnos las lecciones que estos dos grandes de la literatura y el baloncesto respectivamente nos han dejado.
José Saramago nació en Azinhaga, Portugal, en 1922. Hijo de campesinos pobres y sin apenas medios, logró rebelarse contra un futuro que le presagiaba seguir el camino profesional de sus progenitores. Logrando que un amigo le prestase algo de dinero, pudo comprarse sus primeros libros, los cuales devoró y le animaron a ser escritor. Publico su primera novela en 1947. Se iba a titular "La viuda", pero su editor le convenció para cambiar su nombre por otro supuestamente más comercial: "Tierra de Pecado". Tras algunos libros de poemas y varias novelas, entre ellas la polémica "El evangelio según Jesucristo", le llegó el Nobel a la edad de 76 años.
Pero por encima de sus logros literarios, para mi la figura de Saramago alcanza toda su dimensión por su pensamiento y, fundamentalmente, por ser un referente moral. Su crítica a la sociedad actual, incluyendo a los actuales sistemas democráticos y los largos tentáculos que las multnacionales tienden sobre ella, sus críticas tanto a la derecha como a la izquierda (siendo él un comunista convencido) y sus profundas reflexiones sobre la vida, la muerte y el ser humano, catapultan al escritor portugués afincado en Lanzarote como uno de los grandes pensadores de finales del siglo XX y principios del XXI. En una época en la que, como bien apuntaba Fernando López Fernández en su blog, faltan referentes, Saramago ha sido uno de ellos. Y lo ha sido por su coherencia, por su moral y sus valores pero también por su capacidad de lucha para llegar a ser aquello con lo que siempre soñó.
Polémico en ocasiones, Saramago se sintió siempre libre para expresarse según consideraba. Ello le hizo ganarse muchas críticas. Pero para mi es otro motivo más para admirarle. Porque aún pudiendo no estar de acuerdo, sus opiniones, siembre bien argumentadas y defendidas, eran un ejemplo de cómo el debate, la crítica y el conflicto sirven para crecer. Algo de Saramago no les vendría mal a nuestros parlamentarios.
Pau Gasol, por su parte, estaba llamado a ser un jugador ACB sin más. Era suplente en aquella selección campeona del mundo junior de 1999 en la que destacaban fundamentalmente dos hombres: Raúl López y Juan Carlos Navarro. Cuando dio el salto al primer equipo de Barça, le bastó apenas una temporada para destrozar a todos sus rivales y demostrar que Europa se le habia quedado pequeña. Cuando dio el salto a la NBA, lo hizo para jugar en los Grizzlies, donde pronto se convirtió en la estrella del equipo.
Tras varias temporadas memorables en lo individual pero pobres en lo colectivo, Gasol parecía condenado a pasar a la historia como un grandísimo jugador, All Star incluso, de una franquicia menor y cuyos principales títulos vendrían de la mano de la selección española. Hasta que llegó el mes de diciembre del año 2007 y fue traspasado a los Lakers. Allí coincidió con Kobe Bryant, talento puro bajo sospecha por su malísima relación con Shaquille O´Neal, la cual lastró al equipo de Los Ángeles durante algunas temporadas. Cuando el de Sant Boi aterrizó en los Lakers, éstos eran un equipo sin rumbo. Su llegada cambió el chip del mismo, hasta tal punto que se plantaron en la final de la NBA del año 2008. En aquella ocasión los Celtics ganaron con solvencia y cierta parte de la prensa se cebó con Gasol, al que tildaron como "Gasoft" por su supuesta blandura a la hora de defender.
Lejos de venirse abajo, Pau apretó los dientes y logró ganar su primer anillo en el año 2009 batiendo a los Orlando Magic en la final. Pero no era suficiente. Gasol necesitaba sacarse la espina del año 2008. Ayer, durante muchos minutos, los Lakers estuvieron KO y parecía que la victoria se iba a volver a escapar. En un gran úlitmo cuarto, los angelinos se llevaron el partido y el título. Aunque Kobe fuera elegido el MVP, Gasol ha sido el que mejores números ha presentado en todos los Play Off. Ayer, ni más ni menos, anotó 19 puntos y capturó 18 rebotes. Cuando se le preguntó si no hubiera merecido él el MVP en lugar de Kobe Bryant, hizo gala de nuevo de su humildad y volvió a hablar de EQUIPO, clave en cualquier deporte. Incluso en los individuales. Gasol, al igual que Nadal, es otro ejemplo de persona que ha sabido levantarse y luchar por llegar hasta dónde nadie en nuestro país había llegado nunca, y como el balear, es otro referente moral por su capacidad de sacrificio, lucha, entrega y respeto al adversario.
Saramago y Gasol, Gasol y Saramago. Ayer fue un día de emociones contradictorias, pleno de emociones y lecciones para todos. En una ocasión le leí al escritor portugués decir que las derrotas tenían una parte positiva: que nunca son definitivas. Quien sabe si aquellas palabras no sirvieron de acicate ayer a Gasol.
Comentarios
Muchas gracias por la mención. me ha gustado como has traído al blog a dos personas que marcan la diferencia. uno, por su coherencia y por su lucha constante en lo que cree y otro por su propia fe en sus posibilidades.
Saramago, como dices un referente aunque no se estuviera de acuerdo con el y Pau Gasol, una referencia de equipo. En ambos casos, gente necesaria, que suma siempre, aunque ahora sólo quede uno.
Siempre digo que la vida es una sucesión de derrotas con victorias puntuales y por ello, nunca definitivas como decía Saramago.
Un abrazo y gracias otra vez por la mención.
Muchas gracias por pasarte y por tu comentario. Yo, optimista por naturaleza, prefiero pensar que la vida tiene más victorias que derrotas a poco que la vivas con pasión, pero lo importante, en cualquier caso, es saber rebelarse contra ellas, dar un paso al frente y no dejarse tumbar.
Un fuerte abrazo
Brillante exposición de dos PERSONAS con mayúsculas!
Saludos, M.
Saludos