Fútbol - Raúl

Gracias, Capitán

Me temo que como el día en el que escribí de la selección, tampoco hoy voy a ser demasiado original. Es más, ya he visto que mi buen amigo Paco Alcaide también ha escrito sobre Raúl, así que en un rato me pasaré por su fantástico blog y pondré mi granito de arena fomentando el sano debate. Por mi parte sólo quiero contaros una historia basada en hechos reales, más concretamente en mi propia existencia.

Allá por el año 1988, cuando la Quinta del Buitre estaba en el ecuador de su ciclo glorioso, aquel en el que ganaba con una facilidad pasmosa la liga española con un juego por aquel entonces sin parangón, mi padre, más madridista que Santiago Bernabéu y asiduo al estadio de su mismo nombre, decidió hacerme socio a mi también y comenzar a compartir conmigo aquella afición. Aquel Real Madrid era una máquina de ganar en nuestro campeonato doméstico, pero le faltaba siempre un hervor en la Copa de Europa. Es cierto que el fútbol no fue justo con ellos, que los Míchel, Butragueño y compañía, merecieron retirarse con una o dos de las actuales Champions a sus espaldas, pero la realidad es que su tiempo pasó y el Madrid llevaba más de 30 años sin ganar su torneo favorito.

Luego llegó aquella crisis económica que amenazó con convertir al club de mis amores en Sociedad Anónima Deportiva, la magia cogió el puente aéreo, dónde un druida llamado Cruyff hizo jugar a aquel "Dream Team" como los ángeles y al Madrid no le quedó más remedio que tirar de casta y amor propio para apenas subsistir aquellos cuatro años de vendaval blaugrana. Entonces llegó Raúl.

Recuerdo el día de su debut. No daban el partido del Madrid por la tele, pese a que aquel Zaragoza de Víctor Fernández era una maravilla, y tuve que coger una radio, ponerme unos cascos y escuchar a Manolo Lama narrar aquel partido. El Madrid comenzó perdiendo 2-0, empató a 2 y finalmente terminó sucumbiendo por 3 a 2 en un encuentro que todo el mundo tildó de espectacular. Las crónicas hablaban de que Raúl pudo haber marcado dos o tres goles fáciles, pero que pese a todo, pese a que no entrase la pelotita, aquel chico era diferente.

Sólo tuve que esperar una semana para comprobarlo in situ en un derby ante el Atlético de Madrid. Marcó el 1-0, asistió a Zamorano en un pase magistral para el 2-0 y provocó un penalty que creo suponía el 4-1. Aquel partido lo ganó el Madrid 4-2 y Raúl fue portada en todos los medios de comunicación. Esa temporada el Madrid ganó la liga y el año siguiente retornó a la tan ansiada Copa de Europa, rebautizada como Champions League. Sin los refuerzos oportunos y con un Ajax estratosférico (con Kluivert, Seedorf, los hermanos De Boer, Overmars, Davids y Kanu), el Madrid pasó la primera fase pero perdió en cuartos contra la Juve. En el partido de ida, Raúl hizo el único gol del encuentro y volvió loca a la zaga transalpina. En el partido de vuelta, un Madrid en descomposición tras el cese de Jorge Valdano, caía eliminado en Delle Alpi. Aún así, aquel chavalín que había sentado a Butragueño apenas un año antes, hizo una Champions espectacular que desató la admiración de toda Europa.

El año siguiente fue el de Capello en su primera etapa en la capital. El Madrid no disputaba competición europea y cayó en Copa a las primeras de cambio contra el Barça de Ronaldo. Pese a la llegada de Mijatovic y Suker, Raúl fue el verdadero estandarte de aquella liga llamada de las estrellas y se preparaba para el asalto del trono europeo a la siguiente temporada. ¿Sería capaz el Madrid de recuperar su sitio en la élite continental 32 años después?

Tras completar una primera fase de grupos brillante con Raúl en plan estelar, llegaron las eliminatorias a doble partido. Aunque el 7 blanco no estuvo tan afortunado en las mismas, poco a poco se convirtió en el referente de aquel Real Madrid que hizo que el sueño de muchos niños (ya crecidos) como yo, se cumpliera. Aquel mes de mayo de 1998, el Real Madrid batía en Amsterdam a la Juventus de Zidane por 1-0 y se alzaba con su séptima Copa de Europa.

En apenas dos años el club blanco hizo limpia. Desaparecieron los Mijatovic, Suker, Seedorf y compañía junto a sus Ferrari y en un momento convulso dentro de la entidad apareció Vicente Del Bosque para resucitar al muerto que era el Madrid en el mes de diciembre del año 1999. En apenas unos meses, el Madrid de la mano de Raúl, siempre Raúl, se vino arriba y ganaba su octava Copa de Europa. El papel del de San Cristóbal fue decisivo. Clasificó al Madrid en el último momento en la segunda fase de grupos en Noruega, le hizo un par de tantos al Manchester United (vigente campeón por aquel entonces) en Old Trafford, se marcó una pedazo de eliminatoria contra el Bayern y mojó en aquella final contra el Valencia en París en mayo del año 2000.

En el 2001 el Bayern se tomó cumplida venganza en semifinales, pero un año después el Madrid volvió a la carga y tras eliminar al Bayern (¡qué eliminatorias nos regalaron!) y al Barça (golazo de Raúl incluido), el Madrid batía al Leverkusen en la final de Glasgow levantando la novena Copa de Europa (con otro gol de Raúl en la misma). Pudo ganar el Madrid la décima un año después, poco antes del galacticidio, de no mediar una inorpotuna apendicitis del 7 madridista justo después de una exhibición ante el Manchester y una lesión de Ronaldo tras una fea patada en semifinales contra la Juve.

Es cierto que desde entonces el Madrid lleva 8 años sin alzarse con el máximo título continental. Tanto como que desde entonces Raúl ha sufrido la inestabilidad institucional y deportiva que ha vivido nuestro club en los últimos tiempos, una gravísima lesión de rodilla y el inevitable paso de los años. Pero también lo es, que el hecho de que cada eliminación del club de Chamartín en la Champions se viva hoy en día como un drama nacional, es, en buena medida, gracias a Raúl y a ese plus de competitividad que su llegada aportó al Madrid. Porque antes, al Madrid de las últimas décadas, al de Juanito y Santillana, al de Butragueño y Hugo Sánchez entre otros, siempre parecía faltarle algo en los partidos importantes para terminar de ganar el título de títulos a nivel continental. Aquella sensación cambió para siempre con la irrupción de Raúl en el panorama futbolístico.

Raúl ha generado anécdotas de todo tipo a lo largo de su trayectoria. Fergusson llegó a pedir que no le dejasen pasar la frontera de Inglaterra en los momentos previos de un partido de vuelta decisivo de cuartos de final de la Champions League, Khan, aquel mítico portero del Bayern, admitió que sufría estrés siempre que tenía a Raúl enfrente y no hay un sólo entrenador que o compañero que no haya alabado su determinación, entrega, olfato goleador, inteligencia, trabajo de equipo y mentalidad ganadora. Valdano ha dicho hoy que, tal vez, tras Di Stéfano, haya sido el jugador más importante en la historia del Madrid. Yo no he vivido tanto, no sé si es exagerado o no, pero desde luego sí que sé que es el jugador que ha cambiado al Real Madrid moderno, el que lo ha devuelto al primer plano internacional, el más determinante, el que siempre ha estado ahí y que se necesitarán varias décadas para valorar en su justa medida su trayectoria y sus records. Máximo goleador de la historia de la Champions, máximo goleador de la historia del Madrid, máximo goleador de la historia de la selección (aunque Villa le superará pronto, espero) pese a haber dejado la misma con apenas 29 años (los mismos que cumple Villa ahora, por cierto). Como dice Valdano, los números de Raúl no se discuten.
Hay quien opina que no ha tenido tanta clase como Zidane, Figo o Ronaldo, pero lo cierto es que ha ganado más Copas de Europa que los tres juntos. Dicen también que ha ganado tantos títulos y marcado tantos goles por toda la gente que tenía a su alrededor, pero invito al personal a que analice las alineaciones del Madrid de la octava, con Karanka e Ivan Campo de titulares, un Anelka abúlico como punta de lanza y un chaval llamado David Aganzo, ahora en el Rayo, jugando con él en el ataque en el decisivo partido contra el Rosenborg. Podía haberse quedado en el Madrid viviendo de las rentas, pero ha preferido volar en busca de nuevos retos.

Con sus virtudes y defectos, con sus aciertos y errores, que seguro que como ser humano también ha cometido, Raúl ha sido y es un referente para todos los madridistas como yo. Nuestros abuelos y padres hablaban de Di Stéfano, a mis hijos yo les hablaré (espero) de Raúl. Por tu ejemplo y por habernos devuelto la ilusión, muchas gracias capitán. Confío en que no tardes en volver y sigas haciendo historia en este club, el club de mis amores.

Como no podía ser de otra forma, os dejo un video con sus mejores goles. Que lo disfrutéis.

Comentarios

FAH ha dicho que…
Gracias x lo que me toca. Muy buen resumen, Fernando. Las opiniones son libres, pero los hechos no se discuten. Sus números no admiten debate. 1 abrazo.
Luis María ha dicho que…
Cuando yo veía jugar a Suker me volvía loco con su técnica. A Mijatovic por su frialdad y clase. A Redondo porque nunca vi un jugador que cubriera tanto campo y tuviera tanta clase para jugar al fútbol, quizá hasta Xabi Alonso ahora. Cuando veía a Hierro veía al mejor defensa y al mejor pasador a 80 metros de la historia. Cuando veía a Figo veía a un jugador con desborde y equilibrio. Cuando veía a Savio veía a un jugador excepcional. Cuando veía a Anelka veía a un delantero descomunal pero sin sangre. Cuando veía a Zidane veía al mejor futbolista que he podido disfrutar en mi vida. Cuando veía a Guti veía clase desbordando por todas partes. Cuando veo a Cristiano Ronaldo veo una velocidad estratosférica de juego. Cuando veo a Higuaín veo el mejor desmarque desde el mejor Raúl.
Pero es que cuando veía, he visto y veo a Raúl, tengo la impresión de estar viendo al mejor jugador de fútbol. Porque nunca se le ha quitado el hambre, porque nunca se le ha quitado la lucha, porque nunca se le ha quitado el gol, porque siempre se ha levantado, porque siempre ha sido el líder, porque siempre ha exigido a su compañero la misma entrega, esfuerzo y sacrificio que él ha puesto, porque siempre ha sido el alma y el espíritu. Porque siempre ha sido Raúl!!!
Fernando ha dicho que…
Hola Paco! Muchas gracias a ti por pasarte y por tu comentario. Creo que hay muy pocos tan buenos como te en lo que a sport management se refiere. Gran frase: las opiniones son libres pero los hechos no se discuten. Me la apunto!

Un abrazo
Fernando ha dicho que…
Hola Luis: Millones de gracias por pasarte y por tu comentario. Estoy muy de acuerdo contigo: Raúl es inimitable. Los ha habido con más clase, con más técnica, con más velocidad, con mejor remate pero casi ninguno tan completo como él y sobre todo, ninguno tan competitivo. Al final en esta vida lo que marca la diferencia es la actitud por encima de la aptitud.

Un fuerte abrazo

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