Economía - Planes de Crecimiento para Europa: ¿Hay luz al final del Tunel?

Algunas Ideas

Por fin el pasado viernes vimos la foto que muchos llevábamos esperando hace algún tiempo. Los líderes de las cuatro primeras economías de la Eurozona, esto es, Merkel, Hollande, Monti y Rajoy, saliendo al unínoso a anunciar un plan de estímulo y crecimiento para Europa. Sin duda fueron buenas noticias, pero conviene ser cauto. Esta crisis se ha mostrado hasta la fecha casi imbatible. Mal haríamos ahora en cantar victoria antes de tiempo. Al calor de lo leído, se me ocurren varias ideas que quería compartir en este post. Espero que os aporten puntos de vista para la propia reflexión y que no me deis mucha caña los eruditos de la economía, porque como suelo acostumbrar, voy a simplificar conceptos muy abstractos para que todo el mundo me pueda seguir.

Para ponernos un poco en antecedentes, vamos a explicar muy brevemente cómo se ha llegado a la situación actual. Con el estallido de la crisis, los gobiernos de todo el mundo decidieron hacer un esfuerzo fiscal importante aumentando el gasto público en la economía, tratando de evitar de esta forma el colapso del sistema. Aquello apenas funcionó, porque muchos de los males eran estructurales, y apenas unos años después, los principales países europeos se encontraron con un déficit público muy elevado y una economía que no había manera de arrancar.

La manera de financiar esos déficits suele ser a través de la emisión de deuda pública. El problema es cuando el grifo se cierra en tus mercados y no eres capaz de colocar tus emisiones de letras y bonos si no es pagando un interés exagerado.En esa situación se vieron países como España e Italia ya en el año 2010. Por aquel entonces Merkel impuso una política de austeridad llevada al límite, tratando con ello de relajar la presión de los mercados. Lo cierto es que desde un punto de vista teórico, aquello podía tener sentido. Con un coste de financiación más bajo y unas reformas estructurales bien ejecutadas, la eurozona podía recuperar la senda de crecimiento.

El problema es que la consolidación fiscal es como aplicar quimioterapia al enfermo. Es imprescindible para curar el cáncer, pero unas dosis muy elevadas pueden llevarse por delante al paciente en el momento menos pensado. Es cierto que España e Italia (de Portugal, Grecia e Irlanda ya ni hablamos) no tenían capacidad para financiarse, pero no lo es menos que con una política mucho más proactiva y decisiva de los correspondientes organismos de la UE podía haber aliviado muchos de los males que tanto nosotros como nuestros vecinos transalpinos veníamos sufriendo. En tanto en cuanto dichas políticas no se ponían en marcha, no quedaba otro remedio que recortar con los resultados que tomos hemos visto: economías de nuevo en recesión, paro desbocado y dos países irrescatables al borde del colapso.

En estas, cuando los mercados no dan tregua, cuando hasta el menos pintado sabe ya que la prima de riesgo no es aquella que se agarra una cogorza en las fiestas familiares,  y que hasta la propia Merkel parece asustada ante una espiral que no parece tener freno, se anuncia una estrategia de crecimiento basada en la inyección de 130.000 millones de Euros que se emplearán para crear nuevas infraestructuras que mejoren la competitividad de la UE. De entrada suena bien, pero conviene analizar en profundidad las cosas para comprender si esta iniciativa puede revertir la actual situación.

Conviene comenzar explicando qué efecto tiene una inyección de gasto público en el sistema. Cuando la economía se para, la gente pospone decisiones de compra. En parte por falta de confianza, pero en parte también porque espera que los precios bajen si la demanda cae. Si el estado lanza un plan para estimular la demanda, no sólo entran en el sistema los 130.000 millones de euros que en el caso de la UE se quieren implementar, sino que la gente que ahora mismo ahorra por falta de confianza o porque espera que los precios sigan cayendo, se animará a consumir. Se generará lo que se llama un efecto multiplicador que puede devolver a la economía al crecimiento bajo ciertas circunstancias.

Si no se ha hecho antes, es porque países como España o Italia, se habían quedado sin posibilidades de seguir estimulando la economía, como trataba de explicar antes, y no tenían  más capacidad de endeudamiento. Para poner en marcha un plan como éste, era imprescindible que se diseñara y ejecutara desde la propia UE.
 
Son muchas las voces que señalan que este plan de estímulo es modesto, ya que apenas supone en 1% del PIB de la eurozona, y están en lo cierto, pero para mi lo importante es señalar lo que hay detrás de esta iniciativa. Todavía quedan bastantes incógnitas que despejar sobre cómo se van a financiar estos proyectos, pero lo que se va conociendo parece que nos adentrarán en un nuevo escenario. No se van a requerir nuevos fondos a los países miembro, ya que en el fondo sería absurdo, por ejemplo, obligar a España a poner 10.000 millones si para ello tiene que recortar otros 10.000 millones en su gasto público nacional. Por el contrario, se va a tirar en parte de dinero ya "puesto", para que nos entendamos, así como con financiación que se va a buscar en los mercados. Para tal fin, y esta es la novedad, parece que Alemania estaría dispuesta a aceptar cierta mutualización de la deuda. No serían Eurobonos como tal, pero se le asemejarían. Por primera vez, estaríamos viendo más Europa, que es lo que muchos hemos venido reclamando de un tiempo a esta parte.

Cuando se habla de mutualización, y de nuevo simplifico, lo que se busca es que haya cierta garantía común en las emisiones de deuda de la UE. Es decir, que la prima de riesgo no fuera española o italiana, sino de la UE, lo cual, sin duda, ayudaría a salir de la actual coyuntura. Entiendo que Alemania sea reticente, puesto que se deben avanzar en otros aspectos antes de lanzarse como locos a la aventura de los Eurobonos, pero creo que al Euro no le queda otro camino si quiere seguir existiendo. Que se vayan dando los primeros pasitos me parece una excelente noticia.

Pero este plan de estímulo deberá de ir acompañado de otra serie de medidas inaplazables. En primer lugar, se debe tender hacia una unión bancaria europea y fiscal. Los países deben asumir la pérdida de cierta soberanía fiscal, pero no va a quedar otra si de lo que se trata es de fortalecer el proyecto de la moneda común. La unión bancaria es necesaria para evitar que pasen casos como el de nuestro país recientemente, por ejemplo, o como los de Alemania, Bélgica o Reino Unido en 2008. La Unión Fiscal es también imprescindible. Pensemos cuando España tenía la peseta. Tenía comunidades autónomas que gozaban de mayor nivel de prosperidad que otras, pero vía política fiscal se evitaba que hubiera españoles de primera y de segunda. El problema actual, es que tenemos una moneda común, pero no hay un organismo que dirija la política fiscal a nivel comunitario. Una vez tengamos una unión fiscal, los eurobonos dejarán de ser una quimera.

En segundo lugar, se deben ralentizar los objetivos de consolidación fiscal. Fundamentalmente para que este plan de estímulo tenga mayor efecto, pero también porque otro de los problemas que afronta el Euro es de credibilidad. Es mejor marcarse un objetivo a medio plazo que se pueda ir cumpliendo, que otro demasiado cortoplacista inabarcable que, de nuevo, impida la financiación de los estados.

Por último, mientras se ponen en marcha todas las medidas descritas, en especial la de la mutualización de la deuda vía Eurobonos o lo que proceda, España e Italia necesitan que se les eche un capote a cortísimo plazo para aliviar su situación en los mercados. En ese sentido, se están barajando tres alternativas. La primera, consistente en que el propio BCE compre directamente bonos de los países en problemas, cuenta con el rechazo del propio organismo comunitario, por lo que no parece viable. La segunda, la compra de bonos a través del fondo de rescate europeo (ESM/ESFS), la cual tendría como contrapartida ciertas cesiones en control de la política fiscal por parte de los países que acudan a este fondo, podría ser una solución, pero se corre el riesgo de estigmatizar al pais que acuda a dicho fondo. En tercer y último lugar, se está estudiando la posibilidad de aprobar una especie de "euroletras" y el trasvase del exceso de deuda (por encima del 60% del PIB) a un fondo común con el respaldo comunitario. Estas tres alternativas supondrían, en cualquier caso, un cierto grado de mutualización, al igual que propio plan de estímulo, lo que me hace pensar que se está trabajando en incrementar la presencia de la UE en la fiscalidad de los estados miembros. Realmente, creo, que esa es la mejor noticia.

En cualquier caso, la solución no es sencilla. Como decía en mi anterior post, los "primos de riesgo" nos han llevado a una situación que es límite y que podría llevarse por delante el Euro. Evitar la caída de Italia y España a corto plazo va a requerir ingentes cantidades de dinero que sólo se van a poder conseguir vía inyecciones masivas de liquidez. Es decir, dándole a la máquina de imprimir billetes. Esta medida no es sencilla ni está nada claro que pueda salir adelante. Para que nos entendamos, cuando aumenta el dinero puesto en circulación, los precios tienden a subir (se crean tensiones inflacionistas). Cuando la tasa de paro es elevada, las tensiones inflacionistas son menores, por cuanto lo salarios no tienden a subir en exceso al haber tanta gente sin trabajo. En países como España, por ejemplo, esta medida sería positiva a corto plazo. El problema es que en países como Alemania, con una tasa de desempleo bajísima, las tensiones inflacionistas serían elevadas. Pensar que el país germano pudiera aceptar una tasa de inflación de en torno un 6%, que es lo que piensan los analistas que necesitarían países como España o Italia, es una quimera, por cuanto su economía perdería competitividad. Tan sólo una posible ruptura real de la zona Euro podría hacer que Alemania aceptase algo así. Ocurre que esa posibilidad ya es factible.

Pero meter más dinero en circulación, no sólo tendría resistencia en el seno de algunos países de la UE. Está por ver que EEUU lo aceptase, ya que sería una devaluación del euro en toda regla, lo que podría desencadenar una guerra de divisas y tipos de cambio. Me explico. Si aumenta la oferta de euros, su precio baja y se abarataría en relación al dólar, lo cual favorecería nuestras exportaciones y perjudicaría a las norteamericanas. De nuevo, tan sólo una posible hecatombe de España o Italia podría hacer que al otro lado del Atlántico se aceptase algo así, ya que la caída de cualquiera de los dos países se lleva el Euro por delante y crearía un tsunami financiero de consecuencias impredecibles.

Europa está en una situación límite, y más allá de cuantías y planes de crecimiento, me parece interesante lo que subyace tras ellos: el reconocimiento de que necesitamos precisamente más Europa para salir de este lío. Ojalá no sea demasiado tarde. Tengo mis dudas, pero espero equivocarme. 

Comentarios

Katy ha dicho que…
Hola Fernando, te admiro de veras. Leemos tus posts mi marido y yo. Solo que ya no comento. Personalmente no tengo ninguna esperanza de futuro. Creo que se acabó el estado de bienestar si es que lo hubo alguna vez.
La gente esta depre y eso influye en los estados de ánimo.Lo siente por los que venís detrás que sois jóvenes y os va a tocar luchar el doble. Así que ánimo:-)
Bss
Libros de Management ha dicho que…
Buen análisis, Fernando, como siempre... y me gusta el tonillo irónico que le vas metiendo... Felicidades... Como dijo alguien, la ironía es honestidad brutal... abrazo.
Fernando ha dicho que…
Katy, la mayor traición que podemos hacernos a nosotros mismos y a las generaciones futuras es perder la esperanza. Nunca hay que bajar los brazos. Vivimos un cambio de paradigma, pero toda catarsis da la posibilidad de reinventarse. Estos años están siendo durísimos, pero las vivo como lecciones vitales.

Millones de gracias por pasarte y me sonroja saber que compartes mis post con tu marido. Espero seguir estando a la altura!

Un fuerte abrazo para ambos
Fernando ha dicho que…
Gracias, Paco! La ironía es más necesaria que nunca en estos tiempos que corren. Me decía un amigo el otro día: ¿y si nos rescatan, qué?. Yo le decía, mientras siga habiendo vividores, noches que salir y chicas que conquistar, no será para tanto.

Un poco de ironía y capacidad de relativizar las cosas siempre vienen bien.

Un fuerte abrazo

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