Economía - Sobre Brotes Verdes (III) y Final

Reflexiones Sobre la Salud Real de Nuestra Economía: Reformas Estructurales y Algunas Conclusiones

Pongo fin hoy a mi trilogía sobre la salud real de la economía española, haciendo alusión a algunas de las reformas básicas que yo creo que se deben tomar si de verdad, tal y como apunta el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se quiere cambiar el modelo económico de nuestro país. Ante todo quiero dejar claro que son ideas y opiniones puras y duras, basadas en muchas horas de lectura, pero que entiendo no son fáciles de articular. y desarrollar En cualquier caso hoy prometo no hablar más de teoría económica. Vamos allá.

La primera reforma que debe tomar nuestro gobierno es la educativa. Empezando por preescolar y acabando por la universidad. Como ya se ha apuntado en este blog, España ha alcanzado un nivel de desarrollo que le va a impedir competir exclusivamente en costes. Siempre habrá alguien que fabrique o produzca más barato. Debemos, por lo tanto, apostar por la tecnología, la innovación y los bienes de cierto valor añadido. Este objetivo es inviable con tasas de fracaso escolar que rozaban el 30% en Julio de 2007.

Hace falta cambiar el modelo de estudio en los colegios, el cual sólo puede surgir de un gran pacto entre los partidos más importantes de este país. No puede ser que cada vez que haya cambio de gobierno, se trate de variar el sistema también. La educación debería ser un objetivo estratégico para los gobiernos, y tales objetivos se deben estructurar en horizontes largoplacistas de 15 ó 20 años, justo lo que duró la tan denostada en su día, y añorada en la actualidad, EGB.

La reforma educativa en la etapa escolar, debe ir acompañada con una reforma en los horarios de las empresas. Al menos para los padres trabajadores. Conciliar la vida laboral y familiar, no puede ser visto como un mérito para las empresas. Que nadie me entienda mal, está muy bien que haya compañías valientes que den un paso al frente, pero es que debería ser lo normal. A los niños se les educa en casa, no en el colegio, y para eso hace falta que estén los padres con ellos cuando salgan de clase. Desde un punto de vista meramente económico, nuestro sistema educativo no es sostenible, porque no está siendo capaz de formar profesionales cualificados para el día de mañana y ello empieza por la enseñanza obligatoria.

Hay que reformar también la universidad. No se trata de fomentar el debate cínico y sesgado de la mercantilización de la misma, sino de entender que es necesario que las empresas se involucren en las diplomaturas y licenciaturas. Lo digo desde ya: la Universidad, Pública y de Calidad. Que nadie se lleve a engaños. Pero un sector privado volcado con las universidades, puede favorecer la aparición de sinergias que nos lleven a innovar, crecer tecnológicamente y diferenciarnos del resto de países. Se debe fomentar desde el gobierno esta participación vía generosos incentivos fiscales y similares, ponderándose en ellos la importancia de la investigación, la implicación de las empresas y los resultados obtenidos. No dar dinero por darlo, sino por obtener resultados.

La segunda reforma por excelencia es la del mercado laboral. Se debe ir a un contrato único con costes de despido crecientes en función del tiempo de pertenencia en la empresa. No se trata de quitar derechos a los trabajadores, sino de no dar cobertura legal a una realidad que existe: los contratos temporales en fraude de ley. En España nuestros trabajadores tienen tantos derechos como en el resto de Europa, sin embargo, el coste del despido en España es muy superior al del resto de países de la UE. Creo que dicha medida favorece al trabajador mediocre. Cuando un trabajador es bueno, no se le despide. Con un contrato único, muchos buenos trabajadores tendrían contrato fijo desde el primer día, no como ocurre en la actualidad. La formación del capital humano por parte de las empresas es otro factor clave para mejorar nuestra competitividad, y ello sólo puede hacerse con cierta continuidad en el personal de las compañías.

Se debe reformar también el INEM. Debe ser un organismo que palpe la realidad del mercado laboral, que sea mucho más flexible y ágil a la hora de formar y reubicar a desempleados. La prestación por desempleo, además, debería ser mayor para todos aquellos que decidieran reciclarse y adaptarse a nuevas realidades de mercado.

Además, se deben revisar la mayoría de cláusulas de subidas salariales en los convenios colectivos. No se pueden vincular las mejoras contractuaes al IPC. Y menos en España. Pongo un ejemplo muy básico para que se me entienda. España importa el 99% de su petróleo. Si éste sube un 15%, circunstancia que puede ocurrir, podemos encontrarnos con tasas de inflación superiores al 5%. Hagamos las cuentas para la empresa: el combustible le cuesta un 15% más caro; el transporte le subirá también. Probablemente verá como se encarecen precios de materias primas (las cuales necesitan transporte hasta la fábrica de la citada empresa). Para colmo, tiene que subir un 5% el salario a sus trabajadores porque esa es la tasa de inflación. ¿Puede subir el precio de sus productos un 10%? Probablemente no. Luego nuestro sistema de retribución perjudica a nuestras empresas. Se debe buscar una fórmula que premie la productividad y no el encarecimiento de los costes.

Otra reforma que se debe abordar, y esta es mezcla de laboral y mezcla de educativa, es la de la incorporación de los jóvenes licenciados al trabajo. Si lo hacen con salarios de auxiliares administrativos, el incentivo al estudio es mínimo.

Relacionado con el ejemplo de las subidas salariales, necesitamos una refoma de nuestro sistema energético. Estar tan expuestos al petróleo nos perjudica y mucho desde un punto de vista económico. Sobre todo porque tampoco tenemos (polémicas al margen) una energía nuclear como la de Francia. La apuesta por las renovables debe ser firme y decidida y si nos hace falta alguna otra fuente de alta densidad, deberíamos hacer un análisis serio sobre petroleo vs energía nuclear. No como solución, ojo, sino camino intermedio hasta que seamos capaces de tener un sistema energético sostenible. Nunca estaré a favor de la energía nuclear, pero a nivel costes y externalidades, no sé que es más o menos defendible, si el uranio o el petróleo. Lo que está claro es que un "mix" apropiado de renovables es sinónimo de mejora automática de la balanza de pagos, mayor estabilidad en los precios y, por supuesto, eco eficiencias que redundan en la competitividad de nuestras industrias.

Una reforma clásica es la de las infraestructuras. El plan E del gobierno español debería haberse enfocado nada más (y nada menos) que al desarrollo de infraestructuras necesarias para reducir nuestra dependencia energética del petróleo, mejorar la eficiencia en el uso de recursos naturales y favorecer ahorros sistemáticos de costes en los servicios a empresas. A lo mejor no se trata de hacer más carreteras (que implican más coches, más petróleo y más costes), sino de mejorar el mix energético, de mejorar el tren de alta velocidad (comercial y, por supuesto, el de mercancías), el metro (ligero o tradicional), los trenes de cercanías, etc. Decía Keynes que era mejor que el estado pagase un salario a un obrero por cavar un hoyo y que lo volviese a enterrar, que privar a la economía del efecto multiplicador de su salario. Eso posiblemente sea cierto, pero no creo que fuera un óptimo para el brillante economista inglés. El problema es que en España estamos aceptando la exageración de Keynes como verdad universal.

Por último, es necesaria también una reforma de las industrias españolas. Se debe fomentar la cooperación, fusión y concentración de empresas en diversos sectores. Tenemos bodegas punteras, empresas alimentarias ejemplares e incluso constructoras que podrían competir a nivel mundial por calidad, pero nos falta habitualmente dimensión, masa crítica para competir. Se habla últimamente de la crisis del sector lácteo y las subvenciones del gobierno francés a sus compañías. Siendo eso cierto y censurable, hasta el domingo no vi a nadie que dijera las cosas como son. En Francia y Suiza hay compañías lácteas que facturan por si solas lo que las 6 principales operadoras españolas juntas.

PradoRey es muy grande en España, pero en el extranjero compite con Penfolds, la cual no solo hace 5 veces más botellas, sino que pertenece al grupo Foster´s, el cual tiene más de 30 marcas de vino, es propietaria de Coronita y Foster´s entre otras decenas cervezas, el agua Perrier y algunas otras bebidas. Si este ejemplo parece exagerado, basta con recordar que Concha y Toro (Chile), cotiza en el Dow Jones. En España sólo manejan tales volúmenes Félix Solís o García Carrión, los cuales, reconociendo que hacen muy bien su negocio, se dirigen a un perfil de calidad medio - bajo. Penfolds y Concha y Toro hacen grandes vinos, comparables a nuestros Protos, Matarromera, Marqués de Cáceres y compañía. ¿Cómo competir con dichos monstruos a nivel mundial? ¿Seguimos creyendo que la única diferencia en precio es por la uva y la mano de obra?

Dentro de estas reformas dentro de las industrias, la primera que debe hacerlo es la financiera. Nuestro sistema bancario no es sostenible en la actualidad. Para que las medidas monetarias aprobadas por los organismos encargados de las mismas surtan efecto, nuestras entidades deben ganar en dimensión.

Como se ha podido observar, muchas de las medidas que propongo van enfocadas hacia un aumento de la competitividad de nuestra industria que redunde en una mejor posición para exportar. Si recordáis la ecuación de la política fiscal (la monetaria ya vimos que parecía poco efectiva para la situación actual), Y= G + C + I + EXn. Dado el nivel de paro actual, el cual limitará el aumento del consumo en nuestro país, una mejora de las exportaciones netas parece la mejor solución para nuestra economía. Ello supone un auténtico cambio de modelo económico. El problema es que será largo y costoso, requiriendo a menudo grandes dosis de fe y paciencia. Virtudes difíciles de reunir con escenarios de gobierno de 4 años.

Termino con una breve reflexión respecto al dato del paro de mayo. Como también apunté, hay motivos para alegrarse, pero recordemos: por sectores, donde más ha bajado es en la construcción (lógico, porque había tocado fondo hace ya varios meses y se ha puesto en marcha el plan E), seguido de servicios. Por Comunidades Autónomas, dónde más ha bajado ha sido en Baleares y Andalucía, curiosamente lugar de veraneo de los "guiris", los cuales, curiosamente también, comienzan sus vacaciones estivales en Mayo. El único brote verde es la mejora de la confianza en el consumidor, lo cual no es poco, porque como bien se ha apuntado desde algunos medios, la economía tiene mucho de psicología.

Así pues, creo que queda mucho camino por andar antes de ver síntomas de recuperación. Sobre todo si queremos que ésta sea firme y consistente, porque tal vez lo de menos sea saber si hay o no brotes verdes, sino si estos son firmes y robustos o por el contrario son débiles y enclencles. De ésto último va a depender nuestra recuperación.



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