Economía - Sobre la Fiscalidad de los Futbolistas
Reflexiones sobre la Última Propuesta del Gobierno
Desde luego nos estamos volviendo todos majaretas. Como os comenté hace unas semanas, no hace mucho tuve la oportunidad de estar en una jornada de banca cooperativa en Burgos. En ella, un representante de la CEOE auguró un otoño caliente en las relaciones Gobierno - Empresarios en el acto de clausura. Tal y como lo dijo, yo ya me imaginaba a los empresarios en las barricadas aludiendo a la lucha de clases. Por si esto fuera poco, ahora son los clubes de fútbol los que amenazan con un cierre patronal (equivalente a ir a la huelga) por la propuesta que quiere aprobar el gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, según la cual los futbolistas profesionales extranjeros que cobren más de 600.000 euros tendrían que ver cómo se les pasaría a retener un 43% de sus emolumentos en lugar del 24% actual. Vamos, que salvo los sindicatos, a los que parece les va de cine pese a seguir batiendo España records de parados, en este país se queja todo el mundo, por muy extravagante que parezca.
En un país donde el diario de mayor difusión es el Marca, la noticia de la medida que estudia nuestro gobierno ha corrido como la pólvora llenando tertulias radiofónicas, páginas de deportes y economía y conversaciones cotidianas en nuestros entornos. En un momento de tanta sensibilidad social como el actual, dónde los salarios de los futbolistas están continuamente en el disparadero, la propuesta ha encontrado un gran respaldo en los medios de comunicación y ciertos sectores de la izquierda de nuestro país. Yo no digo que esté en desacuerdo con la misma, pero sí que pienso que tal y como se ha planteado ésta, es populista, y que mezclar réditos políticos con política económica pueden terminar siendo como agua y aceite si no hay un análisis pormenorizado, concienzudo y riguroso de por medio. Me explico. El gobierno debe preguntarse qué pretende conseguir con la medida, qué implicaciones puede tener y qué resultado le va a dar.
Parece que el objetivo es recaudar más dinero para las necesitadas arcas estatales. Y digo parece
porque los argumentos esgrimidos en la mayoría de medios de comunicación y debates parlamentarios hablan de justicia social, de apretarse el cinturón y otra retahíla de tópicos que, no digo que no tengan algo o mucho de cierto, pero que sí denotan una falta de profundidad en los mismos. El estado necesita dinero y los futbolistas pueden aportar parte, pero aún así, el análisis es más complejo de lo que parece.
Vamos a ponernos en antecedentes. La ley que ahora se quiere derogar fue aprobada por el gobierno de José María Aznar en su día y no se hizo para que los futbolistas extranjeros pagaran menos, sino para atraer capital humano extranjero cualificado que mejorase nuestro paupérrimo nivel de I+D+i. Yo no sé si la medida ha tenido mucho o poco éxito, aunque dado que llevamos hablando de cambiar el modelo productivo durante casi un año, me inclino por lo segundo, pero desterremos el argumento fácil de los futbolistas, porque esta medida se aprobó para todas las empresas.
Es cierto, y desde este punto de vista la medida que se quiere aprobar es lícita, razonable y objetivamente justa, que es una incongruencia que dentro de un país democrático y civilizado dos personas con una misma profesión y un mismo modelo de familia, tributen diferente por razones de nacionalidad. Pero voy más allá, es intolerable y contrario a la filosofía del sistema impositivo, que a una persona que gana 300 veces el salario medio del españolito de a pie, le retengan menos desde un punto de vista porcentual. Aún siendo todo esto cierto y aún no podiendo poner un sólo pero al planteamiento que bajo este prisma se vierte en muchas tertulias, creo que coincidiréis conmigo en que el mismo no responde a las preguntas planteadas en el segundo párrafo. ¿Realmente la medida le va a ayudar al estado a recaudar más?
Pues no lo tengo muy claro. Vaya por delante que no tengo tantos datos cuantitativos para hacer una estimación fehaciente de la propuesta, por lo que me tendré que basar en aspectos cualitativos y en algunas cifras que mi buen amigo Paco Alcaide nos muestra en su libro "Fenómeno de Fenómenos", pero sí que pienso que los mismos son suficientes para, por lo menos, pensar de forma más global sobre el impacto misma.
Esta tarde, mientras venía en el coche, escuchaba la cadena SER. Si no he entendido mal la noticia, tan sólo el Real Madrid, el Barça, el Atlético de Madrid, el Valencia y el Sevilla contratan extranjeros con regularidad que cobren por encima de los 600.000 euros que quiere marcar la nueva ley como punto de inflexión para el aumento de la fiscalidad. Esta noticia me vale para dar dos palos. Uno a la Liga de Fútbol Profesional: ¿realmente es mala la noticia para todos los clubes o sólo para los grandes? Y otro para nuestro gobierno y sus socios parlmentarios: ¿realmente hay tanta tela que cortar con esta medida? Alguno me dirá que algo es algo... pues sí, pero entonces entramos en otra de las preguntas que hacíamos al principio. ¿Qué implicaciones tiene la medida?
En primer lugar, hay un aspecto que quiero resaltar. Los Cristiano Ronaldo, Messi y compañía no pactan salarios brutos con los clubes, sino netos. Esto fue una moda que, si no recuerdo mal, inauguró Rafael Martín Vázquez cuando se fue al Torino en 1991. Es decir, que una subida del tipo impositivo no le va a repercutir al futbolista, si no a los clubes. Cualquiera que esté en primero de carrera me dirá que esto es un error de principiante, que los salarios siempre se pactan en bruto, pero en el mundo del fútbol mandan las estrellas y me temo que esta dinámica es complicada de cambiar. Dentro de nuestros clubes de fútbol, los únicos que suelen tener beneficios de forma regular son el Real Madrid y el FC. Barcelona, los cuales logran equilibrar sus balances gracias a los ingresos que las televisiones, las giras, los productos oficiales y los derechos de imagen de sus jugadores les reportan. El resto necesita vender jugadores con mayor o menor frecuencia para cuadrar presupuestos. Si la medida implica un encarecimiento en los costes salariales de los clubes, cabe concluir que ésta es perjudicial para las "empresas del fútbol" porque, efectivamente, les va a restar competitividad frente a sus rivales europeos.
Y no nos engañemos, si el fútbol español tiene el impacto que tiene es, en parte, por las grandes estrellas con las que cuentan sus equipos. El que gente como Cristiano Ronaldo, Kaká, Agüero, Forlán, Messi, Ibrahimovich, Luis Fabiano o Kanouté se hayan unido a los Casillas, Raúl, Iniesta, Xavi, Villa, Silva, Negredo o Cazorla hace que más gente se aficione al fútbol y que nuestra liga traspase fronteras buscando nuevos mercados. Sabemos por la prensa que se está negociando la venta de derechos televisivos para el mercado asiático, lo que podría derivar en que algunos partidos pasen a jugarse a las 3 de la tarde. Ello implicaría más ingresos para los clubes pero también para el estado. Si como se ha explicado, la mayoría de estos cracks pactan salarios netos, como ocurre actualmente, el coste del aumento de la fiscalidad podría derivar en que los clubes no pudieran traer a estos astros del balón y se desencadenase un círculo virtuoso pero a la inversa. De forma paradójica, el estado podría ver cómo pese a aumentar la retención de los futbolistas, sus ingresos netos procedentes del fútbol podrían reducirse.
Las grandes estrellas llenan estadios, suben las audiencias, fomentan las ventas de productos oficiales e indirectamente, con todo ello, mejoran las cifras de consumo de nuestro país llenando bares, promoviendo viajes y comprando productos oficiales. Pongo un ejemplo claro para que se me entienda. De media, un bar suele gastar 4 barriles de cerveza diarios; los días de partido, 8 ó 9. Simon Chadwick, profesor de la Universidad de Coventry, estimó que la ausencia de las selecciones británicas en la última eurocopa supuso a la economía de la isla la pérdida de 2.500 millones de euros vía consumo los días del partido, ventas de camiseta y productos textiles, pérdida de anunciantes en las televisiones y pérdida de viajeros de las aerolíneas. Todo ello tiene una serie de consecuencias en las arcas del estado que conviene valorar.
Pero voy más allá. El impacto del fútbol sobre la economía española, según el libro de Paco Alcaide "Fenómeno de Fenómenos", es más que considerable. Concretamente aporta el 1,7% del PIB general y el 2,5% del PIB el sector servicios (contando los efectos directos e indirectos del mismo). El fútbol en nuestro país genera casi 70.000 puestos de trabajo, supone 821 millones de euros a las arcas del estado (de forma directa) vía IVA, IRPF, Impuesto de Sociedades, Seguridad Social y Quiniela. El fútbol beneficia a sectores tan importantes en nuestro país como el textil, el de la hostelería, el del ocio y multimedia y el de las telecomunicaciones. Dicho de otra forma: una bajada de la popularidad del fútbol, la falta de esos cracks mediáticos, probablemente conllevaría una bajada generalizada de ingresos, no ya solo de los clubes de fútbol, sino de todos los negocios paralelos que se benefician del balompié. El ejemplo es claro: el Real Madrid de Lorenzo Sanz facturaba 40 millones de euros; apenas 6 años después, y Figo, Zidane y Ronaldo mediante, pasó a facturar 400. ¿Cuál de los dos le reporta más dinero a la economía real y al estado?
Está claro que lo que no tiene sentido es la situación actual, donde vivimos una absurda pelea a la baja ahora mismo en el seno de la UE por ver qué país es más atractivo fiscalmente para el capital humano extranjero. Vaya también por delante que la postura de la LFP es demagógica, porque yo no creo que un jugador elija venir a un club por la fiscalidad de una nación y sí por la capacidad de un club para pagarle una cantidad determinada. Recalco que, además, me parece un escándalo las diferencias a la hora de tributar entre extranjeros y nacionales, entre futbolistas y electricistas, abogados o empresarios, pero si el objetivo es obtener más dinero para las arcas estatales, creo que es perentorio estudiar bien las propuestas y entender si con éstas realmente se mejoran los ingresos de forma global.
Yo no tengo la respuesta y sólo os he querido aportar unos argumentos para la reflexión. Dejo, no obstante, una sugerencia: dado que el fútbol europeo no tiene competidor, ¿no sería razonable que todo esto se regulase desde Bruselas, máxime cuando se está promoviendo una libre circulación de los trabajadores en el seno de la UE? Ahí queda eso. Que empiece el debate.
Desde luego nos estamos volviendo todos majaretas. Como os comenté hace unas semanas, no hace mucho tuve la oportunidad de estar en una jornada de banca cooperativa en Burgos. En ella, un representante de la CEOE auguró un otoño caliente en las relaciones Gobierno - Empresarios en el acto de clausura. Tal y como lo dijo, yo ya me imaginaba a los empresarios en las barricadas aludiendo a la lucha de clases. Por si esto fuera poco, ahora son los clubes de fútbol los que amenazan con un cierre patronal (equivalente a ir a la huelga) por la propuesta que quiere aprobar el gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, según la cual los futbolistas profesionales extranjeros que cobren más de 600.000 euros tendrían que ver cómo se les pasaría a retener un 43% de sus emolumentos en lugar del 24% actual. Vamos, que salvo los sindicatos, a los que parece les va de cine pese a seguir batiendo España records de parados, en este país se queja todo el mundo, por muy extravagante que parezca.
En un país donde el diario de mayor difusión es el Marca, la noticia de la medida que estudia nuestro gobierno ha corrido como la pólvora llenando tertulias radiofónicas, páginas de deportes y economía y conversaciones cotidianas en nuestros entornos. En un momento de tanta sensibilidad social como el actual, dónde los salarios de los futbolistas están continuamente en el disparadero, la propuesta ha encontrado un gran respaldo en los medios de comunicación y ciertos sectores de la izquierda de nuestro país. Yo no digo que esté en desacuerdo con la misma, pero sí que pienso que tal y como se ha planteado ésta, es populista, y que mezclar réditos políticos con política económica pueden terminar siendo como agua y aceite si no hay un análisis pormenorizado, concienzudo y riguroso de por medio. Me explico. El gobierno debe preguntarse qué pretende conseguir con la medida, qué implicaciones puede tener y qué resultado le va a dar.
Parece que el objetivo es recaudar más dinero para las necesitadas arcas estatales. Y digo parece
porque los argumentos esgrimidos en la mayoría de medios de comunicación y debates parlamentarios hablan de justicia social, de apretarse el cinturón y otra retahíla de tópicos que, no digo que no tengan algo o mucho de cierto, pero que sí denotan una falta de profundidad en los mismos. El estado necesita dinero y los futbolistas pueden aportar parte, pero aún así, el análisis es más complejo de lo que parece.
Vamos a ponernos en antecedentes. La ley que ahora se quiere derogar fue aprobada por el gobierno de José María Aznar en su día y no se hizo para que los futbolistas extranjeros pagaran menos, sino para atraer capital humano extranjero cualificado que mejorase nuestro paupérrimo nivel de I+D+i. Yo no sé si la medida ha tenido mucho o poco éxito, aunque dado que llevamos hablando de cambiar el modelo productivo durante casi un año, me inclino por lo segundo, pero desterremos el argumento fácil de los futbolistas, porque esta medida se aprobó para todas las empresas.
Es cierto, y desde este punto de vista la medida que se quiere aprobar es lícita, razonable y objetivamente justa, que es una incongruencia que dentro de un país democrático y civilizado dos personas con una misma profesión y un mismo modelo de familia, tributen diferente por razones de nacionalidad. Pero voy más allá, es intolerable y contrario a la filosofía del sistema impositivo, que a una persona que gana 300 veces el salario medio del españolito de a pie, le retengan menos desde un punto de vista porcentual. Aún siendo todo esto cierto y aún no podiendo poner un sólo pero al planteamiento que bajo este prisma se vierte en muchas tertulias, creo que coincidiréis conmigo en que el mismo no responde a las preguntas planteadas en el segundo párrafo. ¿Realmente la medida le va a ayudar al estado a recaudar más?
Pues no lo tengo muy claro. Vaya por delante que no tengo tantos datos cuantitativos para hacer una estimación fehaciente de la propuesta, por lo que me tendré que basar en aspectos cualitativos y en algunas cifras que mi buen amigo Paco Alcaide nos muestra en su libro "Fenómeno de Fenómenos", pero sí que pienso que los mismos son suficientes para, por lo menos, pensar de forma más global sobre el impacto misma.
Esta tarde, mientras venía en el coche, escuchaba la cadena SER. Si no he entendido mal la noticia, tan sólo el Real Madrid, el Barça, el Atlético de Madrid, el Valencia y el Sevilla contratan extranjeros con regularidad que cobren por encima de los 600.000 euros que quiere marcar la nueva ley como punto de inflexión para el aumento de la fiscalidad. Esta noticia me vale para dar dos palos. Uno a la Liga de Fútbol Profesional: ¿realmente es mala la noticia para todos los clubes o sólo para los grandes? Y otro para nuestro gobierno y sus socios parlmentarios: ¿realmente hay tanta tela que cortar con esta medida? Alguno me dirá que algo es algo... pues sí, pero entonces entramos en otra de las preguntas que hacíamos al principio. ¿Qué implicaciones tiene la medida?
En primer lugar, hay un aspecto que quiero resaltar. Los Cristiano Ronaldo, Messi y compañía no pactan salarios brutos con los clubes, sino netos. Esto fue una moda que, si no recuerdo mal, inauguró Rafael Martín Vázquez cuando se fue al Torino en 1991. Es decir, que una subida del tipo impositivo no le va a repercutir al futbolista, si no a los clubes. Cualquiera que esté en primero de carrera me dirá que esto es un error de principiante, que los salarios siempre se pactan en bruto, pero en el mundo del fútbol mandan las estrellas y me temo que esta dinámica es complicada de cambiar. Dentro de nuestros clubes de fútbol, los únicos que suelen tener beneficios de forma regular son el Real Madrid y el FC. Barcelona, los cuales logran equilibrar sus balances gracias a los ingresos que las televisiones, las giras, los productos oficiales y los derechos de imagen de sus jugadores les reportan. El resto necesita vender jugadores con mayor o menor frecuencia para cuadrar presupuestos. Si la medida implica un encarecimiento en los costes salariales de los clubes, cabe concluir que ésta es perjudicial para las "empresas del fútbol" porque, efectivamente, les va a restar competitividad frente a sus rivales europeos.
Y no nos engañemos, si el fútbol español tiene el impacto que tiene es, en parte, por las grandes estrellas con las que cuentan sus equipos. El que gente como Cristiano Ronaldo, Kaká, Agüero, Forlán, Messi, Ibrahimovich, Luis Fabiano o Kanouté se hayan unido a los Casillas, Raúl, Iniesta, Xavi, Villa, Silva, Negredo o Cazorla hace que más gente se aficione al fútbol y que nuestra liga traspase fronteras buscando nuevos mercados. Sabemos por la prensa que se está negociando la venta de derechos televisivos para el mercado asiático, lo que podría derivar en que algunos partidos pasen a jugarse a las 3 de la tarde. Ello implicaría más ingresos para los clubes pero también para el estado. Si como se ha explicado, la mayoría de estos cracks pactan salarios netos, como ocurre actualmente, el coste del aumento de la fiscalidad podría derivar en que los clubes no pudieran traer a estos astros del balón y se desencadenase un círculo virtuoso pero a la inversa. De forma paradójica, el estado podría ver cómo pese a aumentar la retención de los futbolistas, sus ingresos netos procedentes del fútbol podrían reducirse.
Las grandes estrellas llenan estadios, suben las audiencias, fomentan las ventas de productos oficiales e indirectamente, con todo ello, mejoran las cifras de consumo de nuestro país llenando bares, promoviendo viajes y comprando productos oficiales. Pongo un ejemplo claro para que se me entienda. De media, un bar suele gastar 4 barriles de cerveza diarios; los días de partido, 8 ó 9. Simon Chadwick, profesor de la Universidad de Coventry, estimó que la ausencia de las selecciones británicas en la última eurocopa supuso a la economía de la isla la pérdida de 2.500 millones de euros vía consumo los días del partido, ventas de camiseta y productos textiles, pérdida de anunciantes en las televisiones y pérdida de viajeros de las aerolíneas. Todo ello tiene una serie de consecuencias en las arcas del estado que conviene valorar.
Pero voy más allá. El impacto del fútbol sobre la economía española, según el libro de Paco Alcaide "Fenómeno de Fenómenos", es más que considerable. Concretamente aporta el 1,7% del PIB general y el 2,5% del PIB el sector servicios (contando los efectos directos e indirectos del mismo). El fútbol en nuestro país genera casi 70.000 puestos de trabajo, supone 821 millones de euros a las arcas del estado (de forma directa) vía IVA, IRPF, Impuesto de Sociedades, Seguridad Social y Quiniela. El fútbol beneficia a sectores tan importantes en nuestro país como el textil, el de la hostelería, el del ocio y multimedia y el de las telecomunicaciones. Dicho de otra forma: una bajada de la popularidad del fútbol, la falta de esos cracks mediáticos, probablemente conllevaría una bajada generalizada de ingresos, no ya solo de los clubes de fútbol, sino de todos los negocios paralelos que se benefician del balompié. El ejemplo es claro: el Real Madrid de Lorenzo Sanz facturaba 40 millones de euros; apenas 6 años después, y Figo, Zidane y Ronaldo mediante, pasó a facturar 400. ¿Cuál de los dos le reporta más dinero a la economía real y al estado?
Está claro que lo que no tiene sentido es la situación actual, donde vivimos una absurda pelea a la baja ahora mismo en el seno de la UE por ver qué país es más atractivo fiscalmente para el capital humano extranjero. Vaya también por delante que la postura de la LFP es demagógica, porque yo no creo que un jugador elija venir a un club por la fiscalidad de una nación y sí por la capacidad de un club para pagarle una cantidad determinada. Recalco que, además, me parece un escándalo las diferencias a la hora de tributar entre extranjeros y nacionales, entre futbolistas y electricistas, abogados o empresarios, pero si el objetivo es obtener más dinero para las arcas estatales, creo que es perentorio estudiar bien las propuestas y entender si con éstas realmente se mejoran los ingresos de forma global.
Yo no tengo la respuesta y sólo os he querido aportar unos argumentos para la reflexión. Dejo, no obstante, una sugerencia: dado que el fútbol europeo no tiene competidor, ¿no sería razonable que todo esto se regulase desde Bruselas, máxime cuando se está promoviendo una libre circulación de los trabajadores en el seno de la UE? Ahí queda eso. Que empiece el debate.
Comentarios
Cuando se propuso cambiar esta ley, los que pedíamos el cambio nos basábamos en los 10.580 contribuyentes que declaran más de los 600.000 euros, y su 34% de extranjeros. Id est, 3.597 contribuyentes afectados. Ya me diréis cuántos de éstos son futboleros, porque yo, obviamente, ni idea.
Con una media (de fiabilidad moderada, unos dicen que más, otros que menos, pero no encuentro datos reales) de 900.000 euros, las arcas se llevan más de 600 millones. Y con eso se financia el Plan Avanza enterito, oiga.
Todo ello, sin cuestionar el populismo oportunista de la medida.
Abrazotes
Pero no me parece bien que se capte "talento" sólo por coste y no por proyecto.
No me parece bien una situación tan injusta fiscalmente entre nacionales y extranjeros.
Así que bienvenida sea la medida. Y si eso quiere decir que a nivel global se recauda menos, pues vale. Pero ya está bien de ofrecer saldos fiscales.
Además, ¿acaso es mejor la fiscalidad en la liga italiana o inglesa con las que competimos directamente?
Por eso, hilando con Agustí, quiero ver el tema de la siguiente manera. Querido Fernando: si una medida es populista pero es esencialmente correcta, ha de tomarse (lo cual no excluye la colleja de populismo al gobierno). Yo que soy un liberal, creo que es acertada la medida porque rompe una injustificada desigualdad de trato entre contribuyentes, generando inequidad horizontal (gente que gana igual tributa más) y vertical (gente que gana distinto tributa igual). Las voces de izquierda (a là Arturo) piensan que es positiva o defendible por nociones de igualdad material: desigualdad de renta, redistribución, posibles programas que financiar con el nuevo ingreso. Arturo, me alegro de estar de acuerdo, aunque sea por razones distintas, jaja. La situación es cualitativamente distinta que con la subida del IVA, que es un profundo error desde la mayoría de puntos de vista.
Un par de puntos para Arturo. Uno, por el principio de caja única, los nuevos ingresos no se utilizan para financiar el Plan Avanza o ningún otro, sino que van al Pool del que se pagan todos los gastos. Naturalmente que lo dices en el sentido de darle realidad y magnitud. Pero ello me lleva a recordar que para darle realidad y magnitud yo creo que el dinero del nuevo impuesto se va a usar en espiar a diputados regionales del PP, untar corporaciones locales por asuntos urbanísticos, pagar rescates a piratas y todas las demás cosas que tb salen de la caja única. No quiero hacer un argumento populista: como buen demócrata pluralista confío y defiendo a las instituciones. Pero con la que está cayendo ultimamente no hay vez que olvide en pensar: a ver si en lugar del Plan Avanza estamos mandando la pasta.... La verdad que quizá debería haber excepciones al principio de caja única, como el céntimo sanitario. Fernando se cuida mucho de recordarnos que la Ley Beckam (por cierto, los Zinades, Redondos, Figos, etc vinieron sin esa Ley) no se hizo para las megaestrellas sino para todos el tejido económico, para importar capital humano del que no tenemos abundancia relativa y que por tanto es complementario al nuestro. Así que propongo:
1) Como el motivo era bueno, pero (como siempre) no ha habido un seguimiento de si los incentivos consiguieron traer a gente, y no se ha evaluado en qué sectores, etc, propongo que el nuevo impuesto corte de raíz el etéreo beneficio en capital humano en pro de financiar con la mitad de lo que se recaude buenas becas para mandar a nuestros licenciados a estudiar posgrados a Europa y EEUU a lugares de reconocida excelencia internacional. Sin principio de caja única, directamente.Con obligaciones de regreso al terminar la estancia.
y 2) Darle la otra mitad de lo ingresado a Arturo para gestione como dios manda el Plan Avanza.
Saludos,
PD: Fernando tiene mucha razón en señalar que las cuentas que puede suponer el nuevo ingreso son difíciles de llevar a cabo, porque el dinero total no procede del balance de ingresos del nuevo impuesto, sino también de la recaudación del resto de impuestos y de las consecuencias sobre el producto potencial (futura base fiscal, talento que deja de venir, trampas que sortean el nuevo impuesto, etc). Arturo, seguramente lo correcto sería decir: con el nuevo impuesto se financia el Plan Avanza pero hay que quitar el alumbrado de Madrid!!
Insistir en que yo estoy de acuerdo en que se iguale a todo el mundo, ya que no hay justificación de ningún tipo para la actual disparidad. Lo único que puntualizaba era que desde el punto de vista macro yo no sé si realmente cumple la supuesta finalidad del mismo: aumentar los ingresos del estado.
El número de deportistas de élite que en España pueden estar por encima de los 600.000 euros no creo que llegue a 200. Incluso me inclinaría por los 150. Una minucia, vamos.
Y ya que estamos, te cuento una muy buena del Plan Avanza. Este año se provisionaron fondos a través del ICO para las empresas. Se han quedado la mayoría sin asignar. El por qué se lo preguntamos a los bancos.
Abrazos y mil gracias
Insisto en la idea expuesta a Arturo: yo creo que por justicia se deberían igualar las retenciones. La crítica, y siento si no lo he expresado bien, era que se nos vendiera como una medida para generar más recursos para la administración.
Hoy he leído en la prensa que los clubes están pidiendo como compensación que se les rebaje el IVA y que el estado se coma menos tarta de las quinielas porque el problema de fondo es el que señalaba en el post: al haber pactado salarios netos, el jugador ni se entera de la subida y se la "come" el club. Desde luego, tontos no son...
En cuanto a la fiscalidad de otros países europeos, la italiana seguro que es mucho más dura que la española, porque esa ha sido una queja de los dirigentes deportivos del país transalpino. En Inglaterra no sé como está el tema, pero creo que similar a España. Aún así, yo no pienso que un jugador venga por lo que tribute en un país, sino por lo que le puedan pagar en neto.
De nuevo mil gracias
Un abrazo
Mil gracias, como siempre, por pasarte.
Decirte que yo estoy de acuerdo en que se suba la retención a estas personas e insisto de nuevo en que la crítica era a que eso se vendiera como la panacea (o uno de los remedios) para mejorar las cuentas del estado, porque de forma indirecta creo que le puede restar más recursos que sumárselos.
Como le decía a Agustí, los clubes han pedido hoy rebajas fiscales por otro lado para compensar ese gasto que van a tener que "comerse" ellos.
Es cierto lo que dices de Figo y Zidane (vinieron antes del cambio legislativo), pero eso refuerza otro de los argumentos del post: la fiscalidad no determina tanto el que un jugador se vaya o no a un equipo y sí la capacidad de un club para satisfacer sus honorarios.
Suscribo tus propuestas. La primera es fantástica y la segunda... siempre he pensado que Arturo sería un gran ministro, jejeje.
Abrazos y mil gracias
Estoy de acuerdo en que no deben dejarse de observar las injusticias sociales en materia de tributación y también que se trata de una medida populista elevada a campaña mediática (¿por qué será que salen tantas campañas mediáticas hace ya bastantes meses?). Todos sabemos que a efectos de ingresos esto no es más que el chocolate del loro. Pero si hablamos de la idoneidad de mantener una reducida fiscalidad a los futbolistas creo que pasaríamos al agravio comparativo porque si a un futbolista se le evita una retención de 19 puntos (43 - 24, aunque sea el club quien finalmente se haga cargo del tributo) en aras de su capacidad para generar negocio, ¿cuántos puntos deberían ser reducidos en las imposiciones a las pymes? Porque mira que, unidas todas ellas, generan ingresos y empleos sin comparativa a ninguna otra estructura organizativa.
Estupendo post, Fernando.
Un saludo
Lo que me llama la atención, y esto lo digo con cierta dósis de mala leche, es porque las sicav no entran en el debate. ¿Qué intereses bastardos pueden existir para que ni sindicatos ni gobierno las hayan sacado por lo menos a debate?
Muchas gracias de nuevo.
Un abrazo
Gracias de nuevo
Abrazos