Economía - España: Una tormenta perfecta
Visiones desde fuera
Spain: Can the House Resist the Storm?" Bajo este doble intencionado e irónico título presentaba Diego Comín, profesor de la Harvard Business School, uno de sus últimos trabajos. El mismo, fundamentalmente descriptivo, mostraba la realidad de nuestro país desde un prisma completísimo y con la sana distancia que a veces se precisa para ver las cosas con cierta objetividad.
El profesor Comín, magnífico investigador y autor de decenas de artículos científicos en diferentes "papers", utilizó este caso para sus alumnos de la prestigiosa facultad norteamericana y nos lo presentó a nosotros durante nuestro curso de verano. Así pues mi intención no es otra que transmitiros algunas ideas, comentaros lo que allí hablamos y haceros partícipes de una visión completa y diferente de la que luego se pueden sacar muchas conclusiones. Voy a dividir el post en dos partes, ya que el trabajo del profesor Comín es largo y me gustaría aportar cosas de mi cosecha y aspectos que hablamos en clase. Así pues, aquí va la primera.
1) Perfil de España: España es un país con 46 millones de habitantes según el censo oficial del año 2008. Por aquel entonces nuestro país era la 8ª economía mundial, con un ingreso per cápita (basado en la paridad de poder adquisitivo) de 33.600 $ (datos del 2007),lo cual le situaba por delante de países del G-7 como Italia (30.900 $), Japón (33.500 $) o incluso Francia (32.600$).
Por aquel entonces, la agricultura suponía el 5% del PIB, la industria un 28% y el sector servicios un 33%. Esta distribución era análoga a la del resto de países de Europa Occidental, si bien el sector turismo y la construcción asumían un papel destacado en la riqueza nacional. La primera suponía el 10,7% del PIB (lo que nos convertía en la segunda potencia mundial) y la segunda llegó a suponer el 11% del PIB y casi el 13% del empleo. En el año 2009, nuestro país era el 15º en el informe de Desarrollo Humano del Banco Mundial.
En cuanto a la balanza comercial, la mayoría de las exportaciones netas de España se llevan a cabo a través de intercambios con países de la eurozona. Nuestras principales exportaciones son maquinaria, vehículos a motor, productos agroalimentarios y otros bienes de consumo. Un 77% de la energía empleada en nuestro país se compra fuera, lo que supone el 14% total de nuestras importaciones.
La situación política española tampoco pasa desapercibida. Debido al "estado de las autonomías", nuestro país es de los más descentralizados de Europa, a la par con Suiza, Alemania o Bélgica. Además, País Vasco y Navarra gozan de fueros especiales con ciertos privilegios fiscales históricos.
2) El Mercado Laboral: Convenios Colectivos, costes laborales y de despido, salarios mínimos y subsidios de desempleo. Fue, sin duda, uno de los puntos calientes de la sesión, comenzando, sin duda, por la rigidez de nuestro mercado laboral.
El actual sistema de negociación colectiva fue fijado en 1980 por el Estatuto de los Trabajadores. El 90% de los trabajadores españoles del sector privado están cubiertos por algún tipo de convenio. De ellos, tan sólo un número que oscila entre el 10 y el 15% están cubiertos por acuerdos directos entre empresas y trabajadores. Más del 50% participan en convenios sectoriales y aplicables a nivel provincial y aproximadamente un 25% participan en convenios de aplicación nacional. Son numerosos los trabajos empíricos que demuestran que el actual sistema de negociación colectiva vigente en nuestro país es el más ineficiente de todos en cuanto a moderación salarial se refiere, lo cual complica mucho a las compañías en épocas de recesión.
En EEUU, por ejemplo, el sistema es muy descentralizado y las negociaciones tienen lugar se empresa por empresa, lo cual permite que el convenio se adapte a la realidad de cada una de ellas. En Suecia, por el contrario, el sistema está totalmente centralizado y es el gobierno quie negocia con los sindicatos acuerdos de aplicación nacional, lo cual permite tener todas las variables, o al menos muchas de ellas, en cuenta en la negociación. Todos los sistemas de negociación colectiva tienen pros y contras y en el fondo dependen mucho de la cultura y valores de cada país, pero la realidad es que tanto el modelo americano como el nórdico funcionan bien y el nuestro no.
En cuanto a los costes laborales y de despido, España es, junto a Grecia, Francia y Portugal, el país con las regulaciones más estrictas en cuanto a indemnizaciones por despido se refiere. Cuando el despido es objetivo, son 20 días por año trabajado, pero cuando es improcedente, la cuantía sube hasta los 45 días con un tope de 42 meses. La jurisprudencia, además, ha exagerado el ya de por sí carácter tuitivo del derecho laboral.
La reforma laboral del año 1984, introdujo el contrato temporal. El mismo tenía costes de indemnización por despido muy bajos (12 días por año trabajado). Aunque los contratos temporales sólo podían ser por 3, 6 o 12 meses, éstos se podían renovar hasta los tres años.
Esta dualidad del mercado laboral ha generado que haya muy pocos incentivos para la contratación fija, además de que los trabajadores fijos rara vez pierdan su empleo por lo difícil que resulta despedirlos, incluso cuando cometen barbaridades. Por el contrario, los empleados temporales se muevan de trabajo en trabajo a la vez que sus contratos van expirando. Los despidos, por lo tanto, no se producen a menudo por cuestiones de productividad o desempeño, sino por el tipo de contrato que unos y otros tengan. Por otro lado, no hay incentivos para la formación, porque el trabajadore también percibe que su salida de la compañía va a depender más del tipo de contrato que de sus esfuerzos.
Los subsidios de desempleo en nuestro país también son de los más generosos de toda la OCDE. En parte se justifica por la elevada tasa de parados de larga duración. Aunque el fin social de la medida pueda ser loable, lo cierto es que también son varios los trabajos que demuestran que supone un desincentivo para la búsqueda de empleo. En cuanto al salario mínimo, aunque existen estudios que demuestran que éste puede favorecer una baja formación de capital humano en los trabajadores jóvenes, lo cierto es que en España éste no es precisamente elevado en comparación con otros países de nuestro entorno.
Las reformas del mercado laboral de 1993, 1997 y 2002, trataron sin éxito de descentralizar las negociaciones de los convenios colectivos y flexibilizar el mercado laboral para afrontar muchos de los problemas indicados, pero su éxito fue, en el mejor de los casos, moderado.
3) La Expansión (2000 - 2007): En el período 2000 - 2007, la población en España se incrementó en casi 5 millones de habitantes, casi un 12%. Un 80% de este crecimiento se debió a la llegada masiva de inmigrantes, los cuales pasaron de suponer un 2,4% de la población de nuestro país a sumar casi un 10%. Sólo existe un caso en la historia con unas cifras similares, al menos desde el punto de vista porcentual, y fue el de EEUU durante el siglo XIX, concretamente en la década de 1850. Las causas de estos movimientos migratorios fueron varias. En primer lugar, las recesiones vividas en países como Argentina, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia (con la ventaja, además, del idioma) animaron a muchos de sus ciudadanos a venir a España. Por otro lado, el auge del "negocio de la inmigración ilegal", permitió a las mafias mejorar sus embarcaciones y llegar con sus cayucos desde destinos más lejanos no contemplados hasta entonces.
La eliminación de las restricciones para salir del país a los habitantes de los países de la Europa del Este, más la posibilidad de que algunos de ellos pudieran trabajar en España sin ningún permiso de trabajo especial (sobre todo los Rumanos), también favoreció la llegada de este tipo de ciudadanos. Por último, y no por ello menos destacable, una generación de jubilados procedentes de países del norte de Europa se han venido a vivir a nuestro país en busca de una mejora en su calidad de vida.
La mayoría de los inmigrantes que llegaron a España durante el período indicado, estaba en edad de trabajar, lo cual hizo, que conjuntamente con los cambios en nuestra sociedad, la fuerza laboral pasase de 18 millones a 22,2 en el año 2007. Al aceptar los inmigrantes trabajar por salarios más bajos, los salarios reales se mantuvieron constantes pese al crecimiento económico, lo cual ayudó, entre otros factores, a que el paro bajase a mínimos históricos en el año 2007. El aumento del número de trabajadores trajo consigo la posibilidad de producir más bienes y servicios que nunca. Todo ello llevo derivó en un aumento de la inversión en activos fijos también sin precedentes.
Todo lo anterior guarda relación directa con el boom inmobiliario. Todos los inmigrantes han necesitado y necesitan un lugar donde vivir, lo cual incrementó la demanda de viviendas de forma descomunal. Por si esto fuera poco, el índice de divorcios en España durante el período 2000 - 2007 se disparó, poniendo a nuestro país al mismo nivel que el resto de países de la OCDE. Esto implicó que se pasase de necesitar una casa por familia a dos, lo que añadió más tensión a la demanda de viviendas. Todo ello derivó en un desequilibrio histórico entre oferta y demanda en el sector inmobiliario, lo que generó un espectacular aumento de los precios y un auge, también sin precedentes, de la actividad de la construcción para responder a esa demanda.
Este aumento del valor de las viviendas, generó un efecto de lo más llamativo: los dueños de bienes inmobiliarios se hicieron más ricos de repente, y ello, de la mano del auge crediticio, aumentó el consumo de todo tipo de bienes, incluídos los de lujo y alta implicación. Paradójicamente vivíamos el mejor momento de su historia económica moderna mientras el mundo entero estaba en recesión por la crisis de las puntocom. Esta asimetría de los ciclos económicos hizo de España un lugar atractivo para invertir. El sector inmobiliario de nuestro país estaba en plena expansión mientras que la inversión en el resto de Europa se recuperaba lentamente, lo que permitió que tanto bancos como empresas de la construcción accedieran a ahorros del resto del viejo continente a tipos de interés bajísimos que invirtieron en España.
Lo que hubiera ocurrido en otra época, es que posiblemente la peseta se hubiera apreciado, pero España pertencía el Euro y la política monetaria, al igual que pasa ahora en unas circunstancias totalmente diferentes, no se ajustaba precisamente a nuestras necesidades. Si a ello le sumamos la integración de los mercados de capitales mundiales, podremos entender que era bastante difícil para nuestro país prevenir el sobrecalentamiento de nuestra economía. Queda preguntarse si los gobiernos, actuales y anteriores, pudieron hacer algo más. Seguro que sí, pero aquí hay que entender que los estados están expuestos a los mercados y que, de alguna forma, nuestras instituciones públicas también se vieron beneficiadas por todo el crecimiento económico de aquellos días.
El endeudamiento de empresas y familias españolas no tardó en verse reflejado en nuestra cuenta corriente, ya que nuestro país no estaba reduciendo su consumo para financiar su inversión inmobiliaria, sino que estaba recurriendo a fuentes de capital extranjeras como ya se ha apuntado. Ésto hizo que nuestro déficit por cuenta corriente pasase de 23.200 millones de $ a 145.300 millones de $. A pesar de este desequilibrio, las expectativas sobre futuras apreciaciones en los precios de las viviendas siguieron animando a invertir en España y en su sector inmobiliario. Para hacernos una idea de la dimension del problema, en el período 2000 - 2007 se construyeron más casas en España que en el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Alemania juntas. Sólo en Andalucía se construyeron más casas que en todo el Reino Unido. Los precios de la vivienda, además, se incrementaron anualmente a una media de entre el 12 y el 13%.
El sistema financiero español, por su parte, está formado por bancos y cajas. Las segundas controladas en buena parte por gobienos locales. Durante los años 90 e incluso a principios de los 2000, sufrieron importantes fusiones y consolidaciones para mejorar su competitividad en la nueva economía globalizada que se abría paso y la creación de la eurozona. Fruto de aquel primer reordenamiento bancario español, surgieron BBVA, el Banco Santander Central Hispano, otros bancos más pequeños y 45 cajas de ahorro.
Los bancos y cajas españoles siempre se han caracterizado por sufrir muchos menos fallidos en sus hipotecas que el resto de entidades financieras de otros países, incluso en épocas de recesión. Esto ha sido así por diversos factores. En primer lugar, porque las hipotecas en nuestro país llegaban,como mucho, al 80% del valor de tasación de las viviendas. En segundo lugar, porque las hipotecas en España no sólo están respaldadas por la vivienda, si no también por todos los activos que prestamistas y avalistas tengan a su disposición, incluso los salarios llegado el caso. Por último, porque tradicionalmente el Banco de España ha sido mucho más exigente con nuestras entidades financieras que la mayoría de entidades supervisoras internacionales. Una buena parte de la juerga subprime tuvo su caldo de cultivo en el hecho de que las autoridades Estadounidenses permitieron sacar fuera del balance determinados activos. En España, por ejemplo, se implementaron medidas precisamente para evitarlo. Además, coincidiendo con el inicio del boom inmobiliario, el Banco de España instauró allá por el año 2000 un sistema de provisiones dinámico según el cual las entidades financieras de nuestro país estaban obligadas a crear reservar para paliar futuras pérdidas precisamente en créditos de este tipo.
El problema que sufren los bancos ahora, por lo tanto, no tiene tanto que ver con las hipotecas concedidas a particulares impagadas (que también suman), como con su excesiva exposición a las empresas de la construcción y a su dependencia de los mercados de capitales extranjeros.
La productividad, por su parte, ha sido y es otro de los grandes misterios de nuestra economía. Los datos demuestran que en el período 1995 - 2005, pese al asombroso crecimiento de nuesto PIB, la productividad cayó en todos los sectores salvo en el financiero. Por el contrario, la UE y los EEUU,mejoraron sus cifras. Durante el periplo 2000 - 2007, la productividad española se deterioró un 14% respecto a sus socios de la UE.
Existen personas que apuntan a la llegada masiva de inmigrantes de baja cualificación como una de las causas de la caída de la productividad, pero lo cierto es que los estudios demuestran que, de media, su nivel educativo no distaba mucho del español, por lo que no parece una razón de peso. Se señaló también al sector servicios, el cual ha sido de los que más ha visto decrecer su productividad en el período indicado, pero un estudio concluyó que no es un sector significativo a la hora de evaluar la misma en nuestro país. Pese a los esfuerzos (vía gasto público y subsidios) para fomentar el I+D+i, la realidad española es cruda. Seguimos a la cola en lo que a la penetración de tecnologías de la información (ordenadores e internet) se refiere, al menos si nos comparamos con los países de nuestro entorno.
Pero existen otros factores también importantes que explican en parte cómo una economía en expansión como la nuestra durante tanto tiempo no mejoró su productividad. Como apunta José Miguel Guerrero, presidente de la comisión de industria de la CEOE, durante los años del boom existía una demanda tan alta en nuestro país, que no había ninguna presión para mejorar la productividad. Tampoco se puede dejar de lado la falta de competitividad en determinados sectores, a lo cual tampoco ha ayudado el que seamos el país 140 del mundo en términos de costes para arrancar un nuevo negocio, de acuerdo con el estudio del Banco Mundial "Doing Business Report". Esto ha permitido que, en la práctica, tengamos oligopolios como los de la electricidad y las telecomunicaciones. Como apunta Juan Toribio, profesor del IESE, tampoco ayudan los "monopolios" de las notarías o la falta de libertad de horarios en el sector retail.
La paradoja a esta realidad, la han supuesto empresas como Zara, Bankinter, ACS, Telefónica, Ferrovial, Acciona, Sacyr - Vallehermoso, Banco Santander o BBVA. Estas compañías no sólo escapan del análisis anterior, sino que se han convertido en líderes mundiales en sus diferentes sectores fruto, fundamentalmente, de su diversificación operativa e internacionalización.
Así pues, aquí lo dejo por hoy. En los próximos días comenzaré con la crisis, el problema de las cuentas públicas y algunas preguntas para la reflexión. Por lo pronto, sé que en el post se han tocado muchos palos que seguro que a muchos os han hecho identificaros con determinadas cuestiones. Me encantará que las compartamos. Seguimos el lunes.
Spain: Can the House Resist the Storm?" Bajo este doble intencionado e irónico título presentaba Diego Comín, profesor de la Harvard Business School, uno de sus últimos trabajos. El mismo, fundamentalmente descriptivo, mostraba la realidad de nuestro país desde un prisma completísimo y con la sana distancia que a veces se precisa para ver las cosas con cierta objetividad.
El profesor Comín, magnífico investigador y autor de decenas de artículos científicos en diferentes "papers", utilizó este caso para sus alumnos de la prestigiosa facultad norteamericana y nos lo presentó a nosotros durante nuestro curso de verano. Así pues mi intención no es otra que transmitiros algunas ideas, comentaros lo que allí hablamos y haceros partícipes de una visión completa y diferente de la que luego se pueden sacar muchas conclusiones. Voy a dividir el post en dos partes, ya que el trabajo del profesor Comín es largo y me gustaría aportar cosas de mi cosecha y aspectos que hablamos en clase. Así pues, aquí va la primera.
1) Perfil de España: España es un país con 46 millones de habitantes según el censo oficial del año 2008. Por aquel entonces nuestro país era la 8ª economía mundial, con un ingreso per cápita (basado en la paridad de poder adquisitivo) de 33.600 $ (datos del 2007),lo cual le situaba por delante de países del G-7 como Italia (30.900 $), Japón (33.500 $) o incluso Francia (32.600$).
Por aquel entonces, la agricultura suponía el 5% del PIB, la industria un 28% y el sector servicios un 33%. Esta distribución era análoga a la del resto de países de Europa Occidental, si bien el sector turismo y la construcción asumían un papel destacado en la riqueza nacional. La primera suponía el 10,7% del PIB (lo que nos convertía en la segunda potencia mundial) y la segunda llegó a suponer el 11% del PIB y casi el 13% del empleo. En el año 2009, nuestro país era el 15º en el informe de Desarrollo Humano del Banco Mundial.
En cuanto a la balanza comercial, la mayoría de las exportaciones netas de España se llevan a cabo a través de intercambios con países de la eurozona. Nuestras principales exportaciones son maquinaria, vehículos a motor, productos agroalimentarios y otros bienes de consumo. Un 77% de la energía empleada en nuestro país se compra fuera, lo que supone el 14% total de nuestras importaciones.
La situación política española tampoco pasa desapercibida. Debido al "estado de las autonomías", nuestro país es de los más descentralizados de Europa, a la par con Suiza, Alemania o Bélgica. Además, País Vasco y Navarra gozan de fueros especiales con ciertos privilegios fiscales históricos.
2) El Mercado Laboral: Convenios Colectivos, costes laborales y de despido, salarios mínimos y subsidios de desempleo. Fue, sin duda, uno de los puntos calientes de la sesión, comenzando, sin duda, por la rigidez de nuestro mercado laboral.
El actual sistema de negociación colectiva fue fijado en 1980 por el Estatuto de los Trabajadores. El 90% de los trabajadores españoles del sector privado están cubiertos por algún tipo de convenio. De ellos, tan sólo un número que oscila entre el 10 y el 15% están cubiertos por acuerdos directos entre empresas y trabajadores. Más del 50% participan en convenios sectoriales y aplicables a nivel provincial y aproximadamente un 25% participan en convenios de aplicación nacional. Son numerosos los trabajos empíricos que demuestran que el actual sistema de negociación colectiva vigente en nuestro país es el más ineficiente de todos en cuanto a moderación salarial se refiere, lo cual complica mucho a las compañías en épocas de recesión.
En EEUU, por ejemplo, el sistema es muy descentralizado y las negociaciones tienen lugar se empresa por empresa, lo cual permite que el convenio se adapte a la realidad de cada una de ellas. En Suecia, por el contrario, el sistema está totalmente centralizado y es el gobierno quie negocia con los sindicatos acuerdos de aplicación nacional, lo cual permite tener todas las variables, o al menos muchas de ellas, en cuenta en la negociación. Todos los sistemas de negociación colectiva tienen pros y contras y en el fondo dependen mucho de la cultura y valores de cada país, pero la realidad es que tanto el modelo americano como el nórdico funcionan bien y el nuestro no.
En cuanto a los costes laborales y de despido, España es, junto a Grecia, Francia y Portugal, el país con las regulaciones más estrictas en cuanto a indemnizaciones por despido se refiere. Cuando el despido es objetivo, son 20 días por año trabajado, pero cuando es improcedente, la cuantía sube hasta los 45 días con un tope de 42 meses. La jurisprudencia, además, ha exagerado el ya de por sí carácter tuitivo del derecho laboral.
La reforma laboral del año 1984, introdujo el contrato temporal. El mismo tenía costes de indemnización por despido muy bajos (12 días por año trabajado). Aunque los contratos temporales sólo podían ser por 3, 6 o 12 meses, éstos se podían renovar hasta los tres años.
Esta dualidad del mercado laboral ha generado que haya muy pocos incentivos para la contratación fija, además de que los trabajadores fijos rara vez pierdan su empleo por lo difícil que resulta despedirlos, incluso cuando cometen barbaridades. Por el contrario, los empleados temporales se muevan de trabajo en trabajo a la vez que sus contratos van expirando. Los despidos, por lo tanto, no se producen a menudo por cuestiones de productividad o desempeño, sino por el tipo de contrato que unos y otros tengan. Por otro lado, no hay incentivos para la formación, porque el trabajadore también percibe que su salida de la compañía va a depender más del tipo de contrato que de sus esfuerzos.
Los subsidios de desempleo en nuestro país también son de los más generosos de toda la OCDE. En parte se justifica por la elevada tasa de parados de larga duración. Aunque el fin social de la medida pueda ser loable, lo cierto es que también son varios los trabajos que demuestran que supone un desincentivo para la búsqueda de empleo. En cuanto al salario mínimo, aunque existen estudios que demuestran que éste puede favorecer una baja formación de capital humano en los trabajadores jóvenes, lo cierto es que en España éste no es precisamente elevado en comparación con otros países de nuestro entorno.
Las reformas del mercado laboral de 1993, 1997 y 2002, trataron sin éxito de descentralizar las negociaciones de los convenios colectivos y flexibilizar el mercado laboral para afrontar muchos de los problemas indicados, pero su éxito fue, en el mejor de los casos, moderado.
3) La Expansión (2000 - 2007): En el período 2000 - 2007, la población en España se incrementó en casi 5 millones de habitantes, casi un 12%. Un 80% de este crecimiento se debió a la llegada masiva de inmigrantes, los cuales pasaron de suponer un 2,4% de la población de nuestro país a sumar casi un 10%. Sólo existe un caso en la historia con unas cifras similares, al menos desde el punto de vista porcentual, y fue el de EEUU durante el siglo XIX, concretamente en la década de 1850. Las causas de estos movimientos migratorios fueron varias. En primer lugar, las recesiones vividas en países como Argentina, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia (con la ventaja, además, del idioma) animaron a muchos de sus ciudadanos a venir a España. Por otro lado, el auge del "negocio de la inmigración ilegal", permitió a las mafias mejorar sus embarcaciones y llegar con sus cayucos desde destinos más lejanos no contemplados hasta entonces.
La eliminación de las restricciones para salir del país a los habitantes de los países de la Europa del Este, más la posibilidad de que algunos de ellos pudieran trabajar en España sin ningún permiso de trabajo especial (sobre todo los Rumanos), también favoreció la llegada de este tipo de ciudadanos. Por último, y no por ello menos destacable, una generación de jubilados procedentes de países del norte de Europa se han venido a vivir a nuestro país en busca de una mejora en su calidad de vida.
La mayoría de los inmigrantes que llegaron a España durante el período indicado, estaba en edad de trabajar, lo cual hizo, que conjuntamente con los cambios en nuestra sociedad, la fuerza laboral pasase de 18 millones a 22,2 en el año 2007. Al aceptar los inmigrantes trabajar por salarios más bajos, los salarios reales se mantuvieron constantes pese al crecimiento económico, lo cual ayudó, entre otros factores, a que el paro bajase a mínimos históricos en el año 2007. El aumento del número de trabajadores trajo consigo la posibilidad de producir más bienes y servicios que nunca. Todo ello llevo derivó en un aumento de la inversión en activos fijos también sin precedentes.
Todo lo anterior guarda relación directa con el boom inmobiliario. Todos los inmigrantes han necesitado y necesitan un lugar donde vivir, lo cual incrementó la demanda de viviendas de forma descomunal. Por si esto fuera poco, el índice de divorcios en España durante el período 2000 - 2007 se disparó, poniendo a nuestro país al mismo nivel que el resto de países de la OCDE. Esto implicó que se pasase de necesitar una casa por familia a dos, lo que añadió más tensión a la demanda de viviendas. Todo ello derivó en un desequilibrio histórico entre oferta y demanda en el sector inmobiliario, lo que generó un espectacular aumento de los precios y un auge, también sin precedentes, de la actividad de la construcción para responder a esa demanda.
Este aumento del valor de las viviendas, generó un efecto de lo más llamativo: los dueños de bienes inmobiliarios se hicieron más ricos de repente, y ello, de la mano del auge crediticio, aumentó el consumo de todo tipo de bienes, incluídos los de lujo y alta implicación. Paradójicamente vivíamos el mejor momento de su historia económica moderna mientras el mundo entero estaba en recesión por la crisis de las puntocom. Esta asimetría de los ciclos económicos hizo de España un lugar atractivo para invertir. El sector inmobiliario de nuestro país estaba en plena expansión mientras que la inversión en el resto de Europa se recuperaba lentamente, lo que permitió que tanto bancos como empresas de la construcción accedieran a ahorros del resto del viejo continente a tipos de interés bajísimos que invirtieron en España.
Lo que hubiera ocurrido en otra época, es que posiblemente la peseta se hubiera apreciado, pero España pertencía el Euro y la política monetaria, al igual que pasa ahora en unas circunstancias totalmente diferentes, no se ajustaba precisamente a nuestras necesidades. Si a ello le sumamos la integración de los mercados de capitales mundiales, podremos entender que era bastante difícil para nuestro país prevenir el sobrecalentamiento de nuestra economía. Queda preguntarse si los gobiernos, actuales y anteriores, pudieron hacer algo más. Seguro que sí, pero aquí hay que entender que los estados están expuestos a los mercados y que, de alguna forma, nuestras instituciones públicas también se vieron beneficiadas por todo el crecimiento económico de aquellos días.
El endeudamiento de empresas y familias españolas no tardó en verse reflejado en nuestra cuenta corriente, ya que nuestro país no estaba reduciendo su consumo para financiar su inversión inmobiliaria, sino que estaba recurriendo a fuentes de capital extranjeras como ya se ha apuntado. Ésto hizo que nuestro déficit por cuenta corriente pasase de 23.200 millones de $ a 145.300 millones de $. A pesar de este desequilibrio, las expectativas sobre futuras apreciaciones en los precios de las viviendas siguieron animando a invertir en España y en su sector inmobiliario. Para hacernos una idea de la dimension del problema, en el período 2000 - 2007 se construyeron más casas en España que en el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Alemania juntas. Sólo en Andalucía se construyeron más casas que en todo el Reino Unido. Los precios de la vivienda, además, se incrementaron anualmente a una media de entre el 12 y el 13%.
El sistema financiero español, por su parte, está formado por bancos y cajas. Las segundas controladas en buena parte por gobienos locales. Durante los años 90 e incluso a principios de los 2000, sufrieron importantes fusiones y consolidaciones para mejorar su competitividad en la nueva economía globalizada que se abría paso y la creación de la eurozona. Fruto de aquel primer reordenamiento bancario español, surgieron BBVA, el Banco Santander Central Hispano, otros bancos más pequeños y 45 cajas de ahorro.
Los bancos y cajas españoles siempre se han caracterizado por sufrir muchos menos fallidos en sus hipotecas que el resto de entidades financieras de otros países, incluso en épocas de recesión. Esto ha sido así por diversos factores. En primer lugar, porque las hipotecas en nuestro país llegaban,como mucho, al 80% del valor de tasación de las viviendas. En segundo lugar, porque las hipotecas en España no sólo están respaldadas por la vivienda, si no también por todos los activos que prestamistas y avalistas tengan a su disposición, incluso los salarios llegado el caso. Por último, porque tradicionalmente el Banco de España ha sido mucho más exigente con nuestras entidades financieras que la mayoría de entidades supervisoras internacionales. Una buena parte de la juerga subprime tuvo su caldo de cultivo en el hecho de que las autoridades Estadounidenses permitieron sacar fuera del balance determinados activos. En España, por ejemplo, se implementaron medidas precisamente para evitarlo. Además, coincidiendo con el inicio del boom inmobiliario, el Banco de España instauró allá por el año 2000 un sistema de provisiones dinámico según el cual las entidades financieras de nuestro país estaban obligadas a crear reservar para paliar futuras pérdidas precisamente en créditos de este tipo.
El problema que sufren los bancos ahora, por lo tanto, no tiene tanto que ver con las hipotecas concedidas a particulares impagadas (que también suman), como con su excesiva exposición a las empresas de la construcción y a su dependencia de los mercados de capitales extranjeros.
La productividad, por su parte, ha sido y es otro de los grandes misterios de nuestra economía. Los datos demuestran que en el período 1995 - 2005, pese al asombroso crecimiento de nuesto PIB, la productividad cayó en todos los sectores salvo en el financiero. Por el contrario, la UE y los EEUU,mejoraron sus cifras. Durante el periplo 2000 - 2007, la productividad española se deterioró un 14% respecto a sus socios de la UE.
Existen personas que apuntan a la llegada masiva de inmigrantes de baja cualificación como una de las causas de la caída de la productividad, pero lo cierto es que los estudios demuestran que, de media, su nivel educativo no distaba mucho del español, por lo que no parece una razón de peso. Se señaló también al sector servicios, el cual ha sido de los que más ha visto decrecer su productividad en el período indicado, pero un estudio concluyó que no es un sector significativo a la hora de evaluar la misma en nuestro país. Pese a los esfuerzos (vía gasto público y subsidios) para fomentar el I+D+i, la realidad española es cruda. Seguimos a la cola en lo que a la penetración de tecnologías de la información (ordenadores e internet) se refiere, al menos si nos comparamos con los países de nuestro entorno.
Pero existen otros factores también importantes que explican en parte cómo una economía en expansión como la nuestra durante tanto tiempo no mejoró su productividad. Como apunta José Miguel Guerrero, presidente de la comisión de industria de la CEOE, durante los años del boom existía una demanda tan alta en nuestro país, que no había ninguna presión para mejorar la productividad. Tampoco se puede dejar de lado la falta de competitividad en determinados sectores, a lo cual tampoco ha ayudado el que seamos el país 140 del mundo en términos de costes para arrancar un nuevo negocio, de acuerdo con el estudio del Banco Mundial "Doing Business Report". Esto ha permitido que, en la práctica, tengamos oligopolios como los de la electricidad y las telecomunicaciones. Como apunta Juan Toribio, profesor del IESE, tampoco ayudan los "monopolios" de las notarías o la falta de libertad de horarios en el sector retail.
La paradoja a esta realidad, la han supuesto empresas como Zara, Bankinter, ACS, Telefónica, Ferrovial, Acciona, Sacyr - Vallehermoso, Banco Santander o BBVA. Estas compañías no sólo escapan del análisis anterior, sino que se han convertido en líderes mundiales en sus diferentes sectores fruto, fundamentalmente, de su diversificación operativa e internacionalización.
Así pues, aquí lo dejo por hoy. En los próximos días comenzaré con la crisis, el problema de las cuentas públicas y algunas preguntas para la reflexión. Por lo pronto, sé que en el post se han tocado muchos palos que seguro que a muchos os han hecho identificaros con determinadas cuestiones. Me encantará que las compartamos. Seguimos el lunes.
Comentarios
parece que Diego Comín pasa a ser colaborador habitual en Nada es Gratis, el blog de FEDEA
http://www.fedeablogs.net/economia/?p=17846
Allí tb podrás seguirle
abzs
Un fuerte abrazo