Economía y Sociedad - Economistas, Políticos y Profetas

Sobre Pronósticos y Planificaciones Estratégicas

El otro día en Aranda comencé a hacer algo de orden y rescaté algunos periódicos antiguos. La verdad es que me llamaron la atención varios artículos. Algunos incluso me arrancaron una sonrisa, porque me demostraron que algunos economistas, políticos y empresarios, como futurólogos, no tendrían precio. El primero con el que no pude evitar sonrojarme fue con el famoso de "los brotes verdes" de la economía española de Elena Salgado. En su descargo diré que asumía, en cualquier caso, que el paro seguiría subiendo por un tiempo. Lo gracioso es que aquella noticia dio luego pie a un anuncio del PSOE que a mi me ha producido, dos años después, cierto estupor. Y por favor, que nadie se lo tome como un comentario político, sino de hombre que trabaja en una empresa.Claro, que aquellos eran los tiempos del acontecimiento histórico planetario de Leire Pajín, otro titular con el que se me han saltado las lágrimas de la risa. Poco después, de nuevo Elena Salgado, anunciaba en una entrevista que habíamos "tocado fondo"

Pero no sólo en España se vieron brotes verdes. Ben Bernanke también dijo en el año 2009 que en el gigante norteamericano había motivos para la esperanza, si bien Paul Krugman, con su habitual maestría, puso las cosas un poco en su sitio en su tríbuna del New York Times. Creo que dos años después nadie se atrevería a decir nada parecido en ninguno de los dos lados del Atlántico. A Obama, probablemente, le quede otra oportunidad, pero Zapatero me temo que va a salir por la puerta de atrás. Es cierto que tal vez nadie pudiera pensar en una crisis tan salvaje, pero es que sus actuaciones, acordes a sus predicciones, le han hecho un flaco favor. "Tenemos el sistema financiero más sólido del mundo" o "hemos superado a Italia y podemos superar a Francia" (ambas afirmaciones tras la caída de Lehman Brothers) denotan, en cualquier cosa, que no se había enterado entonces de la gravedad del asunto. Probablemente tardó dos años en hacerlo.
Claro, que los empresarios tampoco hemos estado finos en nuestras predicciones durante esta crisis. En otra entrevista que tampoco tuvo desperdicio, Antonio Brufau, presidente de Repsol, allá por el inicio del año 2010, afirmaba que era razonable "que el litro de gasolina se mantuviera en torno a un euro". Apenas un año después la desviación supera el 30%. No está mal tampoco. Como tampoco estaba mal Michael Porter, gurú de la Estrategia Empresarial, quién en el año 2005 hablaba maravillas de Fannie Mae y Freddie Mac, entidades a las que el Gobierno Norteamericano tuvo que rescatar en septiembre de 2008 tras su desplome bursátil en julio de dicho año, el cual puso en jaque a todo el sistema financiero estadounidense. Seré justo también conmigo mismo. Quiénes me conocéis y quiénes habéis hablado conmigo en estos años, sabéis que yo también he dicho en más de una ocasión que creía que habíamos tocado fondo. Yo también me equivoqué y lo digo bien claro para que nadie me tache de oportunista.

No es mi intención ridiculizar a nadie, de verdad. Pero todas las declaraciones, análisis y opiniones de un tiempo a esta parte me siguen pareciendo meras elucubraciones con pocos visos de convertirse en realidad. No es que no crea en la modelización y en el fantástico trabajo de economistas e investigadores, o que quiera desacreditar a brillantes hombres de empresa, como sus cuentas de resultados reflejan año tras año. Simplemente vivo en un momento en el que a título personal predomina el escepticismo por encima del racionalismo. Creo que la salida de esta situación depende, fundamentalmente, de que se terminen de reordenar los sistemas financieros de todo el mundo, de que se absorban todos los stocks de vivienda que todavía colean desde la burbuja, de que en la UE se dejen de financiar problemas (como apunta mi buen amigo Quique Ibáñez, la quita en Grecia es inevitable, pero nadie quiere afrontarla) y de que estados, familias y empresas nos desapalanquemos, porque no olvidemos, que esta crisis tiene mucho de excesivo endeudamiento. Es imposible saber cuando ocurrirá, porque en buena medida todo dependerá de que vuelva la confianza a los mercados y a sus agentes económicos, esto es, empresas y familias. Euforia y pánico. En épocas de crisis no hay término medio.

Lo que nos queda a la gente de a pié es apretar los dientes, seguir trabajando, luchar por hacerlo un poquito mejor cada día y estar en la "pole position" para cuando arranque de nuevo la maquinaria. Mientras tanto nos quedan las hemerotecas para echarnos unas risas, sin maldad en mi caso, de verdad, con previsiones fallidas y otros patinazos. Hay gente que realmente no tiene precio como profeta.

Comentarios

Fernando López ha dicho que…
Hola Fernando:

Como dices, nos podríamos echar unas buenas risas. Quizá nosotros nos falte mucha información, pero lo único que se ahora mismo es que llevamos tiempo apretándonos los dientes, el cinturón y trabajando como nunca y que deberemos seguir sin hacer caso a lo que digan unos u otros sino a lo que nosotros realmente creamos. La diferencia es que nosotros no tenemos margen de patinazo y como se ha visto , otros no solo tienen margen sino que si patinan no pasa nada.
Un abrazo
Fernando ha dicho que…
Hola Fernando!

Gracias por pasarte, como siempre. Muy de acuerdo contigo. Al final los que se aprietan son los de siempre, desgraciadamente. Y apuntas otra gran verdad, los que se aprietan, además, no tienen margen de patinazo.

Malos tiempos para la lírica, como decñia la canción.

Un fuerte abrazo
David García Goñi ha dicho que…
Como bien dices Fernando, sólo el que habla se puede equivocar, pero vivimos en unos tiempos en los que no se dice lo que se debe decir, sino lo que se creen que queremos oir, antes de las elecciones nadie tiene valor de decir lo que va a hacer por temor a no ser votados, y luego hacen lo que decían que no iban a hacer, es la manía de no usar el sentido común y querer tratarnos a todos nosotros como unos ignorantes, y luego no entienden que estemos indignados.

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