Economía y Sociedad - La Cuestión Moral

Algunas Ideas

Esta tarde las principales noticias de ediciones digitales de los principales periódicos han alterado lo que llevaba pinta de ser una plácida tarde de vuelta al tajo. De buenas a primeras, las bolsas de todo el mundo se hundían. El IBEX 35, el cual ha llegado a perder hasta un 6%, ha cerrado con un -4,7%. El FTSE 100 Británico se dejaba un 4,49% y el Dow Jones, que no sé si a esta hora habrá finalizado su sesión, se estaba dejando un 3,68%. Liderando las pérdidas estaban los bancos. En el caso español, Santander se dejaba algo más de un 4%, al igual que el Popular. BBVA perdía casi un 6%, como Bankinter. Tan sólo Sabadell (-1,15%) y Caixabank (-2,30%), salvaban ligeramente una jornada negra.

Que esté tranquilo el personal porque este post no va sobre bolsa. Uno debe reconocer sus limitaciones y cualquier conjetura que pueda hacer tendrá poca o ninguna base científica, así que les cedo el testigo a aquellos que pasáis por aquí y os movéis con soltura en la materia. Sin embargo, sí que quiero reseñar una de las causas que explican lo acontecido. El que en el seno de la UE se haya vuelto a abrir el debate sobre la llamada "Tasa Tobin" tras la reunión de Merkel y Sarkozy del pasado lunes, ha supuesto un auténtico terremoto en los mercados, los cuales se han cebado con la banca de todo el mundo. La otra causa son las malas perspectivas de la economía mundial.

Volviendo al tema de la tasa, y para que todo el mundo me siga, James Tobin, premio Nobel de Economía en 1981, propuso en 1972 la creación de un tributo que gravase determinadas transacciones financieras. Concretamente se refería a aquellas en las que había un cambio de divisas en las mismas. La cuestión es compleja, pero digamos a modo de resumen y de nuevo de forma muy sencilla, que los movimientos de capitales jugando con diferentes monedas tienen sus complicaciones y riesgos y que esta crisis se ha visto agravada en parte por ellos. Para el que quiera profundizar en la materia, le recomiendo la lectura del libro de Paul Krugman "El Retorno de la Economía de la Depresión y la Crisis Actual". Según un informe de Naciones Unidas de hace unos años, los gobiernos actuales de todo el planeta podrían recaudar cerca de 720.000 millones de dólares cada año con esta tasa si su cuantía se fijase en torno al 0,1%. Sólo la UE podría obtener 50.000 millones al año. Esta tasa se pensó, fundamentalmente, para mejorar la distribución de la riqueza en todo el planeta, pero también es cierto que hay quién cree que podría ser un mecanismo estabilizador de la economía, ya que sus defensores argumentan que podría frenar la especulación y moderar el riesgo de los mercados. Huelga decir, además, como le vendría ese dinero a las maltrechas arcas de los países de la UE

Vaya por delante, que la "Tasa Tobin" ha tenido siempre sus detractores, pero a éstos se les han sumado hoy casi todo el sector financiero europeo, como no podía ser de otra forma. Hoy el diario Expansión titulaba una noticia con el siguiente reclamo: "La Tasa Tobin enfurece al sector financiero". En el mismo, determinados miembros de la banca comunitaria cargaban contra la propuesta, ya que a los ojos de Simon Lewis, Consejero Delegado de la Asociación de Mercados Europeos, el sistema financiero "no podía ser contemplado como una fuente adicional de tributos adicionales". Y es ahí donde arranca el titular de este post.

No quiero entrar en guerras de cifras, ni si quiera sé si la "Tasa Tobin" realmente podría mejorar las cosas, pero lo último es que nuestro sector financiero europeo se ponga de víctima. Así que nuestros bancos no pueden ser contemplados como fuente de ingresos tributarios adicionales, pero todos los ciudadanos a los que nos han subido el IVA, incrementado la presión fiscal y que, además, vemos reducido nuestro estado de bienestar por unos gobiernos que se han endeudado hasta las cejas para salvar a muchos banqueros, sí. Con perdón, es el colmo.

Porque para mi estamos ante una cuestión moral. Recapitulemos por un momento. Hagamos una breve reflexión sobre lo que han sido los últimos tres años. Cuando cayó Lehman Brothers, cuando todo nuestro sistema financiero parecía quebrarse, todos los gobiernos del mundo se afanaron en explicarnos que dedicando cantidades ingentes para salvar al mismo, se estaba evitando lo peor y que se estaban poniendo las bases para salir de un lío morrocotudo con cierta rapidez. "Hemos aprendido la lección del crack del 29", postulaban importantes economistas.

Además de los rescates correspondientes, nuestros organismos responsables de la política monetaria (véase la Reserva Federal en EEUU y el BCE en Europa), prestaron dinero a tipos irrisorios a la banca para fomentar el flujo del crédito a familias y empresas. Ese dinero jamás llegó a su fin, porque las entidades financieras prefirieron hincharse a comprar deuda pública de medio mundo por ser, aparentemente, valores refugio. Hoy en día, ha quedado demostrado que no. No han terminado de provisionar las viviendas que se han "comido" y, probablemente, deberían empezar a provisionar cierta deuda de determinados países cuyo precio es 10 veces menor que su valor nominal. Sí, la banca mundial está muy mal, tan mal o peor incluso que las cuentas públicas de los países de la OCDE (salvando Alemania y alguna otra excepción), y sí, necesitamos de un sistema financiero sano, pero visto lo visto, siendo conscientes de dónde estamos y dónde estábamos hace tres años, cabe preguntarse si todo esto ha valido la pena, si no hubiera sido mejor purgar la enfermedad en aquel fatídico otoño de 2008, haber hecho borrón y cuenta nueva, haberlo pasado muy mal y estar ahora en la senda de una auténtica recuperación.

Porque la realidad es que, tres años después, el paro sigue por las nubes en España y EEUU, el crédito sigue sin fluir, el estado de bienestar europeo está en entredicho y todos vivimos un poco peor. Todos salvo aquellos que siguen cobrando sus bonus astronómicos o se han ido con indeminzaciones escandalosas. Tal vez el sistema financiero no esté para ser fuente de ingresos tributarios adicionales, pero si realmente piensan que las familias y empresas estamos para seguir pagando la fiesta, creo que denotan lo que siempre me ha parecido, que viven en otro mundo.

La "Tasa Tobin" no tendrá sentido si sólo la aplica Europa y como ya he dicho, ni si quiera sé si es parte de la solución, pero de fondo hay una cuestión moral y es la sensación de que los bancos nunca caen, que juegan con una red de fondo tejida por todos los ciudadanos que pagamos nuestros impuestos y mecida cariñosamente por nuestros gobiernos. Nunca sabremos lo que hubiera pasado sin rescates bancarios, ni si quiera tendremos claro si realmente evitamos realmente un mal mayor hasta dentro de muchos años, cuando esta crisis se pueda estudiar sin sesgos, pero si a cada uno nos hubieran preguntado en su día si estábamos dispuestos a asumir el coste de aquellos, muchos no lo hubiéramos tenido claro. Sí, lo sé, a posteriori es fácil hablar, incluso oportunista, pero  visto lo visto, a mi la duda me reconcome.

Comentarios

Katy ha dicho que…
Hola Fernando
Estoy de vacaciones y me he pasado a saludarte. Veo que has estado currando bastante a pesar del calor porque hay tres post densos en poco tiempo.
Soy incapaz de de relacionar la moral con la economía. Creo que es una asignatura pendiente. El día en que esto se cosiga, segura que disfrutaremos de un mundo mejor:)
Un abrazo
Fernando ha dicho que…
¡Hola Katy! ¡Muchas gracias por pasarte! Yo volví al tajo hace unos días. Me guardo algo de descanso para más adelante. Ahora son tiempos de preparar las vendimias y de seguir peleando a la contra, que tal y como están las cosas, creo que es la expresión que mejor define el mundo empresarial.

La verdad es que han sido unos días de leer mucho, reflexionar, y tal vez por ello me han salido algunos post muy densos, como bien apuntas. Para ser verano, demasiado, jeje.

Respecto a lo que dices, yo creo que habría que añadir un matiz importante: es difícil relacionar a determinados "hombres - económicos" con la moral. ¿Sabías que Adam Smith, padre de la economía moderna, era profesor de filosofía y ética en Inglaterra? Sus argumentos acerca de la maximización del beneficio siempre tenía un trasfondo de mejora social.

El problema es que con los años nos hemos quedado con la primera parte y le hemos añadido en muchos casos argumentos maquiavélicos. Y entonces sí, la economía parece estar en las antípodas de la ética.

Un fuerte abrazo y felices vacaciones!!

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