Economía y Sociedad - Recortes, Copagos y Privatizaciones

Algunos Apuntes

Me he tomado cierta distancia antes de escribir acerca de la actual situación de crispación social que se vive en virtud de los continuos recortes anunciados, semana sí, y semana también, por nuestro actual gobierno. No quería entrar en una guerra de cifras, porque en el fondo la mayoría de los estudios que han caído en mis manos, tanto por uno como por otro lado, aunque apuntan muchas cosas muy razonables, creo que tienen cierto sesgo.También me ha resultado interesante hablar con amigos, colegas y familiares que de alguna forma están vinculados a la educación, a la sanidad, incluso a organismos oficiales, y me ha sorprendido comprobar que los cuales tampoco terminan de ponerse de acuerdo. Todos defienden que hay líneas rojas que no se deben rebasar, pero también consideran mayoritariamente que el actual sistema no funciona. Creo que nadie lo explica mejor que un simpático taxista que llevo a un buen amigo mío hace unos días al aeropuerto: "yo no sé de economía, pero asumo que en mi casa no puedo gastar más de lo que ingreso". Así pues, apunto algunas cuestiones que se me han ocurrido con la única pretensión de invitar al sano debate y a la reflexión.

Desde un punto de vista político, sobre todo desde la oposición al actual gobierno, se está tratando de vender todos estos recortes como una cuestión ideológica y yo, personalmente, creo que no es así. Estamos ante una cuestión económica pura y dura gestionada por la clase política más decadente de la historia de nuestra joven democracia. Hay varios motivos por los que lo creo. En primer lugar, porque los números son evidentesy  públicos. España gasta más de lo que ingresa. Pero es que lo que ingresa no le da ni para pagar sus gastos ordinarios. Es decir, España no se endeuda para refinanciar sus intereses, España, en la actualidad, necesita endeudarse para mantener su estado de bienestar, las nóminas de los funcionarios y el sus infraestructuras y su burocracia. Cuando necesitas endeudarte para mantener tu arcas públicas, dependes de tus acreedores, y lo cierto es que nuestro país de un tiempo a esta parte no tiene ninguna facilidad  para financiarse. Por lo tanto, me temo que el ajuste es inevitable. Otra cosa es cómo se está planteando, aunque sobre ese punto hablaré más adelante.

El que no estamos ante una cuestión ideológica sino económica, también se refuerza con el hecho de que los actuales recortes comenzaron en mayo de 2010, con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del gobierno. Un hombre que en su primera legislatura, y los datos también están ahí, desarrolló muchas iniciativas de enorme calado social. Entiendo que a pocas personas como a él le debió doler tanto el tener que desandar buena parte del camino recorrido. Desde entonces, la economía no ha hecho sino empeorar y el ajuste se ha hecho aún más necesario. Sobre la veloclidad de los recortes y su impacto sobre la economía, hablaré un poco más adelante, pero creo oportuno señalar otra cosa: es cierto que los ajustes del gobierno de Rodríguez Zapatero fueron menos duros que los del actual gabinete, pero conviene no olvidar tampoco que como consecuencia, las administraciones públicas dejaron de pagar a sus proveedores y llevaron a muchas empresas a la quiebra. El problema ya era muy grave.

El que estamos ante una cuestión económica fundamentalmente, también se refrenda con la actual subida de impuestos del gobierno de Rajoy. De igual forma que a un político de izquierdas le duele retroceder en el ámbito social, a los políticos de derechas lo de subir impuestos es algo que nunca han llevado bien.

Se hace imprescindible un debate sobre el modelo de estado que queremos tener. Pienso que hay cuestiones  que deberían quedar fuera del debate político. Me refiero a la sanidad y a la educación, por supuesto. Ambos son bienes públicos de interés común, cuya gestión no pueden caer en manos del mercado, ni siquiera en manos de las autonomías. Ello puede hacer que tengamos españoles de primera y de segunda en función de la renta per cápita y el político de turno, lo cual es inaceptable en ambos casos. El impacto de la sanidad universal y la educación sobre el crecimiento económico, además, es de manual. Se hace necesaria en España la figura del gestor público, como apunta mi primo Fernando Díaz. Se trataría de pedir responsabilidades por el dinero invertido, pero también de que se cree un sistema sostenible y anticíclico. 

El problema es que estos bienes de interés común terminan siendo gestionados por políticos de turno, los cuales tienden a cometer excesos en épocas de bonanza  (ahí están los aeropuertos, por ejemplo) que luego son insostenibles cuando las cosas vienen mal dadas. La burbuja permitió que nuestro gasto público hubiera aumentado en 2007 casi un 60% respecto al año 2001. Como apuntó el Wall Street Journal, hubiera bastado que España hubiera mantenido su gasto público per cápita constante (esto es, aumentándolo en la misma proporción en la que población aumentaba), actualizándolo al nivel de la inflación, para que no hubiera hecho falta ni un sólo recorte. Y yo recuerdo que España en el año 2001 era un país que funcionaba. Otro apunte respecto al problema de que determinados bienes públicos los gestione un político: a la hora de ajustar, tiende a hacerlo "a lo bruto". Como Sanidad y Educación son las partidas más grandes, es dónde más creen poder recortar. Se debe apostar por la eficiencia y se deben evitar los abusos, que los hay, pero un buen gestor debe saber separar la hierba mala del trigo.

Dinero hay, pero la clave está en cómo emplearlo. Si antes teníamos 200 y ahora 100, la clave está en cómo utilizar los 100, ni más ni menos. En el fondo esto es como una manta. O te tapas los pies, o te tapas la cabeza, pero sería oportuno que hubiera una mayor transparencia en la aplicación de las partidas. Todo tiene ventajas e inconvenientes y es probable que el reparto nunca sea a gusto de todos, pero necesitamos apostar por un modelo de consenso para salir de la actual situación. Otro de los problemas, creo, es que hay medidas higiénicas que no se están tomando (eliminación de puestos políticos, eliminación de empresas públicas deficitarias, eliminación de funcionarios puestos a dedo, reducción de asesores, etc.), que probablemenbte no darían para resolver todo el problema, pero probablemente quitarían la sensación de agravio permanente. Necesitamos rebajar el nivel de crispación para que el debate sea productivo. El conflicto enriquece, la confrontación no. Y para ello es necesario que la administración (los políticos) comience siendo ejemplar.

El copago, los recortes y las privatizaciones, perjudican a las clases menos pudientes, que son los que más están sufriendo esta crisis, pero sobre todo introducen un riesgo moral. Si una autonomía quiebra y hay que rescatarla, creo que todos entendemos más o menos el esfuerzo que hay que hacer para que no se prive a un ciudadano español de determinados servicios básicos. Ahora bien, si la que quiebra es una empresa privada que presta un servicio público, el rescate sería a sus accionistas. Como con la banca, en pos de un supuesto bien común se favorecería el interés de unos pocos. Para mi es inaceptable.

Estamos inmersos en un círculo vicioso de difícil solución. Es una pescadilla que se muerde la cola permanentemente. Cuanto más se recorta, más se deprime la economía, lo que conduce a un mayor incremento de paro, lo que hace que aumenten los impagos, se consuma menos, quiebren las empresas, los activos de los bancos se deterioren más y así sigamos metidos en una espiral de destrucción de amplio impacto social. ¿Cómo salimos de ésta?

Pedro Solbes, poco antes de salir del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ya lo advirtió: no hay margen para más estímulos fiscales. Como la política monetaria tampoco depende nosotros y ni siquiera tenemos capacidad para financiarnos a precios razonables, cabe concluir que estamos vendidos. El ajuste que se nos está imponiendo desde Berlín es durísimo y nos encamina hacia una deflación interna de consecuencias impredecibles, por cuanto hay pocos sectores privados tan endeudados como el nuestro. Las políticas fiscales expansivas sólo pueden venir de los países de la UE que tienen capacidad de financiarlas. En la práctica, sólo Alemania, ya que el resto de estados con cuentas públicas saneadas no tienen una economía lo suficientemente importante para ello. Cuando dependes de terceros, con perdón, estás jodido, y te pueden exigir que para seguir ayudándote lleves a cabo determinadas  ajustes. Ante un problema de tal magnitud, se requieren hombres de estado. El reto es económico, como decía al principio, pero necesitamos voluntad política para apostar por un modelo de estado que sea sostenible y no ponga en juego logros que son sinónimo de progreso.


Comentarios

Katy ha dicho que…
En medio de este desaguisado y situación más que difícil te deseo de corazón el recuerdo y la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro.
Que la Navidad sea un profundo momento de sentir, mirar y actuar….
Y que más allá de estas fiestas, a lo largo del año 2013, la paz y el bienestar te acompañen junto a familiares y amigos
Un cálido abrazo navideño.
Fernando ha dicho que…
Katy, feliz Navidad para ti también, y mis mejores deseos para el año que viene. Te deseo de corazón que sea un momento también de reflexión y crecimiento junto a tus seres queridos. Tengo la convicción de que en breve podré escribir sobre cosas más bonitas y positivas.

Un fuerte abrazo y millones de gracias por pasarte, como siempre

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