Enología - Vinos del Mundo
Sobre los Vinos de la Toscana
Abro hoy un nuevo apartado en el que compartiré con todos opiniones y sugerencias sobre determinados vinos (españoles y foráneos) que cate y crea interesantes. Prometo hablar de PradoRey sólo cuando la ocasión lo merezca, pero sobre todo, prometo hablar para todos los públicos. Así que si alguno espera de mi una cata técnica, me temo que le voy a decepcionar. En cualquier caso, si hubiera algún concepto que al explicarlo no quedase claro, estaré gustoso de aportar más aclaraciones. Hecha esta introducción, vamos para allá.
Abro hoy un nuevo apartado en el que compartiré con todos opiniones y sugerencias sobre determinados vinos (españoles y foráneos) que cate y crea interesantes. Prometo hablar de PradoRey sólo cuando la ocasión lo merezca, pero sobre todo, prometo hablar para todos los públicos. Así que si alguno espera de mi una cata técnica, me temo que le voy a decepcionar. En cualquier caso, si hubiera algún concepto que al explicarlo no quedase claro, estaré gustoso de aportar más aclaraciones. Hecha esta introducción, vamos para allá.
La semana pasada disfrutamos, Maru y yo, de 5 días de descanso por la Toscana. El viaje me ha servido para resetear la mente redescubriendo ciudades (Florencia, Siena), conociendo otras (San Gimignano, Lucca) y pasando por Bolonia, la cual, pese a no ser de la Toscana, por cuestiones logísticas, pude conocer. Aparte de empaparme de todas las maravillas culturales, arquitectónicas y paisajísticas del lugar, he tratado de probar algunos de los vinos más afamados de la zona y alrededores. Catar o degustar vinos de fuera, supone para mi una cura de humildad por un lado, pero también una reafirmación por el otro. No es un contrasentido. Me explico. Es una cura de humildad porque uno se da cuenta que más allá de nuestras fronteras y en países que no son Francia, se hacen (cada vez más) unos caldos excelentes. Pero también me reafirman porque me sirve para ver que por calidad y originalidad, nuestros vinos tienen cabida en el panorama internacional y pueden competir, sin ningún complejo, con los mejores caldos del planeta. Paso a comentaros algunas de mis conclusiones.
La primera noche que estuvimos en Italia cenamos con un Chianti Riserva de la Toscana. El Chianti no es fácil de catalogar porque se produce en 7 distritos diferentes y en cada uno de ellos con diferentes metodologías. En cualquier caso, en líneas generales, son unos vinos que no me terminan de convencer. Son buenos vinos, que nadie me entienda mal, reconozco que maridan muy bien con la pasta, pero me parecen muy ligeros de cuerpo y aromáticamente sólo aceptables. Se les podría comparar (por el cuerpo y ligereza, así como por el precio en carta) con un Rioja, pero en la comparación el Chianti sale escaldado. No pueden competir, en líneas generales, con los grandísimos caldos del norte de España. Aún así, insisto que son vinos de buena relación calidad / precio y que pegan con la comida de la zona.
La segunda noche probamos un Rossato (Rosado) también de la Toscana. Correcto sin más. Muy ligero en boca, algo corto (una vez bebido el sabor se va rápido, para que se entienda) y plano en nariz. Es posible que la añada (era del 2007 y estos vinos alcanzan su plenitud dentro del año siguiente a su elaboración) influyera. Muy fácil de beber y de buena relación calidad / precio.
La tercera noche nos dimos un pequeño homenaje. Fuimos a cenar a una Ostería espectacular en el centro de Florencia en la que nos recibieron, de entrada, con un Spumante Prosseco del Veneto (de esto último no estoy al 100% seguro). Un Spumante, como su propio nombre indica, es un vino espumoso, tipo Cava o Champagne, pero mucho más afrutado, agradabilísimo en nariz y largo en boca. Se podría decir, y que me perdonen los eruditos, que se parece más a un vino que las magníficos espumosos españoles y franceses. Había oído hablar de ellos pero no los había probado. Me descubro, porque me pareció maravilloso.
Esa misma noche quisimos probar un vino blanco elaborado con Vernaccia de San Gimignano (luego lo explico) acompañando el plato principal pero estaba agotado. En cambio nos recomendaron un vino llamado Conte della Vipera. Se trataba de un blanco fermentado en barrica durante 9 meses, elaborado en su mayoría con uva Sauvignon Blanc y un toque (entre un 10 y un 20%, el camarero no estaba seguro) de Chardonnay. El vino sencillamente me pareció espectacular. Muy interesante en nariz y fantástico en boca. No perdía frescura pese a poder apreciarse las maderas en sus aromas. Advierto, eso sí, que es un vino complejo, por lo que puede que no le guste a todo el mundo. Le pongo un pero en cualquier caso. Si me dicen que el vino es francés, me lo creo a pies juntillas, ya que las variedades utilizadas proceden del país galo. ¿Por qué debería pedirme este vino italiano sabiendo que en Borgoña hacen vinos similares y son los originales? Me parece que tiene mucho más mérito lo que en España hacen Belondrade y Lourton, Marqués de Riscal con su Limoussine o nosotros mismos, por ejemplo, con el PradoRey PR 3 barricas, entre otras bodegas de la DO. Rueda. Los tres son verdejos fermentados en barrica y creo que sí son diferenciadores de otros vinos de fuera.
La última noche probamos un Rosso di Montalcino. Los vinos de Montalcino tienen una particularidad. Proceden de un terreno árido con poca lluvia que da lugar a vinos de mucho cuerpo, de gran intensidad aromática y que necesitan largas crianzas. Cuando la crianza barrica es "corta" (de un año), el vino se denomina Rosso di Montalcino. Cuando la Crianza es larga, es un Brunello de Montalcino. El Rosso di Montalcino fue la gran sorpresa del viaje. Me encantó. Muy interesante en nariz y largo en boca, con gran relación calidad / precio. Se asemejaba un poco a un Ribera del Duero. Creo que son vinos que en botella deben ganar. Probamos un 2006 que tal vez en unos meses estaría incluso mejor, mas untuoso y suave.
Nos faltaron por probar varios caldos. En primer lugar el Nobile di Montepulciano. Lo buscamos todos los días pero casi siempre estaba agotado. El por qué hay que buscarlo en que admiten tal calificación exclusivamente aquellos vinos elaborados en el pueblo de Montepulciano. Es como si Roa o Aranda de Duero tuvieran una propia Denominación de Origen dentro de Ribera del Duero. Yo lo había probado en Burdeos, en Vinexpo, y tengo que decir que es un vino francamente espectacular. Para mi el mejor de Italia de los que yo haya probado. Es caro, pero merece la pena. Se elabora principalmente con uvas Sangiovese y Prugnolo Gentile (originarias de Italia). Como curiosidad os contaré que es un vino que se comenzó a elaborar en la época de los Etruscos y que en la edad media se convirtió en el favorito de los Nobles. De ahí su nombre.
Otro que se nos quedó en el tintero es el Vernaccia de San Gimignano, elaborado con la propia uva Vernaccia. Estaba agotado también en varios sitios. La razón, idéntica al de Montepulciano. Compré una botella en el Duty Free (junto con otra del Nobile de Montepulciano), así que ya os contaré. Me dejo para otros viajes el Sassicaia y los típicos vinos dulces y semidulces de la zona.
Mi querida Maru seguro que puede aportar comentarios muy interesantes al respecto, ya que ella probó conmigo todos los vinos. Su opinión puede ser más válida que la mía. A fin de cuentas ella es consumidora y yo trabajo en esto, lo cual, creo, sesga mi opinión .
Quedo a vuestra disposición para cualquier aclaración adicional. ¡Qué disfrutéis los vinos!
Comentarios
¡Habrá que quedar para catarlo!
Abrazos
Un beso.