Empresas - Cuotas, Mujeres y Gestión del Talento en la empresa del Siglo XXI

Algunas Ideas

Ayer tuve la suerte de ser invitado por la Cadena Ser a participar en un especial de "A vivir que son dos días" edición Madrid, presentado por Marta González Novo, que se emitía en directo desde el Castillo de Peñafiel, Museo del Vino. Allí compartí mesa y micrófono con magníficos colegas de profesión de muchas de las bodegas más representantivas de la DO Ribera del Duero.

A mi me tocó participar en un apartado en el que se querían destacar diferentes iniciativas sociales que las bodegas de la zona llevamos a cabo. Curiosamente, como ya me había anticipado Patricia Cruzado, la periodista que había contactado conmigo a lo largo de la semana, lo que más les interesó fue la cuestión de la igualdad por el alto número de mujeres en puestos de consejo, alta dirección y mandos intermedios. He de decir, como le dije a Patricia, que para mi esta es una cuestión de lo más natural y que no creo que sea algo para presumir. En el fondo me sigue preocupando que se le dé importancia a la igualdad, porque me hace ver que todavía seguimos lejos, muy lejos en ocasiones, de lo que realmente debería ser a estas alturas de la vida.
Diversidad e igualdad ya no son, o al menos ya no deberían ser, un "nice to have" como dicen los americanos, y sí un "must have".

Vivimos en una sociedad cada vez más diversa, pero homogénea desde el punto de vista de formación reglada. Tenemos más licenciados, diplomados o titulados en formación profesional que nunca. En Europa incluso los planes de estudio tienden a converger a raíz de Bolonia. Lo que marca la diferencia, por lo tanto, es el conocimiento tácito, aquello que no se enseña, sino que se aprende de lo vivido, del día a día, de las experiencias cotidianas. Las empresas buscamos talento, cerebros por encima de sexos. No creo en cuotas, creo en las personas, en su valía, en su honestidad y ganas de trabajar haciendo equipo y queriendo crecer.

Hace unos años asistí a un coloquio en la EOI organizado por ésta misma, Esade y el BBVA. En el mismo intervino el que por aquel entonces era el Director de Responsabilidad Social del BBVA, José Manuel Moreno, y dijo una cosa que me impactó: "observamos que hoy en día entran muchísimas mujeres recién licenciadas con un potencial de alta dirección clarísimo. Al llegar a los 30 años la mayoría se estanca al optar por la maternidad". Yo creo que el enfoque en muchas empresas es equivocado. De lo que se trata es de adaptar las carreras profesionales a las circunstancias vitales de las personas y no a la inversa. El trabajo nos dignifica y nos puede ayudar a sentirnos realizados en una esfera de nuestra vida, pero no dejamos de ser personas, de tener nuestras propias aspiraciones vitales. Se trata de trabajar para vivir, no a la inversa. El teletrabajo, la jornada flexible o contínua o la distribución irregular de la jornada son herramientas al alcance de todos que no hay que tener miedo a aplicar en todos los puestos que se pueda. Siempre he creído que los mecanismos de control estrictos y rígidos favorecen al trabajador mediocre. El buen trabajador funciona con confianza. Se trata de retener talento, cuantas más facilidades demos las empresas para que la gente haga bien su trabajo y se realicen como personas, mayor vinculación afectiva obtendremos por parte del trabajador. Dicho de otra forma, se trata de que la gente elija en libertad cómo vivir su vida sin que el trabajo le condicione.

A todo lo expuesto, cabe añadir otra realidad. Hoy en día las universitarias de la OCDE casi suman el 60% del total de alumnos. En la UE esa cifra sube hasta casi un 65%. Sigo creyendo que cada vez marcará más la diferencia el conocimiento tácito, pero la formación es una condición necesaria para aspirar a puestos de responsabilidad en la empresa. No ser proactivos en políticas internas que permitan a las mujeres desarrollar todo su talento terminará por pasar factura más pronto que tarde a las compañías que se queden rezagadas.

Termino haciendo una breve reflexión sobre la conciliación. Sigue existiendo todavía la idea, afortunadamente cada vez menos, que la conciliación es fundamentalmente una cosa de la mujer. Creo que eso la sigue penalizando en muchas ocasiones. Cuando se habla de medidas como las que he descrito brevemente antes (teletrabajo, jornadas flexibles, etc.) me refiero a padres y madres. La conciliación está dejando de ser una opción cuando se tienen unas tasas de fracaso escolar cercanas al 30%. La educación se da en casa y en el colegio se refuerzan valores. Lo que hoy es un problema educativo, será un problema económica a medio plazo.
Captar, retener y crear espacios propicios para que las personas desarrollen su talento, esa es la cuestión.




Comentarios

Fernando López ha dicho que…
Hola Fernando:

Buen post. Coincido contigo en que el hecho de haya tantas mujeres como hombres en puestos de responsabilidad debería ser irrelevante, porque el caso es que la persona sea adecuada, lo demás, al menos para mi es secundario. En cuanto a la conciliación laboral en la parte que corresponde a horarios y vida familiar (nosotros ya hace tres años dimos los primeros pasos en temas de flexiblidad horaria) y el resultado depende mucho de la persona y de su grado de compromiso, al igual que ocurre con las ganas de querer mejorar, aprender o adecuar el puesto de trabajo a las competencias de cada persona. Es una cuestión de actitud.
Creo que a todos nos queda un largo camino por recorrer.
Un abrazo
Fernando ha dicho que…
Hola Fernando:

Millones de gracias por pasarte y por tu comentario, como siempre.

Estoy muy de acuerdo contigo en que no todas las personas están preparadas para funcionar exclusivamente con confianza, porque les das la mano y te pueden coger el brazo. En cualquier caso, sí que creo que el sistema actual favorece al trabajador mediocre. La clave está en marcar unas reglas del juego y ser consecuente con ellas.

Un fuerte abrazo

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