Economía - Sobre las primeras medidas de Rajoy

Algunas Ideas

Tras algunos días de incertidumbre, el pasado viernes el gobierno entrante inauguraba sus primeras medidas con una traca digna de las Fallas Valencianas. De una tacada, subida de impuestos, recortes del gasto público y alguna buena noticia para pensionistas y parados. Twitter y los medios digitales comenzaron a echar humo hablando al respecto. Al día siguiente, como no podía ser de otra forma, el primer Consejo de Ministros de la "era Rajoy" era objeto de titulares, editoriales y artículos de opinión. Los había de todos los colores. Algunos durisimos, otros no tanto, e incluso otros nadaban entre la prudencia y el elogio, esgrimiendo que este era un gobierno que tomaba decisiones. Los críticos apuntaban en dos direcciones: una, la subida del IRPF es un golpe al poder adquisitivo de los ciudadanos, lo que compromete aún más el consumo privado; y dos, durante el discurso de investidura, el propio Rajoy descartó subir los impuestos en un primer momento. ¿Por qué este cambio?

El gobierno se ha defendido apuntando a las cuentas que ha heredado, a un déficit mayor del previsto, fundamentalmente por el desmadre de las autonomías. Ya he reconocido en más de una ocasión que la macro economía no es mi fuerte, pero el momento actual me parece apasionante y creo que el asunto bien merece este post. A ver si puedo aportar algunas ideas que den que pensar y aclaren conceptos a los más ajenos a la materia.

Lo primero que hay que tener claro es que España se enfrenta a una doble problemática que requiere diferentes medidas. Por un lado, el del déficit. Por el otro, el de la falta de crecimiento. Respecto al primero, explicar que el mismo viene dado por dos circunstancias. La primera, el fallido esfuerzo fiscal que se hizo en su día para tratar de reactivar la economía tras la caída de Lehman Brothers. Aquello tenía sentido si la economía recuperaba el pulso, lo cual hubiera permitido al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero retirar los estímulos y recuperar vía impuestos el desfase temporal entre ingresos y gastos estatales y autonómicos. Desgraciadamente, no fue así. La segunda circunstancia que incide en el déficit, han sido los faraónicos planes de nuestros políticos, los cuales han fomentado un estado de bienestar que no es sostenible en los términos actuales. No se trata de meterle mano a la sanidad y a la educación como tal, ya que ambos han sido públicos y universales en momentos históricos más difíciles que el actual, pero sí de ser más eficientes, de reducir burocracia y de replantearnos determinadas estructuras. De comprender que lo público cuesta dinero y que en los momentos actuales no nos podemos permitir determinadas cosas. Creo que no es una cuestión ideológica, sino económica. Recapitulemos: Cataluña no puede pagar determinadas subvenciones a centros de discapacitados y ha tenido que endeudarse para pagar las nóminas, Castilla la Mancha y Valencia no pueden pagar a sus farmacias y hoy hemos sabido que, definitivamente, la Seguridad Social ya está en déficit. Esto es inaceptable. Y lo que es peor, de ahí a no poder pagar a nuestros acreedores internacionales, y consecuentemente tener que ser rescatados, hay un paso.
Retomemos el segundo problema, el de la falta de crecimiento. Ese es el verdadero quid de la cuestión. Si nuestra economía volviera a funcionar, si se crease empleo y el consumo repuntase, los problemas de déficit se acabarían de una manera mucho más efectiva, rápida e indolora. El estado recaudaría más por IVA, IRPF e Impuesto de Sociedades, así como tendría que gastar mucho menos en subsidios de desempleo ¿Por qué no crece nuestra economía? Lección básica de Macroeconomía. El PIB determina el conjunto de bienes y servicios generados por un país durante un año en valor monetario. Se considera un indicador clave para evaluar la salud de la economía de un estado. El PIB, dicho de forma sencilla, es la suma de las siguientes variables: Gasto Público, Consumo Privado de familias y empresas, Inversión y Saldo de las Exportaciones Netas (lo que exportamos - lo que importamos).

Según lo expuesto hace unos párrafos, el Gasto Público está de capa caída, porque no queda dinero en las arcas públicas. No hay inversión, porque no hay financiación bancaria para nadie. Las exportaciones netas están repuntando, gracias a que esta crisis está haciendo que nuestras empresas salgan más que nunca al extranjero y que compremos menos productos de más allá de nuestras fronteras. Aún así, nada hay que frene el desplome del consumo privado en nuestro país, que era hasta antes de la crisis la variable más importante de nuestro PIB. 

Tenemos un grave problema. Atacar el déficit y tratar de animar el crecimiento económico de forma simultánea es, como explicaba José María Carrascal esta mañana en ABC (recomiendo el artículo), como tratar de acelerar y tirar del freno de mano a la vez. Difícil no hacer un trompo. Hay que ser muy buen conductor para evitarlo.  

Pero volvamos a las medidas del gobierno, en concreto a las subidas de impuestos. Por un lado, se aprobó un incremento del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el cual, en función de la fecha de la última valoración del catastro subirá entre un 4 y un 10% y afectará a más de la mitad de las viviendas de más valor de cada población. Por otro lado, se fijó una subida temporal del IRPF, ya que según el propio gobierno sólo estará vigente durante los años 2012 y 2013, que consiste en una subida progresiva del tributo entre un 0,75% y un 7% en lo que a las rentas del trabajo y de las actividades económicas se refiere, así como entre un 2 y un 6% en las rentas del ahorro. Es decir, que a partir de ahora, cada vez que cobremos la nómina, recibiremos menos dinero, ya que nuestras empresas estarán obligadas a detraernos de nuestro sueldo bruto más cantidad en concepto de retenciones que deberá ingresar al estado. A su vez, lo que renten nuestras cuentas corrientes, acciones y otros activos financieros, también tributarán más.

Cuando estaba José Luis Rodríguez Zapatero en el gobierno, ya me mostré en más de una ocasión contrario al incremento de la presión impositiva sobre familias y empresas en estos tiempos. Ahora no voy a ser menos. La subida de impuestos creo que de por sí es una mala noticia, porque a corto plazo no va a ayudar al objetivo primordial que tiene que tener el gobierno, que es el del crecimiento económico. Más bien al contrario, a corto plazo puede ser contraproducente porque afectará al consumo y por consiguiente, a la línea de flotación de muchas de nuestras maltrechas empresas. Aún así, en un contexto de extrema gravedad de nuestra economía, la medida, por dolorosa que sea, puede ser también imprescindible para salir del bache a muy corto plazo. Sí que coincido con el ministro de Guindos en que dentro de las malas noticias que siempre son las subidas de impuestos, tal vez la del IRPF sea la más justa, por cuanto es un tributo progresivo, lo que permite que el ajuste no afecte a todos por igual, pero que quede claro que sólo subiendo impuestos no salimos de ésta.
Soy de los que piensa que el ciudadano de a pie de nuestro país es consecuente. Sabe de la gravedad de la situación y creo que dentro de sus posiblidades está dispuesto a hacer un esfuerzo adicional si es para bien. Pese a todo, le toca mover ficha al gobierno. Estas medidas sólo tendrán sentido si se acometen de forma inmediata una serie de reformas estructurales que no pueden demorarse ni un mes más, tales como la del mercado laboral o la del sistema financiero. Sin ellas va a ser muy difícil que nuestra economía pueda volver a la senda del crecimiento.

A su vez el Estado tendrá también que ser ejemplar. No bastará con reducir las subvenciones a partidos, sindicatos y patronal, sino que muy probablemente habrá que meterle mano al estado de las autonomías, a las diputaciones provinciales y al exagerado número de parlamentarios autonómicos que tenemos en todas las regiones que conforman nuestro país. No se puede pedir permanentemente un ajuste al sector privado, que es quién hasta la fecha ha digerido casi todo el ajuste.

Queda para el final la cuestión moral del asunto. Uno puede entender que los números estén peor de lo que se pensaba, pero  me niego a creer que esta realidad se supo la semana pasada. Si el problema son las cuentas de las autonomías, la realidad es que la mayoría están gobernadas por el propio PP desde el pasado mes de mayo. ¿No les había dado tiempo a saber cómo estaban las mismas? ¿Por qué no fueron de frente en el debate de investidura? Para el jueves se prevén nuevas medidas de ajuste. Estaremos al tanto.


Comentarios

Gloria ha dicho que…
Fernando genial!!, como siempre, acertado y clarísimo. En la esencia estoy completamente de acuerdo. No se puede cuestionar el estado del bienestar y "recortar" sanidad o educación, creo que antes se deben acometer reformas en la Administración y en el sector financiero (conocer los salarios del sector que está recibiendo el dinero de toda la ciudadanía rebajándo el dedicado a dependencia, pensiones,... duele mucho!!) de manera tajante y urgente. Solo en ese caso el resto de sacrificios (posiblemente transitoriamente necesarios) serán entendidos y menos contestados. Ah!y por supuesto la explicación del presidente del gobierno que aune voluntades y sin pesimismo pero con energía asuma sus acciones.
Katy ha dicho que…
Un certero análisis. A casi toso se nos ha quedado cara de perplejidad.
Pero no tenemos otra que esperar, estaremos más atentos si es posible, como bien apuntas.
Un abrazo y felices Reyes
Fernando ha dicho que…
Hola Gloria: Millones de gracias por pasarte y por el comentario. ¡Qué ilusión!

Totalmente de acuerdo contigo punto por punto. Parece ser que hoy sabremos algo sobre las primeras reformas en la administración, así como contra el fraude fiscal, otra medida que creo perentoria. Respecto al sector financiero, y al margen de los salarios (que escuecen y mucho),te dejo este link que creo que es interesante: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/04/economia/1325702853.html

Si el Ministro De Guindos es capaz de llevarlo a cabo, chapeau. Se habrá recorrido buena parte del camino.

Un abrazo!
Fernando ha dicho que…
Katy, millones de gracias por pasarte, como siempre. Y no queda otra que esperar. Tengo esperanzas en el Ministro De Guindos, porque no es político y sí economista, lo cual le va a permitir afrontar una serie de reformas con otro prisma. En cualquier caso, habrá que estar al tanto.

Un abrazo!
nanius ha dicho que…
Hola a todos y feliz año.

Carrascal y tú utilizáis la metáfora de acelerar y tirar del freno a la vez en la relación entre gasto público y crecimiento del PIB, pero esto es incierto por algo que tú mismo dices: se necesitan YA reformas estructurales. En efecto, las reformas son la salida para tanto ajuste que no hace sino mandarnos rapidito de vuelta a la recesión. Recomiendo a los lectores que lean el libro Nada es Gratis de los economistas de FEDEA donde queda bien claro este argumento: ellos lo enuncian muy gráficamente diciendo que "puesto que tenemos problemas de demanda, necesitamos políticas de oferta". La reforma constitucional y la edad de jubilación son dos ejemplos, si bien la primera hay que desarrollarla y la segunda se ha quedado muy corta. Ahora, como dice Fernando, faltan la laboral y la financiera, aunque me temo que estas son más difíciles que las anteriores. El disenso es notorio. Por ejemplo, es obvio ya que el contrato único con indemnización lineal creciente con la antigüedad es lo que ha de constituir la "reforma laboral". Bueno, pues el PP sigue errando el tiro con minucias inútiles y costosas ya requeteprobadas como Simplificar los contratos (pero no del todo) y subvencionar la contratación (una transferencia estúpida y costosa que aprovecha quien ya estaba dispuesto a contratar). Veremos.

Coda: más que acelerar y frenar a la vez, me gusta más otra metáfora que da nombre a un paper de Luis Servén y Bill Easterly que lo dice todo por sí misma: "Walking up the down scalator" (http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=969235)

abzs

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