Deportes - La Crisis del Madrid: Capítulo III
El Real Madrid como Fenómeno Social
Termino con este artículo mi trilogía sobre el Real Madrid. Hoy quiero hablar del impacto que tiene el Real Madrid como institución en la sociedad.
Siempre he creído que la objetividad en el periodismo, especialmente en el periodismo deportivo, es imposible. Los periodistas, aparte de ser parte de un gremio, también son miembros de una colectividad más grande como es la sociedad. Uno no puede abstraerse de sus sentimientos y emociones a la hora de redactar o narrar una noticia. Es por eso por lo que no hay una verdad absoluta. Los diferentes grupos de comunicación mundiales cuentan lo que para ellos es su verdad, la cual en política, deportes y en determinados eventos sociales puede distar mucho del rotativo de la competencia. Un periodista es una persona que además es padre, hijo o hermano, hincha del Madrid, Atlético, Barça o cualquier otro equipo, votante del PP, PSOE, IU, o cualquier otro partido. Será creyente o ateo, le gustará más una música, o las obras de determinados artistas que la de otros. Y eso, aunque el buen periodista tienda a la objetividad, le tiene que marcar a la hora de contar lo que pasa.
Lo de los clubes de fútbol es un fenómeno particular. Hace poco, José Ángel Sánchez, director general ejecutivo del Real Madrid, venía a decir algo parecido a que un club de deportivo es la marca más potente que existe en el mundo. Uno nace siendo de un club, se alegrará con las victorias y sufrirá con las derrotas, se enfadará cuando se hagan mal las cosas, y puede que esté un tiempo sin ir al campo o sin ver los partidos, pero morirá siendo de ese mismo club y le seguirá siempre. No hay ninguna otra marca que aguante eso. Cuando un producto no nos sale como esperamos, cuando un servicio no es el que consideramos adecuado para el precio que pagamos, uno no repite. Eso no pasa ni en el fútbol ni en ningún deporte. Siempre seremos fieles al club con el que simpatizamos.
A los dos párrafos anteriores, vamos a añadirle que el Real Madrid es el equipo que más seguidores tiene por todo el mundo, el club que ha sido nombrado por la FIFA como el mejor del Siglo XX (lo cual viene a ser como el mejor de la historia) y que hizo muchísimo por España y por Madrid cuando nuestro país vivía aislado por el Régimen Franquista. Es el que más ligas de España tiene y también el que más Copas de Europa. El resultado es que todo lo que le pasa al Real Madrid es casi cuestión de estado.
El periodista deportivo será madridista o antimadridista. Al escribir, lo hará con pasión en un sentido u otro. Y la afición que recibe esa noticia, lo hace con una fuerte dosis de forofismo. La consecuencia de todo ello, es que todo se exagera para bien o para mal. Vamos a poner ejemplos. Se ha pedido el balón de Oro en los últimos años para Raúl, Casillas y Zidane. Los tres han estado en el disparadero en algún momento. Con Del Bosque, se le llegó a comparar con el equipo de la Quinta del Buitre, para poco después criticarle por jugar mal... ¡La final en la que ganó la 9ª Copa de Europa! Cuando se fue Schuster, todo parecía catastrófico, cuando en el fondo el Madrid tiene todas las opciones del mundo en la Champions y creo que sigue teniendo alguna oportunidad en la liga (yo soy de los que cree que el Barça va a llegar muy justo de gasolina al tramo final de la competición, y lo digo hoy a 21 de diciembre de 2008).
Imagino que si tras la victoria de ayer, el Madrid es capaz de ganar al Villarreal, sacar otra victoria en Mallorca y otras tantas en casa ante Osasuna y Depor, el Madrid para la prensa volverá a ser candidato a todo, Raúl volverá a centrar los debates en torno a la selección y para Casillas se volverá a pedir el balón de oro para el año que viene. Pero es que esto es el Madrid, un fenómeno social, una montaña rusa que marca el estado de ánimo de millones de personas de todo el mundo, un club que está bien o está mal, pero siempre en función también de cómo esté el Barça. No todo el mundo está preparado para digerirlo. De otra forma no me explico cómo se pudo llevar por delante a todo un presidente del IBEX-35, Florentino Pérez.
Termino con este artículo mi trilogía sobre el Real Madrid. Hoy quiero hablar del impacto que tiene el Real Madrid como institución en la sociedad.
Siempre he creído que la objetividad en el periodismo, especialmente en el periodismo deportivo, es imposible. Los periodistas, aparte de ser parte de un gremio, también son miembros de una colectividad más grande como es la sociedad. Uno no puede abstraerse de sus sentimientos y emociones a la hora de redactar o narrar una noticia. Es por eso por lo que no hay una verdad absoluta. Los diferentes grupos de comunicación mundiales cuentan lo que para ellos es su verdad, la cual en política, deportes y en determinados eventos sociales puede distar mucho del rotativo de la competencia. Un periodista es una persona que además es padre, hijo o hermano, hincha del Madrid, Atlético, Barça o cualquier otro equipo, votante del PP, PSOE, IU, o cualquier otro partido. Será creyente o ateo, le gustará más una música, o las obras de determinados artistas que la de otros. Y eso, aunque el buen periodista tienda a la objetividad, le tiene que marcar a la hora de contar lo que pasa.
Lo de los clubes de fútbol es un fenómeno particular. Hace poco, José Ángel Sánchez, director general ejecutivo del Real Madrid, venía a decir algo parecido a que un club de deportivo es la marca más potente que existe en el mundo. Uno nace siendo de un club, se alegrará con las victorias y sufrirá con las derrotas, se enfadará cuando se hagan mal las cosas, y puede que esté un tiempo sin ir al campo o sin ver los partidos, pero morirá siendo de ese mismo club y le seguirá siempre. No hay ninguna otra marca que aguante eso. Cuando un producto no nos sale como esperamos, cuando un servicio no es el que consideramos adecuado para el precio que pagamos, uno no repite. Eso no pasa ni en el fútbol ni en ningún deporte. Siempre seremos fieles al club con el que simpatizamos.
A los dos párrafos anteriores, vamos a añadirle que el Real Madrid es el equipo que más seguidores tiene por todo el mundo, el club que ha sido nombrado por la FIFA como el mejor del Siglo XX (lo cual viene a ser como el mejor de la historia) y que hizo muchísimo por España y por Madrid cuando nuestro país vivía aislado por el Régimen Franquista. Es el que más ligas de España tiene y también el que más Copas de Europa. El resultado es que todo lo que le pasa al Real Madrid es casi cuestión de estado.
El periodista deportivo será madridista o antimadridista. Al escribir, lo hará con pasión en un sentido u otro. Y la afición que recibe esa noticia, lo hace con una fuerte dosis de forofismo. La consecuencia de todo ello, es que todo se exagera para bien o para mal. Vamos a poner ejemplos. Se ha pedido el balón de Oro en los últimos años para Raúl, Casillas y Zidane. Los tres han estado en el disparadero en algún momento. Con Del Bosque, se le llegó a comparar con el equipo de la Quinta del Buitre, para poco después criticarle por jugar mal... ¡La final en la que ganó la 9ª Copa de Europa! Cuando se fue Schuster, todo parecía catastrófico, cuando en el fondo el Madrid tiene todas las opciones del mundo en la Champions y creo que sigue teniendo alguna oportunidad en la liga (yo soy de los que cree que el Barça va a llegar muy justo de gasolina al tramo final de la competición, y lo digo hoy a 21 de diciembre de 2008).
Imagino que si tras la victoria de ayer, el Madrid es capaz de ganar al Villarreal, sacar otra victoria en Mallorca y otras tantas en casa ante Osasuna y Depor, el Madrid para la prensa volverá a ser candidato a todo, Raúl volverá a centrar los debates en torno a la selección y para Casillas se volverá a pedir el balón de oro para el año que viene. Pero es que esto es el Madrid, un fenómeno social, una montaña rusa que marca el estado de ánimo de millones de personas de todo el mundo, un club que está bien o está mal, pero siempre en función también de cómo esté el Barça. No todo el mundo está preparado para digerirlo. De otra forma no me explico cómo se pudo llevar por delante a todo un presidente del IBEX-35, Florentino Pérez.
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