Se Hace Camino al Andar

Reflexiones 

Mis amigos a menudo me miran con caras raras cuando les digo que esta vida que vivimos está mal planteada. Mi padre, que es mucho más expresivo, suele responderme con "hijo, es que en ese sentido haces a veces unas reflexiones tan originales que me dejas descolocado". Lo cierto es que como decía la maravillosa canción de John Lennon, "Boy", la vida es aquello que te ocurre mientras estás ocupado haciendo otros planes, pensando dónde vas a estar en el futuro, lo que nos lleva a menudo a olvidarnos del día a día. Y así, de repente y casi sin darnos cuenta, descubrimos que se nos ha ido el presente.

Cuando tenía 20 años recuerdo que estaba enamoradísimo de una chica, pero no me atrevía a decírselo. Mi amigo Francis, fiel escudero de todas mis andanzas desde hace más de 20 años, me sugería coger un día la guitarra e ir a trovarla a su balcón. Recuerdo que yo le decía, "pero tío, ¡cómo voy a hacer eso! ¡Me va a echar a gorrazos! ¿Y cómo salga su padre, qué hago?". Don "Políticamente Correcto", eso es lo que era y sigo siendo. Y en esto Francis me lanzó una de sus frases lapidarias que aún me persiguen: "tío, se te van a escapar los 20 y los 30 sin hacer alguna locura. Deja de planificar las cosas". Convencido de que encontraría la oportunidad de declararme de un modo más convencional, dejé pasar el tiempo y si tuve alguna oportunidad, ésta se esfumó. Hoy me arrepiento de aquello, de no haber sido capaz de expresar lo que sentía pensando que todo tenía que ser de una forma concreta, muy de película, muy planfiicada. Ni que decir tiene que hoy esa chica está felizmente casada y yo sigo haciendo mis pinitos, cada vez menos, con los vividores. Nunca podré saber lo que me hubiera deparado el destino pero tampoco me rasgo las vestiduras. Estoy contento con lo vivido y al final uno es lo que es debido también a su circunstancia, aunque reconozco que me echo en cara de vez en cuando más mis "pecados por omisión" que los de "obra", pero vale esta historia para introducir lo que quiero contar.

A Facebook de un tiempo a esta parte le ha dado por refrescarme lo que estaba haciendo hace uno, dos o tres años, con eso que llama la red social "tus recuerdos". Estos días son innumerables los que me aparecen referentes a noches con mis primos en Gandía y es inevitable no mirar con un nudo en la garganta todo lo acontecido este verano, todos los sentimientos que se amontonan e incluso, por qué no, con sacar una medio sonrisa e incluso echar alguna carcajada con muchas de las anécdotas compartidas. Queda por encima de todo esa sensación de que la vida puede cambiar en un segundo, de un momento a otro, dando al traste con todo lo que teníamos pensado hacer o habíamos dejado para un poco más adelante. Aparecen también fotos con la última pareja estable que tuve, y es inevitable pensar también en todos los planes que hicimos para el futuro sin preocuparnos si aquello que teníamos era lo suficientemente firme. Imagino que la vida tiene estas cosas, pero con mayor frecuencia de la deseada planificamos y nos olvidamos de vivir.

Tendemos a dejar para mañana decisiones que atañen a nuestra felicidad de hoy. En el fondo es humano. Nos han educado en la necesidad de buscar seguridades: un trabajo estable, a ser posible con una buena nómina y en una empresa con mucho nombre, una casa buena en un barrio bueno, una pareja, y así un largo etcétera que deriva en que a menudo no nos preguntemos el precio que todo ello conlleva, porque todas las decisiones que tomamos en nuestra vida lo tienen, y sobre todo obviamos analizar si ese precio que pagamos realmente nos compensa, si verdaderamente nos hace más felices, porque en el fondo, de verdad, sólo de eso se trata. 

No pretendo introducir ni un ápice de relativismo en estas líneas, como tampoco presentarme como el adalid de los antisistemas. Todo lo contrario. Creo en el matrimonio, creo en lo imoprtante que es tener un buen trabajo y un lugar en el que te sientas cómodo para vivir, pero sobre todo creo que lo realmente importante es saber si todo ello no te esclaviza. Como también he repetido en más de una ocasión, nos han vendido el dinero, el prestigio y el poder como fórmulas de éxito, y la realidad es que vivimos en una sociedad en la que cada vez hay más gente frustrada, con familias rotas y psiquiatras haciéndose de oro a base de consultas que están a reventar. A mi eso me cuestiona muchas cosas.  Siempre planificamos, siempre dejamos para más adelante ese viaje que toda la vida hemos querido hacer, ese trabajo que nos permitirá pasar más tiempo con los que queremos o ver a aquellos amigos a los que tienes más abandonados. En el fondo no es más que una cuestión de prioridades, porque excusas las hay de mil colores, pero que denota que sufrimos una crisis de valores de primera magnitud como miembros de una sociedad en la que importa más el tener que el ser.

El camino de nuestra vida no está escrito, sino que se hace camino al andar, pero para ser feliz hay que atreverse a soltar ataduras y a nadar un poco contra corriente. Nos venden unos valores que no lo son, que tienden cortarnos las alas. Claro que tenemos que tener un rumbo claro hacia el que dirigir nuestra vida, pero sin que ello nos haga olvidarnos de vivir el presente, de amar lo que hacemos, de amar a la gente de la que nos rodeamos y de ponerle un puntito de locura también a las cosas, de atreverenos a soñar y paladear nuestro día a día sacándole todo el jugo al mismo.

Dice el refrán que "consejos vendo que para mi no tengo", pero os propongo un plan para esta noche. Si tenéis una guitarra a mano, no dejeis de ir a trovar a esa chica o a ese chico que os gusta, no sea que se os escapen también los 20, los 30 o los años que sean, que para estas cosas no hay edad. No os preocupéis si sale su padre o su madre, o si algún vecino llama a la policía, porque como dice el cuento, el amor es ciego y va de la mano de la locura.¿Nos atrevemos a hacer nuestro propio camino?

O como cantaba Serrat inspirándose en Machado:

"Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo camino, haciendo camino al andar."



Comentarios

Unknown ha dicho que…
Buenas tardes Fernando, un honor como
siempre leerte pero ahora aún más añadiendo las canciones q subes ,, está por cierto del maestro Joan Manuel Serrat de mis favoritas ... Solo añadir que tienes un Don muy especial y es que transmites sensaciones muy buenas escribiendo tus vivencias y las reflexiones posteriores .
Mil millones de gracias de corazón por compartirlo y agradezco enormente la suerte de tenerte en mi camino...
Un beso enorme y a por ello Campeon !!!
Sara.
Fernando ha dicho que…
¡Hola Sara!

¡Mil gracias por tus palabras! La suerte ha sido la mía por encontrarme con gente como tú. Nunca te olvides que siempre es mucho más lo que se recibe que lo que se da.

Me alegro que compartamos gustos musicales! ;)

Un beso enorme

Entradas populares